21 de enero de 2015

XXX Cross de Leganés

364 días después, me encuentro nuevamente en el parque Polvoranca para participar en la trigésima edición del cross que organiza el club de atletismo LeganésCuando se repite, queda claro que uno terminó satisfecho en la participación del año anterior, y al repetir, sirve para contrastar la evolución de todo un año corroteando, al poder comparar tiempos y sensaciones en una misma prueba. Debido a esto último, esta entrada comienza por el final, pues según mi crono personal acabé con un tiempo de 33´41” a lo largo de los 8ks que conforma el circuito. Finalmente la organización me añadió 3” en la clasificación final, derivado seguramente al tiempo que tardé en arrancar desde la salida. En todo caso, la mejora respecto a la edición anterior han sido de 6 minutos, teniendo en cuenta que en el 2014 pudiera ser más lenta por la cantidad de barro acumulado. Tras citar este ligero matiz, la carrera realizada me ha dejado una buena ración de autoestima, sabiendo incluso que estoy saltándome entrenos de cara a la maratón de Madrid. El ritmo medio fue de 4´13” el km, y aunque la sensación de fuerza no fue tan buena como la Pedestre de Guadarrama de 2014, sí que ha sido esta mi carrera más veloz.
Salida 2015 - Foto de Roger Ortega
 
Como ya he descrito, este cross se celebra en el paraje del parque Polvoranca, con diversas categorías y el campeonato de Madrid corto (4Ks) de la especialidad a lo largo de la mañana. El trazado se compone de 2ks al que se dan cuatro vueltas. Y la salida arranca desde una amplia explanada hasta un estrecho sendero, posteriormente se nos desvía para volver por la ladera de una breve loma. Durante este regreso, destaca un sinuoso zigzag que concluye nuevamente en la explanada del inicio.

Mi idea inicial era disfrutar de la carrera, donde las previsiones meteorológicas fallaron y sólo nos acompañó el frío que resonaba rítmicamente al paso de los corredores por el helado sendero que discurre paralelo a un arroyo. Nada de la prometida nieve que le hubiera dotado de una cierta gracia. Arranqué bastante fuerte durante la primera vuelta a fin de situarme en carrera, adelantando y siendo superado por diversos corredores. De hecho, al final de la segunda vuelta me alcanzó una mujer que debía ser de las primeras, puesto que los jueces tomaban continuamente nota de sus pasos por meta. A su lado marchaba un tipo que aventuraba ser todo un veterano, quien le cedió gentilmente el trazado limpio del patatal del principio del circuito. De este modo, me uní al dúo hasta el final de la carrera, con la aparición esporádica de un corredor de naranja que tan pronto aparecía por delante de nosotros como se quedaba por detrás.  
Roger Ortega logró retratarme

Durante el zigzagueo de la tercera vuelta fuimos doblados por la cabeza de carrera, una locomotora que resoplaba hacia su victoria con el logo del AD. Marathon a su espalda. Justo en ese instante, recordé el inútil propósito que me planteé al planificar mis primeras carreras del año y que hasta ese momento se habían mantenido ocultas en el subconsciente. Que no me doblarán!
 
Ya en la última vuelta, planeo mantenerme con mis dos compañeros e intentar acelerar en el tramo de regreso a meta. Antes de ese espacio nos adelantó un compadre de negro, además de la continua aparición del de naranja. En ese último arreón, comprobé que todavía me quedaban fuerzas para hacer un cambio de ritmo que me permitió volver a superar al de naranja y para dejar atrás a mis dos compañeros. Puesto 60 en la clasificación final y feliz tontamente al comprobar que los continuos ánimos que recibió mi compañera femenina deberían trasladarse en mis felicitaciones, puesto que Yolanda Manso fue la vencedora femenina con un tiempo de 33´48”.

Parece que solo me faltan las perdices para redondear esta primera carrera del año donde he recogido moral suficiente para afrontar mis próximos retos personales. La guinda no pudo ser completa, al tener que entregar mi dorsal (756) en meta. Una pequeña perdida para mi colección personal de dorsales.
Ruinas de la iglesia de San Pedro

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16 de enero de 2015

Miguel Strogoff

Hete aquí una de las novelas más importantes y reconocidas dentro de la extensa nomina de obras de Julio Verne. Al título de este libro suele acompañarle el sobrenombre de El correo del zar, dando pie al oficio del protagonista de la novela. Strogoff es un destacado cartero al que se le encomienda una misión delicada. Dentro del vasto imperio ruso se ha producido un alzamiento militar encabezado por un emir tártaro llamado Féofar Khan. Este personaje ha logrado unir, bajo su mando, a una serie de tribus nómadas que amenaza  con conquistar parte de la Siberia Oriental. El peligro aumenta al encontrarse el hermano del zar en Irkutsk, la ciudad rusa más importante en ese extremo del imperio y que se encuentra con las comunicaciones cortadas por los invasores. Estos rebeldes cuentan con la ayuda de un militar ruso, Iván Ogareff, traidor a su patria y que forma parte de la revuelta al instigar a sus lideres para llevarla a cabo. La única opción del zar es alertar a su hermano del peligro a través de una misiva personal mientras el propio emperador reorganiza su ejercito para intentar socavar esta rebelión. El mensajero escogido por sus virtudes contrastadas es Miguel Strogoff, quien debe partir de inmediato desde Moscú para alcanzar el otro extremo del continente lo antes posible. Recorrer unos 5523 mil kms de finales del siglo XIX, y con la gracia añadida de tener que atravesar el frente enemigo. 

