29 de febrero de 2020

Following

Una buena muestra del cine que vendría de la mano de Chistopher Nolan viene expuesto en su debut cinematográfico. Following aúna muchos de los méritos del director británico y encima supuso un notable estreno, con una historia atractiva, rodada en plan minimalista e inteligente a la hora de exprimir sus escasos recursos. La película convierte una particular manía, basada en la curiosidad de seguir a gente anónima por la calle, en una morbosa experiencia de latrocinio y suspense. 
Te sigo - IMDB
El protagonista se arranca con un discurso de presentación para relatar las pautas y el supuesto móvil, donde se autodeclara como escritor, de perseguir a la peña por la calle. Todo correcto hasta que es descubierto por una de sus "víctimas", de nombre Cobb; quien le propone colaborar en su negocio como asalta viviendas de guante blanco, vividor y amante de la adrenalina. La extraña pareja avanza en un agradable juego de aprendizaje hasta que irrumpe el vértice que toda relación requiere. La chica. Una mujer que levanta las pasiones del aspirante a escritor y que Nolan aprovecha para extender el relato al acercarnos a los negocios sucios de los barrios bajos y de los gánsteres de poca monta. Pero igualmente peligrosos. Por ahí la chica suma varias funciones, con sus aires de femme fatal al cumplir los requisitos de misterio, atracción y tópica cabellera rubia. Y con este trío, Nolan se marca su primer entretenimiento fílmico, con una historia que esconde numerosos ganchos, sorpresas y giros que requieren la atención del espectador.

No es que el guión sea enrevesado pero si contiene unas mínimas expectativas que parece van cambiando según los intereses de los protagonistas. Nolan también se unió a la moda que supuso fragmentar la historia y descolocar el orden lineal de las cosas. A ojo, tal recurso vivió un momento álgido gracias al Pulp Fiction de Tarantino, quien abrió la veda a numerosas cintas posteriores. En Following sirve también para llamar la atención, para que no perdamos comba del verdadero desarrollo de la historia; una trama que anda enmascarada en pequeños saltos en el tiempo aunque el meollo del filme se exhiba sin grandes alardes sin necesidad de estrujarnos la cabeza. En parte puede decirse que el filme parece un aceptable prólogo del posterior éxito que supondría Memento, la película con la que Nolan sorprendió al mundo y cuya historia comparte algunos mimbres con la ópera prima del director.


No te fies nunca de quienes se reflejan - IMDB
Sin embargo Following se queda rápido sin gas y el director acierta en dar por cerrado el cuento, el filme apenas supera la hora. Porque al final la historia da para lo que da y su trío protagonista culmina todos los virajes posibles en ese breve lapso de tiempo. Es de agradecer que Nolan tuviera claro como desarrollar su historia en lugar de estirarla innecesariamente, así como la posibilidad de adornarla, en preciosas imágenes en blanco y negro además de alterar el orden natural del tiempo para llamar la atención y elevar el suspense de los actos que realiza el protagonista. Un buen ejemplo de que las buenas ideas triunfan en las gentes apropiadas.


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Following
Christopher Nolan, 1998

21 de febrero de 2020

El Papa rojo (La gloria del olivo)

Podría abreviar esta entrada con una simple sentencia: Menuda castaña pilonga.

Peeero como pretendo ser educado, voy a intentar no resumir en exceso las sensaciones que trasmite El Papa rojo, (La gloria del olivo), del escritor JJ Benitez. Porque no las merecen.


Para empezar y sin venir a cuento, recuerdo la petición de mi pareja para obsequiarla con el susodicho libro y mi posterior incapacidad por encontrar un maldito ejemplar. Agotado según los libreros de mi aldea, mientras que la venta por Internet no estaba tan desarrollada en el cambio de milenio. Fechas que hacen rememorar el rápido paso del tiempo. Sin saber muy bien cómo, el libro terminó por aparecer, sin que mi bolsillo ni tiempo mediara en el asunto; y en estos últimos años de hipoteca compartida, ha terminado por ocupar parte de los estantes destinados almacenar nuestras lecturas. En estos felices años de ignorancia, mi mente asociaba El Papa rojo como a una ligera tarea sin cumplir, al no consumar la búsqueda y adquisición final por mi parte. Tarea que quedó relegada a terceras personas. Incluso en esta década bloguera, donde voy reseñando algunas lecturas, queda claro que mis preferencias literarias distan bastante de las obras de JJ Benítez; y de los de mi pareja. Sin embargo, de vez en cuando caigo en la tentación de merodear las obras que acumulo en mi propia vivienda y dar una oportunidad a ciertas novelas, que de primeras, apenas llaman mi atención. Como en este caso, cuyo mayor interés queda citado al principio de la entrada. 

