Que vago soy. Un poco más y parece que he abandonado mis rutas bélicas alrededor de Guadarrama. Menos mal que no tengo que rendir cuentas a nadie. Toca pues regresar y culminar esta sección, esa es la idea, antes del verano. Que para entonces quiero enfrascarme en otros andurriales y dejar finiquitada tanta ruina. En esta ocasión incluyo las posiciones
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Nido de ametralladora semicircular. Nº 4 |
republicanas de Los Tomillares, gracias en parte a que el ayuntamiento de Guadarrama ha creado una guía de los restos de la guerra civil que hay en su termino municipal. En esta guía se catalogan los restos y elaboran una serie de rutas para senderistas con interés turístico. Un buen trabajo de campo del cual pongo el enlace correspondiente al final de la entrada. De hecho, no pensaba incluir estas posiciones enclavadas en la Dehesa de Los Poyales en el blog, pero ya que te hacen el trabajo sucio todo parece resultar más fácil. De primeras hay que dejar claro que los restos de esta zona están bastante deteriorados y rodeados de arbustos. No hay ninguna construcción que destaque sobre otras y la intención municipal debería salvaguardar lo poco que queda o simplemente limpiarlo de tanta maleza. Aunque eso ya es otro cantar en una zona de amplia explotación ganadera.
El punto de inicio parte desde la urbanización Miranieves (Guadarrama) a través de una pista conocida como calleja de los poyales. Quien quiera que sea paciencia, porque hay que andar un buen trecho, poco más de cuatro kilómetros, hasta el primer punto de interés. Un nido de ametralladora fácilmente identificable al estar al lado de la pista de ascensión. Los restos de piedra están bastante dispersos aunque se mantienen un par de muretes que dan salida a una trinchera que continua ascendiendo casi en paralelo al camino. Detrás de esta pequeña colina apenas quedan algunas oquedades conectadas por trincheras y cubiertas prácticamente por arbustos y zarzas. La mejor opción es seguir la línea de la trinchera anterior hacia arriba, donde se supera un pozo de tirador, visible pese a la vegetación, para continuar ascendiendo hasta un muro casi natural y que divide la trinchera en otra pequeña cima alomada. A lo largo del leve cerro aparecen más muros y restos de parapetos. Posteriormente la trinchera gira para cubrir la retaguardia y perderse en una finca particular hacia el norte. El cordal de la sierra se encuentra de frente, donde los nacionales dominaban el Alto de El León y el cerro de la Sevillana. A la mitad se aprecia la estación de La Tablada y un túnel bajos las vías del tren por donde desciende el Cordel del Toril.
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Nido de ametralladora con La Peñota de fondo. Nº 3 |
En este punto viene un pequeño error de la guía. Tras superar el primer lugar de interés, el mapa sitúa el siguiente elemento a visitar justo en el trayecto de bajada del cordel del Toril, pero la vegetación es tan abundante que el supuesto camino se encuentra devorado por la maleza, obligando a un humilde senderista a atravesar la espesa flora con la única orientación del todo recto por si acaso. Una vez superada la particular jungla de la dehesa me encuentro con un roquedal a mi izquierda que me invita a explorar sus aledaños graníticos. Lógicamente aparecen varios restos de muros y abrigos pegados en la roca. Por encima del roquedo descubro una trinchera y un pozo de tirador con algo de hormigón que delatan a este enclave como el punto de visita número tres. La trinchera asciende muy cerca de unas torres de electricidad que sitúan al enclave número dos algo más arriba, también reaparece el cordel del Toril tras los intensos arbustos anteriores para descender hacia las dehesas de Los Molinos. Lógicamente subo hasta la base de la torre donde se encuentra una vivienda como elemento constructivo más notable. La misma trinchera que une ambas posiciones continua bajando hacia el vecino termino municipal, destacando la altura de su hendidura en la tierra pese al creciente afloramiento de la madre naturaleza.
Queda solo por recorrer el ultimo nido de ametralladora destacable. Y a la postre el único reseñable por encima de la media. Se trata de un ruinoso conjunto circular hormigonado y precedido por un muro con tronera. Pegado hay otro acceso semicircular en similares condiciones de ruindad. Momento idóneo para reponerse algo del esfuerzo acumulado y disfrutar de las vistas que ofrece este amplio espacio abierto. De tanto mirar las nevadas
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Muro natural con vivienda adosada |
cumbres aprecio una trinchera que desciende desde esta posición hacia la pista del inicio de la ruta. Nada nuevo pues hay varias por ahí desperdigadas y que unen las simples elevaciones de terreno. Pero mira por donde que me da por seguir esta trinchera y tras unos cuantos pasos llego hasta un nuevo roquedal que forma un muro natural. Detrás de la roca y de amplias zarzas aparecen varias viviendas que culminan en un amplio pozo parapetado. Esa formación semicircular destierra la posibilidad de que fuese de carácter ganadero, al menos en su origen. La cercanía de la pista de regreso da por finalizada esta excursión bélica en la Dehesa de los Poyales, desandando la calleja inicial para volver a la casilla de salida. Por ultimo conviene detallar que es fácil encontrarse con ganado suelto a lo largo de la dehesa aunque considero evitar a otro tipo de animales durante la temporada de caza. Porque son bastantes los hombres armados que deambulan por este paraje desde octubre hasta enero pegando tiros. Otro pequeño matiz que debería aparecer en la guía municipal como simple advertencia.
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Enlace turístico
PDF Guía
Álbum Fotográfico
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