De partida se cumple una de la señas de identidad del autor. Un viaje que normalmente suele tener un largo recorrido, aunque siempre esté encabezado por un personaje principal sobradamente preparado. En su camino topará con otros clásicos personajes del autor. La parte femenina deriva en una joven llamada Nadia, que también se propone llegar hasta Irkutskt para reunirse con su padre exiliado y que desconoce la invasión rebelde. La supuesta parte cómica se reparte entre dos corresponsales europeos, el dicharachero francés Alcides Jolivet y el flemático inglés Harry Blount. Ambos también se internan en las extensas llanuras de Siberia para trasladar la guerra hasta sus respectivos diarios nacionales. El toque de humor, con el que Verne suele acompañar a sus obras, arranca con estos singulares plumillas para terminar cayendo en la estricta seriedad que requiere un acto tan hostil como es la propia guerra.

Miguel Strogoff adopta, por así decirlo, a Nadia como hermana para cubrir juntos el extenso viaje que les aguarda. Un trayecto descomunal que ríete tú del peregrinaje de antaño. La obra contiene lo mejor de su autor, al contactar fácilmente con el lector y describir con naturalidad los diversos avatares a los que debe enfrentarse nuestro protagonista. Es cierto que existe un letanía redundante que se da a lo largo del viaje. Postas, caballos y ciudades se repiten en una fórmula repetitiva que afortunadamente se trastoca con la llegada de los obstáculos a superar. Además destaca también ese toque sombrío que acompaña al ser humano cuando esté opta por las armas. El humor que acompañaba a los periodistas desaparece cuando son hechos prisioneros y se destaca la triste suerte de los débiles, donde ni siquiera se salvan las almas generosas que son picoteadas por las carroñeras aves de la muerte. 

De punta a punta
Tanto divertido ajetreo y dificultades preceden a la sobrada del "más difícil todavía". Resuelta al final por Verne de un modo simplón y poco creíble que inevitablemente redunda en perjuicio de la novela. La epopeya de Strogoff es fascinante por el largo trayecto recorrido y por las dificultades que debe superar ese hombre de espíritu infranqueable. Como para que encima se quiera encumbrar aun más su hombría o determinación con la machada del llanto humano. 

Miguel Strogoff es una brillante novela de aventuras que contiene el mejor nivel de Julio Verne, a través de un extraordinario viaje que se aleja con maestría del género de ciencia ficción que con tanta fortuna cosechó este escritor. Lamentablemente a mi pesar, surge esa laguna que contradice la enorme voluntad del héroe frente a la estupidez humana de mantenerse ciego.

- Decididamente vale más esto que estar doce horas diarias sentado en una silla manejando un manipulador.
Nicolas Pigasoff


Miguel Strogoff 
Julio Verne
Ed. El País aventuras. Grupo Anaya, 2004

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7 de enero de 2015

Calendario deportivo 2015

Primera entrada del año con una idea similar al anterior, planificar algo la actividad deportiva para el 2015. En este caso por dejadez y por pereza no ha habido oportunidad de cerrar el año como tenía pensado. Y ya hace tiempo de la última carrera en forma de maratón, pero se ve que la mente necesitaba airearse, y aunque tenía intención de correr en diciembre alguna carrera, estas fueron pasando de fecha sin mi presencia. Más bien me he divertido buscando y dudando que hacer a lo largo de este año detrás del ordenador. En esta ocasión voy a ser menos osado para señalar solo los cuatro primeros meses. Porque la meta final vuelve a ser la distancia de Filípides, con fecha a 26 de abril de 2015. Ciudad Madrid. Sí. Madrid. La prueba que acumula varias críticas, incluida la mía, en las redes sociales por infinidad de cosas y que he señalado en alguna ocasión en este blog. Pero para este año he decidido ser práctico. Y la maratón de Madrid viene a ser la opción más barata. Punto y final.
Breve colecta del 2014
Toca ponerse las pilas pues estamos ya en enero y aunque no he dejado de correr tampoco he seguido una línea continua. De este modo pretendo volver a ponerme un dorsal al menos una vez al mes como preparación al segundo reto de los 42ks. Para este primerizo mes voy a volver a Léganes, al cross que tan buenas sensaciones me dejo el año pasado en una carrera corta de tan solo 8ks. La idea es correr sin más y disfrutar del campo a través. Si acaso me propongo algo será evitar que me doblen. En febrero espero haber cogido algo de fondo para afrontar la MM de Latina. Una prueba que contiene cierto desnivel en la zona sur de Madrid y donde espero trotar ya con algo de fondo. Para marzo, la opción sería la MM Cervantina de Alcalá de Henares. Según he leído en algunos blogs, el recorrido de la media facilita la posibilidad de poder obtener una buena marca personal. Veremos si para esa fecha soy capaz bajar de la hora y cuarenta minutos.

Un mes más tarde será el maratón del pueblo grande, y la prueba de fuego para poder sumar mi segunda maratón. Acabar será el principal objetivo dejando a un lado la marca, que no me interesa salvo que lo vea muy claro dentro de la propia carrera. Después llega el resto del año, mayo, junio, verano....   

18 de enero. XXX Cross de Leganés
22 de febrero. 10ª MM de Latina
22 de marzo. V MM Cervantina
26 de abril Rock´n´Roll Madrid Maratón

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y septiembre... 19 de septiembre XXXVI Pedestre popular de Guadarrama