28 de enero de 2016

Star Wars. El despertar de la fuerza

Aparatosa. Hay ocasiones en que una maldita palabra se instala de manera perpetua y adquiere el intenso protagonismo de asociarse a una idea más compleja. Encima suele situarse en cabeza, en la misma punta de la lengua, dispuesta a saltar en cuanto se abra la boca para expandirse libremente. Todo ello a pesar del consciente intento de hallar otras frases más elaboradas que acompañen el sentimiento que provoca El despertar de la fuerza
El acontecimiento cinematográfico del pasado 2015.
Y la chatarra esa ? / Disney
Si me lo propongo soy capaz de dar una opinión alternativa a la odiosa palabra que abre está entrada, aunque reconozco que su sombra planea cada vez que trato de exponer mi opinión personal. Seguramente el subconsciente, en un alarde de ahorro, sea capaz de definir más certeramente algo que no necesita mayor explicación. Ahora que ya ha pasado cierto tiempo del estreno y la mayor parte del mundo ha mostrado su culo, creo conveniente mostrar mi propio trasero.

Las expectativas hacia la película de JJ Abrams eran realmente altas, incluso yo mismo reconozco un histérico momento previo cual quinceañero. A lo Justin Bieber pero con 36 tacos acumulados. Esa escasez de madurez y de porcentaje crítico, apareció de repente sobre la enorme lona blanca de un cine cualquiera, cuando las mágicas letras doradas se perdían en el espacio ante una posible nueva decepción. Seguramente el chasco ofrecido por Lucas, en los episodios I, II y III, pesan aun demasiado en la mente colectiva, y ese punto de intranquilidad se trasmite hacia el deseo de volver a sentir la magia infantil y de felicidad que surgieron con las cintas originales. A estas alturas del milenio la sorpresa ya no es posible, pero si es verdad que se busca con ahínco el sentimiento perdido del dejarse la boca abierta. El esperadísimo episodio VII no logra alcanzar tal punto porque se muestra incapaz de sorprender con sus nuevas propuestas. Y eso que contaba con el gancho fácil de agarrarse al tren de la nostalgia.


Me pitan los oídos /Disney
La película arranca bien, bastante bien por cierto, en la presentación de los nuevos personajes y la relación que se establece entre ellos en el inicio. Incluso parece indicar que el filme muestra un inteligente guiño u homenaje hacia la cinta original de 1977 en los primeros compases. Pero el metraje avanza y nos damos cuenta de que el guiño era en realidad un tic, que como todos sabemos es un reflejo nervioso que por su inevitable repetición termina siendo algo molesto. Ahí es donde empieza a decaer con fuerza el despertar. Abrams pierde en su apuesta de querer agradar a los fans con su supuesto homenaje de actualización de la saga. Lamentablemente la repetición de una estructura de sobra conocida hace perder comba a la magnífica media hora del inicio, curiosamente la película también pierde interés cuando aparecen las viejas glorias del pasado. La inclusión del guionista Lawrence Kasdan era, a priori, una apuesta fiable en la continuidad del producto tras su buen hacer en los Episodios V y VI. Visto el resultado final, tal vez se eche en falta un punto de vista ajeno a la grandilocuencia que arrastra la saga.

La aparatosidad de Abrams se centra en la extraña necesidad de querer acaparar tanta temática, batallitas y dramas varios en una sola película. Resulta curioso que parezca una obligación querer finiquitar todos los problemas en estas dos horas largas. Todo debe tener un principio y un final, aunque en este caso se excede en cerrar demasiadas causas pendientes y en acelerar el aprendizaje de todos los nuevos protagonistas de esta tercera trilogía . Como si la franquicia pudiera detenerse por alguna extraña razón. 
Mola /Disney
Un punto de esperanza son los personajes elegidos para encabezar esta nueva trilogía. La elección femenina como protagonista principal no hace otra cosa que apuntarse a la moda imperante en Hollywood de que las chicas también saben repartir ostias. Daisy Ridley da vida
 a Rey como figura principal en esta nueva trilogía, cuyo oscuro pasado será parte esencial en el devenir de los próximos filmes. Esperemos que se incluya alguna variante en ese sentido. John Boyega da vida al pez gordo en forma de soldado imperial, un personaje algo desaprovechado pese a la notable capacidad de aparecer constantemente en plano. Mientras que Oscar Isaac, (Poe) apunta claramente a heredar la verborrea de Han Solo y a una exagerada facilidad de pilotaje de naves espaciales. Imagino que su personaje ganará mayor presencia en próximos episodios frente a su testimonial bautizo galáctico. Por último Adam Driver en el papel del malo de la función. A pesar de repetir la imagen del mítico Darth Vader, casco, capa y negro como el carbón, contiene una faceta más interesante que ese supuesto complejo de lucha interna que nos quieren vender, me refiero a sus arrebatos violentos que tienen que ver más hacia alguien que esta como una chota frente a la necesidad de querer mostrarse más malote que su idolatrado predecesor. En estos nuevos personajes cabe una esperanza diminuta de que la saga realce el vuelo. Ayudará también que todos podamos librarnos de los recuerdos que nos anclan al pasado y que sus creadores tengan la libertad e imaginación suficientes de explorar nuevos universos. 

El despertar de la fuerza
JJ Abrams, 2015

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19 de enero de 2016

Hola, estás sola?

