costa Este de los EEUU bajo una copiosa nevada. Gracias al testimonio de la fotografía, hoy día pueden verse algunas imágenes del enorme temporal que sacudió a algunas ciudades y proporcionó bellas estampas de la época. Vistas con perspectiva, pues un buen número de personas perdieron la vida.
Stone se sirve del extraordinario acontecimiento meteorológico, para crear una ficción que nos traslada a la interesante época donde se enfrentaban las dos grandes superpotencias del siglo XX. Tiempos pasados donde cuadrar la ventisca del título con la denominada guerra fría entre los EEUU y la URSS.
Al habitual entretenimiento que proporcionaban las agencias de espionaje de cada país, así como la carrera espacial o la escalada militar, está novela viene a sumar la insólita aportación de las catástrofes naturales. Ese recurso tan cinematográfico que abarca los caprichos infantiles de destrozarlo todo mediante una sonrisa, como un juego. Pero estamos en el sector de la literatura, el lugar donde se desarrolla un ritmo menos vertiginoso que el cine. Cabe valorar la sensación de realidad que se consigue gracias al comedido desarrollo de las letras. Sobre todo cuando da a entender ciertos pasajes sin necesidad de explicarlo todo.
En Ventisca, el escritor plantea una estructura clásica y que abarca diferentes puntos de vista. Básicamente un grupo principal de personajes, con los necesarios secundarios que ayuden a los protagonistas a superar los diversos obstáculos propuestos. El entretenimiento proviene del carácter aventurero que proporciona la tempestad. El simpático inicio, a pocos días de la condescendiente Navidad, choca con el posterior crecimiento de la borrasca, cuyo continuo empeoramiento empieza a colapsar las ciudades costeras, mientras los ciudadanos andan sorprendidos y expectantes por las erróneas predicciones meteorológicas. Poco a poco se describe como la nieve se amontona sobre las calles, y también, como la sociedad queda empequeñecida ante el poderoso avance de la naturaleza. Y con el trajin de quedarse pasmados ante el horizonte blanco, llegan las previsibles aportaciones del especialista, las del científico reconvertido en héroe ante la notable causa del salvar la patria americana, y de paso, reconquistar viejos amores del pasado. La pena es que poco esmero se dio el autor en un protagonista más bien soso. Sin mayor gracia que logre conectar con el lector.
Ventisca es una muestra donde el ser humano queda reducido por otras fuerzas que no puede dominar, aunque lo intente. Pero la gracia se pierde entre un elevado número de personas que apenas merecen ser recordadas tras la triste mirada del funcionariado. Ni los principales destacan más allá del simple heroísmo del deber. La novela de George Stone entretiene con un supuesto desastre natural, tan fascinante como el relleno. Sin mayores logros que el de amainar parte de la estación veraniega.
De pronto, la familiar realidad del pasado -los sonidos y movimientos del tren- dieron perspectiva a la aparente irrealidad del presente.
Ventisca de George Stone
Ed GP 1978
Col Reno