28 de enero de 2011

Minority Report

Pocas cosas pueden añadirse a la carrera del meteórico Steven Spielbeg. El "rey Midas" cinematográfico estaba en plena forma cuando continuo en el genero de la ciencia ficción tras el encargo de "Inteligencia artificial". Para "Minority Report" contó con la sonrisa más exportada de Hollywood. El actor Tom Cruise y el director de "Et" no habían trabajado antes juntos y este proyecto fue la oportunidad de unir a dos de las personas con más poder en la meca del cine.
 /UFD

El guión esta basado en un relato del escritor Philip K Dick (Blade RunnerDesafió total...) autor estadounidense con notables facultades para ser adaptado. La trama parte de la creación de un cuerpo policial especializado en evitar que se cometa un crimen antes de su realización con la ayuda de tres personas con poderes videntes. La unidad Precrimen ha conseguido reducir la escalada de asesinatos que se realizaban en la capital del estado americano con la facultad moral de juzgar y condenar a los presuntos criminales antes de que se cometa el crimen. La perdida de la libertad de la sociedad a cambio de la seguridad.

En este aspecto destacan los escaneres oculares, con identificación y publicidad personalizada incluida. La magistral secuencia de las arañas robóticas encargadas de identificar a todas las personas de un edificio donde Spielberg muestra en un único plano la depredación de libertad en el propio hogar de las personas cuando las arañas robóticas no tienen reparos en identificar a una persona en el catre, unos niños asustados, una pareja haciendo el amor y otra en plena discusión. La irrupción de la seguridad en la propia vivienda y aceptada por sus inquilinos como algo normal en esta sociedad futura.

John Anderton/ Cruise es la persona operativa al mando mientras que el actor sueco, Max Von Sidow es el hacedor y jefazo del proyecto que aspira ampliar la unidad Precrimen a todo el país. El giro de la trama surge cuando es el propio Anderton quien aparece como asesino, el protagonista, incrédulo, toma la decisión de huir para evitar ser arrestado e intentar descubrir por su cuenta los motivos por los que sería capaz de matar a un desconocido.

La película contiene secuencias que se quedan grabadas en la retina de los espectadores. El inicio es espectacular y describe en una acción de tentativa de asesinato como funciona el eje de la cinta, Cruise manejando táctilmente el ordenador es algo que ya puede verse a día de hoy. La inclusión ocular para controlar a los ciudadanos tiene su replica en el contrabando y las operaciones para evitar ser detectado, hecha la ley se busca la trampa. La típica escena, que yo llamo humor Disney, cuando Anderton se encuentra en plena lucha con sus compañeros en un edificio y consiguen freír unas hamburguesas a través del propulsor aéreo o los golpes en el techo que provocan el temblor de la mesa superior con sus comensales incrédulos ante el inesperado movimiento de la mesa.

Minority Report es una magnifica muestra de ciencia ficción con un Spielberg en plena forma y con un personaje principal bastante más oscuro de lo normal en las películas del director estadounidense (perdida de un hijo y adicto a las drogas). Cuenta además con un antagonista de altura, un Colin Farrell en un buen papel de burócrata de la justicia que lamentablemente pierde fuerza mientras avanza la película. A pesar de algunos momentos donde la narración pierde comba, el conjunto supera con nota cualquier expectativa. En su día me pareció una gran película de ciencia ficción y precursora de los tiempos futuros en cuanto a seguridad y privacidad. Tal vez gane con el tiempo, como le ocurrió a Blade Runner, aunque seguramente se vea perjudicada por el halo del entretenimiento y la espectacularidad de sus escenas que por la profundidad de su planteamiento.




14 de enero de 2011

Casa Palacio de Mataespesa


A lo largo de la vida cualquiera puede conocer lugares más o menos interesantes, viajar, vivir y descubrir diferentes culturas para llevar a cabo algo tan manido como abrir nuestra mente. Al contrario de la lejanía, en ocasiones uno puede descubrir pequeños rincones cerca de su propia residencia habitual, y estos lugares pueden tener mayor o menor importancia, pero con la suficiente fuerza para hacer pensar lo poco que se conoce realmente el espacio que nos rodea. La casa palacio de Mataespesa en Alpedrete es uno de mis últimos descubrimientos, admito que parezco un seguidor del romanticismo y que mi vista se centra más en un edificio en ruinas que en cualquier maravilla técnica de ingeniería moderna. La casa palacio de Mataespesa se encuentra en un estado ruinoso, enclavado dentro de una finca y rodeada de vegetación, parecería todo una escena mágica de otros tiempos sino fuera por el vandalismo que sufre, mención aparte de los guarros artistas del grafiti abandonando sus "pinceles" en cualquier lugar menos en un contenedor de basura.


A pesar de todo, este lugar tiene algo de atracción personal, un silencioso paseo por sus restos me embauca a otras épocas y a otros modelos de vivir la vida. En realidad este lugar era una casa señorial del siglo XIX cuyos postreros habitantes serían los Duques de Valencia, siendo María del Carmen y Ramírez de Arellano la ultima referencia que he encontrado sobre la finca. Por parte de la población local y del ayuntamiento ha sido objeto de numerosos debates sobre el uso que debía darse a esta parcela de propiedad privada, parece ser que es suelo urbanizable aunque la crisis pueda hacer retroceder cualquier tipo de especulación al enclavarse dentro una buena masa forestal y con numerosos pasos de servidumbre.