Es habitual en el mundo del cine que algunos interpretes terminen por pasarse al otro lado de las cámaras y dirigir algún que otro proyecto. Incluso hay muy buenos ejemplos de actores que han realizado notables películas. Un cambio básico que surge en la necesidad interna de poder narrar sus propias inquietudes. Hace veinte años del estreno de la ópera prima de la actriz vasca Icíar Bollaín, Hola, estás sola?. Y a pesar de este flojo debut cinematográfico, la carrera de Bollain ha destacado más desde detrás de las cámaras que delante de ellas, sobre todo a través de su segunda incursión en la dirección con la agradable Flores de otro mundo y la posterior extensión de su filmografía, incluido el éxito de los premios nacionales. Aunque este estreno no sobresalga como otras producciones, si puede decirse que su primera película es un buen referente del cine que gusta filmar a su directora. Un gusto e interés hacías las interioridades de los personajes y sus problemas sociales frente a la verbena cómica donde suele recaer una gran mayoría del cine patrio. Nada más que añadir a esta condición responsable de una persona que tiene la necesidad de involucrarse en mejorar la sociedad en que vivimos.
Hola, estas sola? cuenta la historia de dos amigas en su viaje a ninguna parte. Nada nuevo desde luego, incluso se hace repetitivo la trama del viaje de sus protagonistas hacia ningún o algún lugar, siempre a la búsqueda de algo mejor, deambulando entre la costa y la capital. En realidad, los viajes son sólo un pretexto paralelo donde poder apreciar la evolución de los personajes. Realmente lo llamativo de cualquier viaje es el trayecto, tanto en está película como en las diferentes interpretaciones que podemos encontrar en otras fuentes cinematográficas, literarias o teatrales. Para empezar hay que dejar bien claro que todo viaje necesita transformar a nuestro/s protagonista/s, siendo los espectadores los testigos de esos cambios y jueces de los logros obtenidos. En la película de Bollaín, ese camino resulta en un principio esperanzador al mostrar a dos jóvenes con diferentes grados de ver la vida. Lo malo es que la trama cojea porque todo resulta demasiado evidente. Desde el torpe enamoramiento de Niña con el ruso hasta la requetesubrayada relación de Trini con la madre de Niña. La propia estrechez de la película apenas permite navegar más allá de las soledades que imperan en sus dos protagonistas y aun más en sus tres simples secundarios. Todo queda cerrado en un pequeño círculo que deja bastante corta la aventura que debería cambiar el modo de ver la vida de sus protagonistas.

Niña y Trini se complementan de tal modo que, aunque sostienen parte de la historia, apenas suman algo más que la sencillez con que se enamoran o toman las decisiones que deberían guiarlas. Normalmente este tipo de historias cuentan algún hecho o desencadenante importante que afecta el devenir de sus protagonistas. El abandono del hogar para buscarse la vida y encontrar su hueco en el mundo podría ser motivo suficiente. Pero en este caso, la joven dupla protagonista se queda en una mera recolecta de anécdotas veraniegas. En parte amables, en parte circunstanciales, ya que tampoco se cuenta algo que destaque sobre la vida diaria. La trama se cierra en falso porque la aventura continua, hacia otra parte y hacia otro lugar. Lo único que queda claro es que permanece la amistad entre dos mujeres que seguirán buscando como ganar dinero y como volverse a enamorar. A fin de cuentas, vivir la vida.

Hola, estás sola? de Icíar Bollaín
1995

13 de enero de 2016

Vol 16. Maquinaciones y despropósitos.

Normalmente se aprovecha el cambio de año para plantearse algunas metas o ideas que llevar a cabo en los siguientes 365 días que componen el año. Aunque ya empiezo mal la entrada porque el 16 parte con 366 por ser bisiesto. También podría aventurarse a realizar una especie de resumen de todo lo acontecido en el 15. Tan fácil en mi caso como retroceder al mismo número del mes de septiembre por la llegada de mi segunda hija
A la espera de nuevos caminos

En los dos últimos años exponía en el blog una especie de planificación deportiva que tenía que ver con mi incursión personal en el deporte de moda, y como esta supuesta afición desembocaba en una serie de carreras que formaban parte del reto final, que adquiría una figura mental en forma de maratón. Para el 16 no hay nada de eso, más bien hay un notable desierto en el horizonte que viene azotado por la perdida de la rutina. A finales del 15 se ha intentado volver a calzarse las zapatillas pero un buen par de trancazos y una dolencia en forma de fascitis me ha impedido coger algo del denominado ritmo. Porque esa sensación de disfrutar corriendo debe haberse perdido u ocultado en algún minúsculo rincón de mi ser. Tras holgazanear en las vacaciones navideñas y abandonarme a los placeres del paladar, surge en el horizonte La tragamillas de Collado Villalba. Edición catalogada como X, atractiva letra que siempre me pone. Veremos si sirve de punto de inflexión para volver a las correrías. 

Un pequeño reto personal era superar las cuarenta entradas del 2013, harto difícil por las nuevas obligaciones familiares y el leve abandono a las excursiones por el monte. Estará por ver si puede arañarse alguna jornada para volver a usar el bastón y recorrer los bosques de la sierra guadarrameña. 

Literariamente será fácil seguir aumentando mi parecer en el blog mientras suba y baje hasta el pueblo grande de manera diaria. Para el 16 me he propuesto acercarme a algún que otro mamotreto, se aceptan sugerencias incluso para años venideros. Otra opción destacable será leerse el Quijote de Avellaneda, ahora que Cervantes cumple 400 años de sepultura y encima parece que sabemos donde están sus restos. En el apartado audiovisual... pues más de lo mismo, peliculillas diversas y óperas primas. Aunque a estas alturas creo que debería conocer finalmente Juego de tronos.... 

Buen 2016 a todos.