29 de enero de 2019

A través del desierto

Y del ego. Porque enorme debía tenerlo Karl May, autor de las aventuras de Kara Ben Nemsi. Una especie de emir de origen occidental, dedicado a la escritura y dominador de diversas artes, lenguas y conocimientos. Ese es el nombre que adopta un aventurero alemán que merodea por las arenas del mundo musulmán, resolviendo entuertos, asesinatos, secuestros y otros tantos misterios sin necesidad de que la locura rellenase los textos del notable escritor germano. Sobra decir que el protagonista es el propio May. Reencarnando con imaginación los sellos que le gustaría poseer en su pasaporte. En parte, May tendría que estar situado como una celebridad más de la literatura alemana, gracias a sus novelas de aventuras que conectan con otros autores, como Julio Verne en Francia o Emilio Salgari en Italia. 

La vida real del propio Karl May es toda una aventura, cabe destacar algunos problemas con la justicia que le llevaron a la cárcel. Por estás causas perdió la opción de ejercer como maestro, y gracias a su éxito literario posterior, pudo vivir de manera desahogada. Quizás por querer más o desear otros reconocimientos, May terminó por inventarse una vida paralela, repleta de viajes, aventuras y heroicidades. El tipo es carne de adaptación cinematográfica. No obstante, la obra de May destaca por su prolífico número y la creación de un par de sagas literarias centradas en el aventurero gusto de la época, un público ávido e inquieto por salirse de los estándares normales a través de las páginas que proponían el lejano oeste americano o el exótico oriente. De ésta ultima parte surgen nuevas ediciones gracias a Reino de Cordelia, y en el libro, A través del desierto, se agrupan una serie de episodios diferentes entre sí pero con cierto orden cronológico. Antiguamente se publicaron por separado en España, mientras que la citada editorial los une en diversos tomos a la espera de la respuesta de los lectores. 

A través del desierto expone una serie de aventuras donde el protagonista cabalga junto a su fiel escudero por los desiertos del norte de África, Egipto y Oriente Próximo. Como buen caballero, va encontrando por el camino diversos conflictos a los que enfrentarse desde la privilegiada posición que le otorga su propia valía. 

... sentí verdadero placer de que se me presentara la ocasión de demostrar al Padre del Sable la superioridad de la esgrima europea.

El autor apenas disimula las bondades del héroe, quien acomete tales empresas con determinación, atreviéndose incluso a corregir los modales de los propios árabes y sus conocimientos de la religión. Lo curioso es que a nuestro galán nada se le interpone, ya sea la propia acción o trabar conversación con cualquiera. La acumulación de atributos heroicos componen al tradicional protagonista infantil, exageradamente bueno en todo lo que se proponga. 

La estructura del libro sigue un mismo patrón, claramente episódico, con la introducción de los protagonistas, exposición del problema y las medidas que toma Ben Nemsi para solucionarlo. Todo ello mezclado en un interesante relato que contiene numerosas sorpresas que elevan el interés del lector. En ocasiones, la acción muestra a ciertos enemigos que logran escapar de la justicia, creando una interesante expectativa para el futuro. Otra aportación interesante viene dada por la introducción de ciertos personajes extravagantes, normalmente europeos, que aportan las necesarias distracciones, con el humor como mejor arma, frente al pose serio del acaparador protagonista. Tal vez por el cumulo de baremos clásicos la obra de Karl May conecte mejor con un público más juvenil. O como reclamo del mero hecho de disfrutar de las aventuras propuestas sin mayor ton que son.


Yo soy Kara Ben Nemsi, emir entre los sabios y héroes del Frankistán. Estuve en África y he venido luego a esta tierra para conocer a sus habitantes y llevar a cabo grandes hechos. 

A través del desierto
Karl May

Reino de Cordelia, 2017

19 de enero de 2019

El protegido

De primeras conviene situar la fecha del estreno de esta película y recordar parte del contexto que la rodea. El director Manoj Night Shyamalan venía de triunfar, tanto en crítica como en público, con El sexto sentido (1999). La cinta del niño que veía muertos y protagonizada por Bruce Willis y Haley Joel Osmant. Al año siguiente se estrenaba El protegido, nuevamente encabezada por Willis y con una atractiva propuesta sobre el mundo del cómic y los superhéroes ilustrados. El éxito del filme anterior, logró arrastrar a un buen número de espectadores a las salas para visionar lo nuevo de Shyamalan, en un nuevo ejercicio de suspense con final sorpresa que impuso una ligera moda por entonces. Y la apuesta volvió a surtir efecto, pese al menor atractivo general de los tebeos frente al de los fantasmas. 