Yo accedí a través de la urbanización del mismo nombre, Mataespesa, dejando a un lado un poema inscrito sobre una piedra y siguiendo una calzada de adoquines hacia la parte frontal del edificio señorial. Son numerosas las edificaciones que hay alrededor, vaquerías, un gallinero, un palomar, una capilla y diferentes casas viviendas. Hacia el noreste hay una cisterna y un poco más escondido, siguiendo una vereda, un magnífico balcón incrustado sobre una roca con vistas hacia Cabeza Mediana. Como ya he comentado las edificaciones se encuentran en un estado ruinoso, multitud de cascotes y escombros que adornan los suelos.



A pesar de todo, la estructura se mantiene firme gracias a los rocosos materiales con que fue edificado y permite imaginar la riqueza e importancia que debió tener en su momento. La casa palacio de Mataespesa se mantiene pues olvidada, donde la vegetación trabaja con sigilo para intentar ocultarla. El denominado "Castillo de Alpedrete" ha sido visitada frecuentemente por los amantes del aerosol y de los que preferiblemente pretenden perderse unos minutos por sus muros, con el murmullo de la naturaleza de fondo y prestos a escuchar algún sonido perdido en el tiempo cuando habitaba la vida alrededor de estos restos.

Album de fotos.




3 de enero de 2011

Braveheart: La epopeya de Gibson

La película Braveheart supuso para Mel Gibson el culmen cinematográfico en su carrera gracias al reparto de los muñecos dorados. En 1996 la academia americana premió al director/actor australiano con cinco Oscars por la epopeya histórica del héroe escoces William Wallace, incluyendo la dupla película y dirección.

A lo largo de la historia del cine se ha recordado a muchos actores por alguna película en especial. Si Charlton Heston lo encontró en el personaje de Judah Ben-Hur, obligando a que el ego de Kirk Douglas buscase un proyecto que lo encumbrará del mismo modo en Espartaco, de este modo se creó una larga lista de películas ligadas obligatoriamente a un nombre, Marlon Brando en El Padrino, actores empeñados en interpretar una figura real, Will Smith con Alí y grandes películas unidas al actor de moda del momento, Kevin Costner en Bailando con lobos.

Mel Gibson tuvo la fortuna y la habilidad de dirigir Braveheart como la principal película que lo situase en los altares de Hollywood. Atrás quedaban sus interpretaciones en las sagas de Mad Max y Arma letal. Desde que Gibson obtuviese el beneplacito de la crítica con su debut en El hombre sin rostro y el éxito con Braveheart, la carrera del australiano ha sido más interesante cuando se situaba detrás de las cámaras.

Braveheart: Simple espectáculo. 

 20th Century Fox
La película de Gibson logra sustentarse en el tiempo gracias a la espectacularidad de las batallas, una sublime banda sonora y sobre todo al recuerdo que la cinta causó en su primer visionado. En absoluto es una película redonda, bien conocidos son los fallos de montaje, con una colección tan abultada que creo toda una legión de cazadores de errores.

La concordancia histórica fue otro punto en su contra, el principal fue el exilio omitido en la película que el Wallace historico realizó por las cortes europeas buscando apoyos para la rebelión escocesa o la batalla de Stirling Bridge que por motivos economicos y racionales fue modificada. En otras circunstancias las licencias que se toma el cine me suelen molestar más, pero en este
caso me dejé embaucar por la potencia visual antes que por la rigidez histórica.

Aunque lo peor fue la relación de Wallace con la futura reina de Inglaterra, un ejemplo en contraposición y buscando una historia similar se dió en Gladiator, interpretada por Rusell Crowe. En una entrevista personal, posterior al estreno, Crowe explicaba como se negó durante el rodaje a que su personaje tuviera una historia amorosa con Lucila (Connie Nielsen, hermana de Comodo) en la trama de la cinta, la búsqueda de venganza del gladiador Máximo por la muerte de su esposa e hijo perdería todo su sentido moral si se hubiera realizado. A Gibson /Wallace le pasa exactamente lo mismo, pero en este caso el autor permitió esa relación perdiendo en este caso la idealización del amor perdido.

De todos modos Braveheart sobrevive más que bien el paso de los años, Gibson colecciona numerosas escenas memorables, destacando especialmente las batallas, coreografiadas con fuerza, especialmente la primera por encima de todas, sangrientas y con detalles llenos de emoción. La carga de la caballería es uno de los mejores momentos al mezclar in crescendo el desarrollo del avance de las tropas inglesas frente a la linea escocesa. Sin olvidar por supuesto, la mejor arenga escuchada en una sala de cine.

La relación de amor secreto entre Wallace y Murron, tan simple como una mirada y un recuerdo del pasado, la posterior ejecución de Murron eleva la revuelta en un magnífico ejercicio de imágenes brutales a través de la sublevación espontanea de los escoceses. La épica necesita de los secundarios para acompañar al film, Braveheart cuenta con la cercanía y la lealtad de personajes unidos en la infancia del protagonista, magnífico como siempre Brendan Gleeson. El humor, inevitablemente necesario para desahogar de ferocidad a la cinta a través de un "loco irlandes" Junto a un final muy del gusto de Hollywood, el martirio final del protagonista en la onda del catolicismo extremo del autor elevan la propuesta de Wallace como víctima de la injusticia, sacrificado por un poder opresor que levantará y unirá al pueblo escoces en armas hacia su libertad.