Esta temporada es el perfecto reflejo de la entidad que ha adquirido la serie y el atrevimiento de sus autores al incrementar el número de capítulos hasta completar la veintena que normalmente copan las series de media hora. La trama comienza con el próximo estreno de Aquaman y la búsqueda del nuevo proyecto. Y aquí es donde entra la oferta del guión de Medellín, clave para entender toda la temporada, convirtiéndose en el hito donde girará la trama principal. Todo va de perlas para los chicos de Queens hasta que las complicaciones aparecen de múltiples formas y sus soluciones solo son la garantía de que se empieza a mascar algo más gordo.
Victoriaaaa¡¡¡¡¡¡ |
Sencillamente genial aunque Johnny "Drama" tenga su particular éxito y llegue a disputarle a Ari Gold el título de secundario de lujo. Que cada uno escoja al que más le guste, yo intento disfrutar de ambos a pesar de los premios para el superagente. El hermano de Vincent consigue emocionar en el memorable capítulo de Resurrección, dando muestras de todos los niveles que puede alcanzar este personaje. Por supuesto sigue con sus extravagancias, en un continuo camino hacia la ridiculez extrema y mostrarnos al tierno mojigato que se esconde tras sus múltiples fracasos. No todo es de color de rosas, el personaje de Tortuga no termina de cuadrar pese a los intentos de otorgarle subtramas propias como la representación de Saigon, su noviazgo o el episodio de las zapas maravillosas, queda siempre mejor como el jeta gorrón que es. Si encima le comparamos con el ayudante gay de Ari sale perdiendo irremediablemente. El personaje de Lloyd tiene más soltura y mayor gracia con menos minutaje.
Pero el tanteo gordo se lo lleva el tema principal y los continuos devaneos que causa el proyecto de Medellin. Tanto Vincent como Eric están convencidos de la calidad del guión. Tanto que el tempranero éxito de Aquaman les devora. El estudio pretende crear una trilogía y no ven con buenos ojos que el actor protagonista encarne la figura de Pablo Escobar en la gran pantalla. La lucha por el poder, el control y el dinero van gestando la figura y el pensamiento de ambos. Tienen principios y sus ideas de hacer cine está por encima de los números. Prefieren un buen proyecto lleno de vitalidad como la independiente Queens Boulevard, resucitada en este ejercicio para empujar aun más ese cambio de mentalidad, que la cómoda propuesta millonaria. Además sirve para la reintegración de otro personaje extremista, Billy Walsh quien tendrá mucho que decir próximamente. Durante toda la temporada se va cociendo la integridad de los protagonistas, incluyendo los enfrentamientos con las majors y el propio negocio del cine. Tanto giro acumulado sirve de coartada para proseguir disfrutando de las locas experiencias de estos, en cierto sentido, niños malcriados. Por supuesto se mantienen las fiestas, las chicas guapas, el lujo y la ostentación donde desfilan con mayor o peor gloria el cuarteto protagonista.
Cada cierre de capitulo es aprovechado para incluir el consabido reclamo necesario que aumente las expectativas del siguiente. De este modo pasaremos por la creación de una cierta imagen de Vince de chico malo de Hollywood, el peaje de la ruptura profesional entre Ari y su cliente, incluso la sensación de utilizar al mismo Vince como hombre objeto en más de un capitulo, no siempre iba a ser el protagonista quien se aprovechase de su condición de famoso con las mujeres. La mejor definición de lo que se avecina lo da el productor Joe Roberts/Michael Lerner al comparar la pasión de Vince con el proyecto de Francis Ford Coppola en Apocalipsis now.
Joe Roberts: "Vi como Francis casi se suicida haciendo esa película, vi como se arruinaba y como casi enloquece... tú compartes esa pasión Vince..."