25 de marzo de 2014

Sorgo Rojo

Ya iba tocando orientalizar algo la sección cinematográfica dedicada a los cineastas debutantes. Y para ello nada mejor que la elección de Sorgo rojo, del reputado Zhang Yimou como primera opción en mi lista particular. Una elección simple, porque hasta que no llegó esta película, el cine hablado en mandarín estaba considerado como algo más allá de lo exótico en el mundo occidental. Además lo hizo por la puerta grande, al ganar el oso de oro en el prestigioso festival de Berlin de 1988. De esta forma dio pie al descubrimiento del séptimo arte chino al ombligo del mundo, con el propio Yimou a la cabeza y otros autores chinos relevantes como Chen Kaige. 

Tras situar tal irrupción queda regresar al siglo XXI y pregonar tranquilamente que diablos me he perdido o no he sabido ver. Los festivales de cine a veces se salen de madre en sus premios, intentando presuponer un supuesto conocimiento de este arte al resto y adelantarse en el tiempo. Pero Sorgo rojo es una inflada película que aburre a más no poder. La historia narrada en off cuenta como una joven acude al encuentro de su futuro marido en un matrimonio concertado por el padre de ella. El consiguiente esposo es un acaudalado propietario de una bodega de vino que sin embargo padece lepra. Después de la inminente muerte del enfermo, la protagonista debe hacer frente al correoso trabajo de llevar adelante la bodega, convencer a los trabajadores y superar además la invasión militar japonesa. Este breve resumen muestra varios aspectos que podrían dar margen a ciertos conflictos a superar y que deberían sumarse a las obvias relaciones entre personajes para dar forma a una película merecedora de todo un Oso de Oro. Sin embargo la cinta se diluye bien rápido al superar el expectante inicio que toda obra supuestamente de culto infunde. Una vez superado el respeto y la curiosidad en el arranque, los minutos se dejan pasar con el único consuelo de que cada vez queda menos. Nada mejora ni llama la atención en las distintas situaciones que se suceden sin gracia alguna, tampoco se producen motivos para experimentar alguna duda sobre el resultado final ni de la apreciación del espectador. 


Vamos de boda¡¡¡¡
La película solo destaca en la fotografía y en la utilización temática del colorado color del vino, de los atardeceres del sol, del desierto que compone esa arena enrojecida y de la sangre china derramada en los espesos sorgos. Que Yimou destaque en la fotografía es un hecho importante. Pero una película no se sostiene con una bella composición o la utilización mágica de elementos exteriores. Falta algo más que deje sentado al público, lo atrape con su historia o que siga dándole vueltas a la película posteriormente del visionado. Para destacar la imagen me quedaría solo con el director de fotografía, un mero instrumento más de la orquesta que se compone en el cine, y el director es el encargado final de pulir todos los elementos a su disposición. Berlin premió en exceso a Yimou con su estreno cinematográfico aunque nos dio a conocer a la bella actriz Gong Li, quien formaría posteriormente un buen tandem con este director que cuenta con mejores obras en su historial. Mira por donde aparece el borrón.

Sorgo rojo de Zhang Yimou
1987

15 de marzo de 2014

El atlas de las nubes

Parece que el año literario arranca con fuerza, y eso que la elección de El atlas de las nubes fue porque me sonaba que se había hecho una película sobre esta novela, algo que corroboré posteriormente. La novela de David Mitchell ha supuesto un agradable descubrimiento de calidad y de entretenimiento a través de seis historias que forman la obra. Dato importante porque la novela esta estructurada en seis bloques independientes con ligeros lazos que sirven de cohesión entre ambas y para la historia en general. Valga un escueto resumen del contenido del libro como pie introductorio para esta entrada. 


La primera historia arranca a mediados del XIX en unas supuestas islas paradisíacas del Pacífico, donde un aplicado notario estadounidense ejerce su trabajo cruzando los mares del sur. De ahí al continente europeo y a principios del siglo XX, cuyo protagonismo lo recoge un joven talento de la música que se interna en Bélgica para aprender de una vieja gloria. El siguiente capitulo se traslada a California, donde una periodista investiga los supuestos fallos de una central nuclear en la década de los 70. Volvemos a Europa, a la británica isla de su majestad y ya en este siglo XXI. El protagonismo pasa a Timothy Cavendish. Editor de profesión quien emprende una huida hacia el norte del país para evitar a sus acreedores. El tiempo pega un buen brinco hacia el futuro, donde un superestado capitalista asiste a la seria emancipación de un clon creado únicamente para trabajar. Finalmente avanzamos aun más en el tiempo, hacia una sociedad primitiva que ha logrado sobrevivir a un periodo apocalíptico de la raza humana. 

