Por un lado hay que destacar este armazón, donde la gracia consiste en intuir como la ascensión hacia la cima contiene una serie de trabas que en lugar de enriquecer a nuestros personajes, o hacerles más fuertes frente a las adversidades, son el semillero hacia su destrucción. El mundo obrero cobra especial importancia en esta obra, no solo en los primerizos esfuerzos de sus protagonistas, sino también como una detallada descripción de la época. Cobra especial importancia los trabajadores masculinos y sus deseos de empinar el codo en las múltiples tabernas que asedian las calles. El termino borracho se multiplica a lo largo de las páginas, dando cabida a innumerables juergas gracias a la fermentación de los líquidos. El matrimonio Coupeau sortea con creces las primeras tentaciones hasta que el demonio del traspié hace acto de presencia en forma de accidente. A pesar de las desavenencias del destino, con la caída de Coupeau, nuestra heroína da nuevas muestras de superación y de ambición, al cuidar al mismo tiempo de su marido y de convertirse en empresaria. Cuando Gervaise logra establecerse como dueña de una lavandería. Premio al éxito del esfuerzo y del trabajo que lleva al punto culminante de la protagonista en una gloriosa y extensiva comilona a modo de triunfo social y moral.
La calle entera estaba ebria; el olor a festín que salía de casa de los Coupeau bastaba para que la gente fuera haciendo eses por la calle. Hay que decir que para entonces los de dentro estaban completamente borrachos,...
Pero los ligeros avisos que iban sucediéndose previamente llegan para imponerse lentamente, en una nueva especie de lección moralizante, donde se penaliza la haraganería, la dejadez y la ligereza de abandonarse a la bebida. La correspondiente caída sobrevuela a una misma velocidad que cuando se ascendía, solo que en este caso los protagonistas tampoco son capaces de advertir las señales positivas que aparecen como simples avisos de corregir el rumbo. La suerte parece estar echada de antemano sin que los protagonistas logren apartarse de la vorágine endeudora que les hunde cada vez más en el pozo.
Y como viera a uno que venía hacia ella lentamente bajo los árboles, se le acercó y le dijo una vez más:
- Oiga señor...
El hombre se paro. No parecía haber comprendido. Alargo la mano y murmuró en voz baja:
- Una limosna, por favor...
En otro sentido más literario, se recomienda dejarse atrapar por la edificante prosa de Zola y en las profundidades de un rico conjunto de personajes. Algunos entrañables, dicharacheros otros y los siempre necesarios despreciables. Incluso la propia Gervaise barrunta la cobardía de su marido frente al matrimonio Lorilleux, (la hermana y cuñados del cinquero), el mismo día de su boda como el primer poso de los baches que va tener que sortear. En el lado positivo sobresale el ímpetu de esta mujer por cumplir sus sueños, incluidos los humildes caprichos de poder pagarse una cómoda o un reloj. Una simple muestra de la moralidad instructiva de Zola, al atribuir recompensas individuales ganadas por el sudor del currante, frente a los ataques que sufrió en su tiempo por describir con tanta coherencia el libertinaje de las masas obreras.
La taberna
Ed. Cátedra - 2003
Emile Zola
!Tra la la, tra la la,
tra la la, tra la la!
El tío Bru
Historia natural y social de una familia bajo el segundo imperio.
- La fortuna de los Rougon (1871)
- La jauría (1871)
- El vientre de París (1873)
- La conquista de Plassans (1874)
- El pecado del Abate Mouret (1875)
- Su excelencia Eugène Rougon (1876)
- La taberna (1876)
- Una página de amor (1879)
- Nana (1880)
- Miseria humana (1882)
- El paraíso de las damas (1883)
- La alegría de vivir (1884)
- Germinal (1885)
- La obra (1886)
- La tierra (1887)
- El sueño (1888)
- La bestia humana (1890)
- El dinero (1891)
- El desastre (1892)
- El doctor Pascal (1893)