Guillermo del Toro es una de las personas más singulares dentro del mundo cinematográfico y reconocida además por sumar una imaginación fantasiosa a sus obras. Con Nocturna, hace su estreno en la literatura al presentarnos la primera parte de una trilogía vampírica. Del Toro cuenta con la ayuda de Chuck Hogan para escribir juntos este excelente libro con chupadores de sangre en pleno siglo XXI. Tengo que destacar la persona de Hogan, ya que en muchos sitios parece que la novela es solo de Del Toro, aunque desconozco al autor norteamericano, es interesante comprobar que el orondo mexicano ha "necesitado" la colaboración de Hogan para dar rienda suelta a la tan cacareada imaginación del autor de "El Laberinto del fauno". Solo es un apunte para valorar el trabajo de Hogan, porque Del Toro ya se ha ganado el reconocimiento del público y no necesita mayor promoción o adulación.
No hay mejor forma de empezar un libro de terror que acojonar al lector recordándole viejos temores. Como al niño que recuerda la historia del gigante Sardu que le contaba su abuela en el prologo. La ciudad de Nueva York tiene una dolorosa historia reciente y cuando un avión se sale de los parámetros normales, los temores y miedos internos aflorecen, como si el tiempo no hubiera pasado. Los autores de la novela hacen una genial entrada, un avión llega a Nueva York, un inmenso ataúd plateado trae consigo a un ser inmortal que ha traspasado fronteras y los viajeros del avión están todos muertos a excepción de cuatro supervivientes.
Del Toro y Hogan inician su trama con una exquisita descripción, cediendo la acción a los múltiples personajes que irremediablemente irán cruzándose. En este caso, la novela toma un punto de partida distribuido como por distintos capítulos, cada momento a lo suyo, iniciando subtramas y cerrándolas. Los personajes son los verdaderos protagonistas de la historia y ambos autores no tienen ningún problema en mostrarnos a estas personas con sus habituales problemas personales, incrementados a través del poderoso germen que se esta gestando y tomando el tiempo necesario con cada uno.
El protagonismo recae en Ephrain Goodweather y su equipo médico para combatir enfermedades bacteriológicas. Porque el vampirismo que se cuece, es presentado también como un virus, una enfermedad que se transmite a través de la sangre, parecido a los zombies de 28 días después. Ephraim contará con la ayuda de Abraham Setrakian, un anciano que conoce el mal que ha llegado a Nueva York al combatirlo a lo largo de su vida, la inclusión de personajes es extensa y es obligación de los lectores descubrirla, todos los personajes cuentan, en mayor o menor medida a fortalecer la historia principal y sumando sus propias historias personales al conjunto de la obra.
Nocturna se apoderó de mi tiempo y consiguió algo tan excitante como forzar la lectura hasta que la vista aguante, pocas novelas consiguen un efecto semejante. Del Toro y Hogan han logrado engatusarme, esperando la segunda y la tercera parte para completar la trilogía. A pesar de ciertas obviedades argumentales y (no puedo resistirlo) la frikada del comando antivampírico que se lleva al latino Gus, para convertirlo, esperen que me río, en una especie de guerrero... Nocturna me gustó y me convenció. Espero que Del Toro y Hogan estén afilando los colmillos y nos regalen otra obra tan entretenida como esta primera parte. Quiero sangre.
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Oscura
Eterna
The Strain T1
The Strain T2
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Oscura
Eterna
The Strain T1
The Strain T2