A punto de encestar
El Papa rojo propone una interesante trama sobre las políticas vaticanas y la lucha de poder que desencadena la presunta muerte accidental del Papa: el polaco Juan Pablo II. Tal suceso requiere la lógica presentación, el detalle del suceso y la consecuente investigación. Pero los mimbres que sustentan la atención del lector, decaen pesada y rápidamente. Debía llevar unas cuarenta páginas cuando las dudas empezaron asaltar mi cabeza y la lógica intentaba imponer el noble criterio de dar portazo. Sin embargo, la tozudez es una característica innata, empotrada en algún oscuro rincón de mi ser que logra elevar la lectura hasta las 130 páginas... Una cifra loable vista la narrativa precedente y con la duda de cerrar el libro nuevamente. Y hete ahí, que la lógica vuelve a perecer frente a la terquedad y surge el orgullo de tener que terminar las cosas por guevos. Como cuando uno se obliga a darse un atracón con tal de vaciar el plato. La lectura de El Papa rojo no iba a ser menos a esas alturas. Finiquitada, sólo queda agarrarse a la letanía diaria, para que aparezca la magia del olvido sin gloria alguna.

Tal vez la culpa deambule en mi escaso interés por las tramas enrevesadas y conspiranóicas. Allí donde otros disfrutan con complicados misterios por resolver, a un servidor aburre la curiosa postura de importancia que adquieren ciertas historias centradas en rebuscar pistas hasta en los bajíos de las alfombras. En este caso hay que soportar un proceso lento, pesado, plomizo y recurrente en citar horas y minutos con la intención de crear una tensión cronometrada de los hechos. Pero para que esto ocurra debe de darse "algo" digno entre el breve tiempo discurrido, sin mayor acción que el recurrente proceso de describir continuamente el glosario de detalles. El entrecomillado también es importante. Porque si no basta con explicar cada paso con pelos y señales, el bueno de JJ acude raudo a subrayar la intención de sus escritos, que quede claro la supuesta importancia del "texto" aunque se acumulen en exceso. Tal pesadez debe ser marca de la casa, ya que el mismo autor se retrata ante la policía italiana como un "enfermo de los datos". La acumulación de éstos y de tecnicismos propios de la investigación policial, cargan las páginas de una lentitud enfermiza que echa para atrás la paciencia que requiere la lectura. Y encima con trampas.

Porque siempre, siempre, hay cabida para que aparezca un montón de gente especializada, a los mejores en sus ámbitos de trabajo, policiales normalmente, con indudables capacidades para resolver el misterio de turno. Por supuesto también hay espacio para que surja una sociedad u organización poderosa y paralela a cualquier gobierno reconocido. Tan importante y meticulosa que toma gran parte del protagonismo del texto de JJ Benítez.

La especialista del "tercer círculo" en Ginebra no preguntó. Se limitó a escuchar. Después, recogiendo el dossier, se despidió de Frank. Así son los agentes de Los Tres Círculos. Sencillamente ejecutan las órdenes.

 
Tras las numerosas frases del punto y seguido. Punto y seguido, El Papa rojo queda reducido a una historia que contada en resumen suena mejor de lo que ofrece. Si fuera un tráiler se vendería mejor el producto que el tocho que realmente es. La estructura del libro anda fragmentada, con una larga presentación del suceso que da paso a una intrahistoria de los preparativos, planes y demás gaitas para finalmente volver al presente, a las preguntas sin respuestas y a la necesidad de seguir estrujando la fantasía montada por el autor. Destinada para los fieles del misterio. Otros cargaremos la cruz de la cabezonería de por vida.

El Papa rojo (La gloria del olivo)
JJ Benitez. Ed Planeta. 2003