La viñeta -  Touchstone Pictures

Sin embargo, la película de El protegido se ha convertido con el tiempo en una pequeña joya, y para quien suscribe estás lineas, muy por encima de la anteriormente citada. Seguramente tenga que ver el gusto personal hacia el mundo del cómic, al consumo y conocimiento del noveno arte para distinguir y disfrutar de la propuesta cinematográfica de Shyamalan. Porque hay que destacar muchos elementos del género llevados a una especie de adaptación hacia el cine con un agradable toque realista. 

La película presenta el clásico choque, representada en dos posiciones bien diferenciadas, entre el irrompible David Dunn (Bruce Willis) frente al blandengue Elijah Price (Samuel L. Jackson). Y para mostrar tan diversas posturas, nada mejor que seguir el desarrollo del viaje del héroe. Porque David debe emprender el camino de la aceptación, la que debe realizar un hombre cualquiera, padre de familia y con sus propios problemas personales, hasta reconocerse como un ser extraordinario dentro de una sociedad que intenta representar el mundo que conocemos. Y nada mejor que el tutelaje, siguiendo el esquema clásico del maestro que guía al alumno para llevar a cabo tal empresa. 

Desde el principio se muestran algunos problemas meramente humanos, como al abordar un intento de ligoteo del protagonista con una extraña en el mismo tren que termina por estrellarse. Un accidente ferroviario donde mueren todos sus tripulantes excepto una, y lo más extraño, sin ningún rasguño. Una proeza de tal dimensión que convierte al protagonista en una celebridad del azar, quien empieza a mostrar las dudas y problemas personales de Dunn, amplificado gracias a la sugerente propuesta de Price, impresa en un papel como punto de partida. 

Por ahí anda el gran acierto de la historia, en la búsqueda de la identidad del héroe y su posterior aceptación. Porque lo lógico es rechazar de primeras tal posibilidad y presuponer que cualquiera se pondría en guardia ante la descabellada idea de ser una persona con dotes fuera de lo común. Pero la sospecha carcome al protagonista, quien empieza a dudar, por su pasado y como ciertas decisiones afectaron a su vida personal. Shyamalan añade un drama paralelo al que debe enfrentarse el héroe, a través de un matrimonio en crisis, derivado por una especie de impotencia varonil y de una falta existencialista que corroe más aún la crisis del protagonista. Curiosamente, la hierática expresión de Willis ayuda bastante a construir ese personaje. 

 Touchstone Pictures
Shyamalan triunfa con su película y su personal modo de rodar. Grandes planos secuencias, sobriedad por todos lados y cuidados encuadres que obligan al espectador a meterse en el trasfondo de la historia que nos está contando. Sin necesidad de fuegos de artificio, ni mayores espectáculos masticados como propone la testosterona de la factoría Marvel. Tal vez pueda sacarse algún pero, como la simpleza de unir el mundo de los cómics con la realidad a través de la exageración, como bien explica la figura de Elijah Price en un absurdo recorrido histórico. Porque cualquier arte, literatura o la simple pintura, también tiende a elevar a los altares personajes, batallas y demás parafernalia sin necesidad de enmascarar a seres extraordinarios. Dejando de lado ciertas carencias, El protegido queda como un buen filme. Entretiene, con su ritmo pausado y por su originalidad, y me encanta la transformación del héroe a lo largo de toda la cinta. Algo que en otras cintas se resume a un cuarto de hora. 