Este variado resumen es un ligero apunte de lo que aguarda al lector. Cabe destacar que las diferentes historias se hayan cortadas en una especie de primera parte, algunas incluso de manera abrupta, teniendo que ser repescadas después en sentido inverso al orden inicial para poder dar con sus conclusiones finales. En este proceso de ida y vuelta las distintas historias dan pie a su antecesora y ponen de manifiesto cierta coherencia con la historia siguiente a través de simples lazos que sirven de puente y de conexión. 

Un dato interesante es que Mitchell intenta exponer estos relatos de manera dispar, ya sea a través de un diario personal, por medio de la correspondencia o el vivo relato del primerizo acto de narrar cosas por parte del hombre a través del boca a boca. Tanto argumento entrecortado crea obviamente las típicas desigualdades. Algunas historias son más entretenidas que otras por el mero hecho de que pueda interesar en mayor o menor medida. Tampoco ayuda, aunque forma parte del juego propuesto por el escritor, que el relato se corte drásticamente en un momento álgido de la narración. Este televisivo momento de dejarnos colgados hasta el siguiente capitulo obliga al lector a adaptarse o desear soltarle un bofetón al simpático autor si hubiera ocasión para ello.

Esta ruptura y la divergencia de temas en las historias hacen decaer algo el conjunto de la obra. La ruptura provoca una extraña desazón de abandonar parte de una historia para tener que empezar de nuevo otro relato. Con esto Mitchell se atreve a tocar tantos géneros como historias y por ende a flojear en algunos tramos como en la aventura que abre y cierra el relato. Ya que estamos, incluyo también el supuesto fragmento de novela de suspense protagonizado por la periodista Luisa Rey. Excesivamente simple frente al resto de historias. Por otro lado sale bastante airoso del ficticio futuro que propone para la humanidad en un notable ejercicio de imaginación y trabajo donde desarrolla los vicios del hombre hacia su destrucción. Pero por encima de todo, Mitchell destaca cuando interioriza a personajes singulares en situaciones especiales. Estas historias son tan divertidas como ingeniosas, formando una verdadera alegría para la lectura y demostrando la buena mano del británico. En especial destacan las historias dedicadas al joven compositor Robert Frobisher y a la del viejo editor Cavendish. Ambos argumentos son una maravilla de imaginación, retórica y talento de la mala leche. Creo que Mitchell se siente verdaderamente a sus anchas cuando puede dar rienda suelta a su deslenguada verborrea, y da igual si utiliza elementos sutiles o bárbaros, el caso es que el escritor sabe como apuntillar en la dirección correcta a sus personajes y complacer con ello las sonrisas de sus lectores. 

La novela plantea una estructura filosófica de la vida humana donde el pez grande se come al chico, como diría el doctor Goose en su correspondiente espacio. En cada una de estas historias puede verse esa lucha donde nuestros protagonistas obran de un modo u otro para considerar lo que ellos mismos consideran justo. Frobisher estima que el viejo Ayrs se esta aprovechando de su trabajo, Luisa Rey investiga a una enorme empresa que solo mira el valor de sus acciones. Del mismo modo acaba convertido el mundo en la historia del clon Sonmi 451, donde la humanidad ha caído en una debacle de alocado consumo que tiene demasiadas coincidencias con el mundo actual. El pez grande solo es el propio hombre que ejerce su fuerza sobre otros peces más débiles, como pone en evidencia las tribus maories o los kona. A fin de cuentas esta espiral de violencia empieza y termina en el propio ser humano.



Tumbado en el fondo de la canoa, veía balancearse las nubes, Las almas surcan las eras como las nubes los cielos, y aunque las nubes cambien continuamente de forma, color y tamaño, una nube siempre es una nube, y un alma siempre es un alma. ¿ Quién sabe de dónde vienen las nubes y dónde estará el alma mañana? Sólo lo sabe Sonmi: el este y el oeste, la brújula y el atlas, si señor, el atlas de las nubes.

Zachry


El atlas de las nubes
David Mitchell

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PD. Un tiempo después de leer esta novela surgió este interesante articulo sobre la extinción de los habitantes de la Isla de Pascua. Lo cierto es que encuentro cierto paralelismo con la novela de Mitchell.

