Mirador de Cabeza Lijar |
Tras pasar la alambrada y después de un depósito de gas, surgen una serie de trincheras que conducen hasta dos curiosos puestos blindados que controlaban la carretera. Pero más abajo de esta parcela, hay un rebaño de ovejas
El Alto de el León |
También pasamos al lado de unas instalaciones militares donde destaca un antiguo fortín integrado a esta edificación militar. La ruta sigue por la pista hasta cruzar el paso canadiense. Aquí lo normal es ascender a la Gamonosa por la senda que asciende por la derecha, continuar hasta Cabeza Líjar para luego descender tranquilamente por la pista forestal hasta el punto de partida. Pero como voy acompañado por mi perro, al que siempre llevo suelto, decido realizar el trayecto al revés y esquivar así el abundante tránsito de la pista que horas posteriores conlleva, ciclistas, senderistas y vehículos motorizados. Así pues, la primera parada la realizo en el singular fortín observatorio que se encuentra pegado a la pista forestal. Visitado mil veces y en un excelente estado de conservación, donde destaca su entrada en forma de cuatro y su interior, donde sobresale el hueco destinado a la observación. A su izquierda hay una trinchera que se interna en el pinar y que nos lleva hasta dos berrocales separados por unos pocos metros entre si. En estos grandes pedruscos, la trinchera curvea entre algunos restos de escaso interés, viviendas y algún que otro pozo de tirador. Una especie de ramo adosado a un tronco parece querer coronar algún detalle personal, aunque me llama más la atención la presencia de un frondoso tejo frente a la tiranía del pino en esta parte de la montaña. El tejo sirve como hito para regresar hacia la recitada pista forestal donde un poco más adelante se encuentra la fuente de las Hondillas, ideal para comprobar las reservas de agua, pues es la única fuente de toda la ruta.
Según se avanza por la pista y antes de que está inicie una serie de curvas, se haya la posición Loma de Requetés, fácilmente identificable al ser atravesada por un cortafuegos. Esta posición, dominada por los famosos requetés navarros, se encuentra fortificada por un muro que recorre la ladera de la montaña, en su interior los restos vuelven a ser básicamente viviendas y algún que otro nido fortificado que protege la línea nacional ante un presumible ataque republicano por la pista que asciende por el pinar. Destacar un derruido pozo por las vistas que obtiene sobre los pinares de la Jarosa. El muro continua por la ladera hasta perderse en la maleza, mientras que nuestros pasos vuelven a la pista forestal, hacia una revuelta del camino que nos deja frente a una enorme cruz derribada con el símbolo de la falange grabada en su cuerpo. Desde aquí hasta el collado de la Mina hay un breve paseo donde poder admirar el paisaje que ofrece esta antigua carretera de montaña. Durante el trayecto incluso hay alguna trinchera que sube por la ladera hasta alguna vivienda perdida. Aunque lo mejor es subir sin dilación hasta la base de Cabeza Líjar, donde se encuentra el frente de guerra nacional ante la línea republicana de la Salamanca. El collado que separa ambas elevaciones recibe el actual nombre de la Mina, que hace referencia a una antigua explotación de wolframio y que viene a sustituir al anterior nombre de la Cierva, citado antaño en los libros de montería de Alfonso XI. Pequeña aclaración si cabe ante tanto nombre topográfico.
El ascenso a Cabeza Líjar se hace tranquilamente a través de los señalizados senderos hasta su cima, donde un excelente mirador corona la cumbre. Un pequeño refugio nacional se encuentra en su base como punto de observación, y muy cerca un nido de ametralladora vigilante sobre el frente republicano. Al lado del vértice geodésico hay un panel panorámico
Collado de La Gasca hacia la Gamonosa |
Pero todavía queda completar esta última, para lo cual descendemos camino de la Gamonosa por las marcas del GR10. En un principio nos acompaña un muro/parapeto, mientras que otro muro baja en diagonal hasta una vivienda, retorno al sendero y desciendo hasta que un
Observatorio en la Gamonosa |
Pero aún queda más. A la izquierda del anterior paso canadiense, hay un vallado con un acceso que nos recuerda la necesidad de volver a cerrarlas para evitar el libre transito del ganado. Muy cerca, una especie de vaguada que podría ser una antigua trinchera, invita a adentrarnos por el pinar hasta llegar a los primeros restos. Tras dejar las primeras ruinas destacan un clásico refugio en bóveda que aún conserva una viga en su dintel y otro más espectacular en tamaño, con doble entrada y respiraderos en su techado. Estas son las ultimas construcciones que se mantienen en un buen estado en esta zona, donde abundan otros refugios peor conservados. Al otro lado de la ya cercana carretera, hay otro refugio en bóveda del que me abstengo de visitar a causa del continuo tránsito de coches. Solo queda deshacer los pocos pasos dados hasta la alambrada anterior para retornar al alto de El León, y que a estas horas de la mañana contiene un buen número de visitantes, ciclistas, senderistas y demás fauna humana al que me sumo para copar con nuestra presencia este paso histórico.
Panorámica
Álbum fotográfico