El protegido
M. Night Shyamalan, 2000

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El protegido

Múltiple

Glass

10 de enero de 2019

XL San Silvestre de Galapagar

Lo reconozco, soy un desastre con los imperdibles. Esos malditos chismes que agujerean textiles con tal de sostener un trozo de papel numerado. No sobraba el tiempo, y tirado al suelo del velódromo de Galapagar, un obstinado padre intentaba colocar el jodido dorsal a la camiseta de su hija mayor, pues se acercaba la hora de inaugurar la jornada deportiva a cargo de los prebenjamines. A pesar de los sudores y la presión infantil, la niña pudo disfrutar de su carrera y correspondiente premio endulzado, medalla incluida. Un poco más tarde tocaba el turno a los chupetines, la simpática categoría donde destacan los más pequeños y quienes destilan un enorme contraste entre sus cortas patitas frente a las sonrisas de sus caras. Medalla incluida por cierto.

Para la pequeña fue su madre quien puso orden a los imperdibles en un santiamén. Pequeño acto donde debería haber aprovechado la coyuntura para que mi pareja me colocase el dorsal correctamente. Seguramente la vergüenza derivada del orgullo, impidió sacar a relucir la triste pelusa del treintañero dispuesto a trotar por la San Silvestre de Galapagar.

Primeros compases campestres - Ayto Galapagar
Edición apropiadamente escogida por su tallaje, y que puede presumir de reunir, en todas las categorías, a unos 1100 corredores para conmemorar tan solemne cifra. Cuarenta ediciones que la colocan, sólo por detrás de la cacareada Vallecana dentro de la comunidad de Madrid. Pero sin medalla. Hacía cinco años de mi primera y última participación en esta prueba, que modificó su recorrido y distancia en dos a opciones a escoger. 10 o 6ks. La segunda era la más apropiada para el corto rodaje que llevaba. Pero ya se sabe que en épocas navideñas nos dejamos llevar por el ansía y la gula del querer más. Apartada la lógica por las ganas, quedaba apelar a la supuesta madurez para tomarse la carrera como parte de un entrenamiento rodeado de peña. Porque el 31 de diciembre también invita al jolgorio del disfraz y al buen humor. 

Tanto como poder encontrarse con algunos conocidos, como un quinto de mi aldea (Mawi) que acudía con su retoño dispuesto a completar el recorrido de los 6ks. Para la salida una pequeña nota mental para el futuro. La salida del velódromo hacia las calles se estrecha en un túnel, que supone un agradable tapón para los más retrasados; momento que podemos aprovechar para volver a saludar a familiares y vecinos. La inercia de la carrera nos lleva hacia el casco urbano, para después buscar las rebajas de las dehesas cuesta abajo. Desnivel apropiado para dejarse llevar por el empuje y las ganas del festivo ambiente carreril. Pero rápidamente viene el llamado flato en plan aguafiestas, a modo de remember del conocido ande vas? o del más claro recordatorio, no has calentadooooooo. Baste tales consejos para mitigar el ritmo y afrontar los vaivenes del recorrido con más calma. Y sabiendo que no hay medalla.


Un padre y su hija - Ayto Galapagar
El circuito nos lleva hacia la conocida colonia de La Navata, construida a la vera del río Guadarrama y sobre la ladera del monte. Lugar que permite apreciar bonitas vistas de la sierra a sus residentes. Entre las amplias parcelas circula la carrera, aprovechando bajadas y subidas para dotar de gracia al correteo. Retornar a Galapagar se hace a través de una hermosa senda (Cordel de las Suertes) que conecta con el cordel del Toril, pequeño espacio verde transformado para el disfrute de la ciudadanía. Sin mayores aspavientos contemplo la llegada al núcleo urbano y un rápido acceso al complejo deportivo del pueblo. Con un pequeño rodeo al campo de fútbol antes de afrontar el acceso final al velódromo sin mayores esfuerzos del deber cumplido. 2018 también tuvo su carrera. Yupi¡. Pero sin medalla.

Para el 19 las propuestas son más ambiciosas, pero sin ningún tipo de planificación. La idea es volver a correr en más de una carrera popular sin la presión de cumplir ningún plan o prueba determinada. A ver que tal sale el libre albedrío del azar, del ya se verá. A bote pronto podría sonar la flauta con alguna pedestre de Segovia, siempre las tengo en mente. Cumplir con alguna media por los madriles, la apetecible XL Pedestre de Guadarrama y lo que venga de rebote. Todo será añadido a esta entrada sin cuadricular en exceso. Y sin medalla.

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