¿Puede acabar el mundo como Rapa Nui?
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5 de marzo de 2014

VIII Tragamillas de Collado Villalba

Primer evento deportivo planificado del año en la cercana localidad de Collado Villalba. Hecho sustancial para reunir un buen número de corredores conocidos y juntar a algunos amigos en la linea de salida. Como el reencuentro con mi amigo Víctor, quien acudió a la cita serrana junto a su primo Álvaro. Mi cuota familiar estuvo a la altura con mi propio primo, Alejandro, acompañado a su vez de un par de amigos. Y por último un viejo conocido, al que intentamos que hiciese de primo en su debut en la media distancia. Nada más lejos, pues Carlos Matés cumplió su propio objetivo de acabar a su propio ritmo en los 21Ks que componen esta particular Tragamillas. Aunque en esta edición lo que hemos tragado ha sido barro, y menos mal que el tiempo nos respetó durante el transcurso de la prueba porque el día precedente fue un autentico día de perros, con vientos y aguaceros constantes. Unas lluvias que transformó en lodo buena parte del trazado que se desarrolla en la dehesa cercana a la línea de salida y meta de la prueba. Una carrera bastante rompepiernas a lo largo del término municipal de Villalba, donde se unen tramos urbanos y naturales con algunos recovecos necesarios para poder realizar un trazado que desarrolle los 21Ks de una tacada, obviando la posibilidad de un circuito de dos vueltas que en parte se agradece. 
Captura de Youtube.
Vídeo subido por segoviaaldía.es

Pero empecemos por el principio, cuando la masa de corredores empieza a tomar posiciones y yo me descuelgo a la cola buscando a Matés, manías que tiene uno tras declinar salir más adelante junto a Víctor y al máquina de Álvaro, no sea que me pique con sus ritmos y me saquen de punto. La salida empieza cuesta arriba hasta alcanzar el primer tramo de tierra que origina un primer tapón ante la avalancha de corredores, un leve aspecto que debería cuestionarse la organización para dar la salida en diferentes cajones para futuras ediciones. En este primer tramo por la dehesa poco más se podía hacer que evitar meter los pies en los charcos, harto difícil, pues en un lado o en otro ambas extremidades se internaban inevitablemente en el fango. Y en una ocasión bien hundidos acabaron ambos pies, acompañándonos un simpático chof chof a cada zancada . El circuito abandona la tierra y se interna en el asfalto hacia la calle del Cordel de Valladolid que nos lleva nuevamente hacia una pista de tierra que culmina cerca del puente del Herreño. Este tramo se hace de de ida y vuelta en paralelo al río Guadarrama, bastante crecido por las lluvias caídas. En esta larga recta alcanzo al señor del globo que marca las dos horas y lo sobrepaso en el desvío hacia el polígono industrial que conduce la carrera hacia la extensa urbanización de La Coruña, y de ahí al posterior acceso al bonito Coto de Las Suertes. En este pequeño espacio natural cumplimos con la mitad del recorrido. 59;24 mi tiempo aunque seguramente estuviese algo más adelante esa marca. En esta zona alcanzo al globo de la 1:50

Volvemos al casco urbano, en concreto a la Estación y a la calle Real del municipio para atacar la cuesta más dura del trazado en la calle de Honorio Lozano, después toca seguir ascendiendo levemente hasta cruzar la AP-6 bajo un estrecho túnel. Virtudes de conocer el municipio y manejar a ojo los vaivenes del perfil. En estos momentos es cuando decido apretar, aunque lo cierto es que la carrera se me estaba pasando volando y veia caer los kms demasiado deprisa, pues me veo aun con fuerzas de atacar con ganas estos últimos kilómetros. La carrera enfila hacia Villalba pueblo, el autentico casco viejo que posteriormente cedió su crecimiento al otro lado de la autovía, entorno a la supuesta riqueza que añadía una estación de tren. Por estas calles alcanzo a Antonio Ledesma Muñiz. El autentico tragamillas e ídolo local con su particular apariencia de corredor de fondo. Una particular sensación de alegría al comprobar los ánimos y el cariño de sus vecinos hacia esta persona. 
Llegando a meta
Dejamos atrás el casco urbano y volvemos a pasar por la dehesa del inicio para enfilar los últimos kilómetros. Nuevamente toca atravesar el fango e intento apretar lo poco que queda para llegar a la ciudad deportiva. En el tartán supero a uno de los amigos de mi primo y me desplazo rápidamente por el suave tacto de la pista de atletismo, cada vez me gusta más ese contraste frente a la dureza del asfalto. En ese momento recuerdo que la organización regala la típica fotografía de entrada con lo que decido apartarme algo de la manada para buscar una pose más limpia. Que cosas tiene uno tras correr 21ks. Tiempo de carrera 1:44:25. Cifra rebajada por el chip a 1:43:00. Algo mejor que mi debut en Moratalaz pero con mejores sensaciones finales en un recorrido más áspero que la media celebrada en ese barrio de Madrid. Comparado con la media villalbina el trazado de mi debut me parece tan llana y firme como un puente de Calatrava. Contento pues en este primer semestre de la temporada destinado a disfrutar y con un buen sabor de boca hacia esta media maratón que se celebra apenas a 10 kms de mi hogar. 

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La tragamillas - web oficial

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