16 de marzo de 2019

Múltiple

Son varias las facetas positivas que acumula esta película. En primer lugar, supone el regreso de la mejor versión del director, Manoj Night Shyamalan, después de una serie de tropiezos en su carrera cinematográfica. Normalmente aquí siempre se citan a Airbender y After Earth, aunque sería indecente por mi parte no incluir el truño que nos coló con El incidente. Un pequeño declive que venía potenciado por los buenos datos que reflejaban sus trabajos de principios de siglo, y el aureola que encumbraba un director ligado al exitoso título de El sexto sentido. Pero la redención suele llegar, sobre todo quienes guardan un estilo reconocido y vuelven a contar temáticas que maneja con soltura, situaciones cotidianas pero con un toque maestro de excepcionalidad. Como en Múltiple, donde cuenta la historia de una persona que encierra diversas personalidades en un único cuerpo. Una disfunción de identidad que acarrea una buena prueba del carácter sobrio, claustrofóbico y psicológico del que sabe hacer gala el bueno de Shyamalan.

Pon cara de lobo - Universal Pictures
El acierto de James McAvoy. El actor escocés capitaliza el protagonismo de interpretar a Kevin, la figura que guarda en su interior a otras 22 variaciones que van desde la niñez, al cambio de género y hasta el carácter de diferentes individuos. Con tal soltura, que avanzada la película, el espectador pueda reconocer qué personalidad mental domina el cuerpo físico. Y todo ello sin caer en la tentación estrafalaria, pues hay más de una personalidad de dominación y de tendencias violentas que podrían invitar a ello. Por si acaso, el director ayuda bastante con la introducción de la doctora Fletcher, (me encantan los planos de la escalera) una anciana psicóloga que lleva años tratando la fragmentada personalidad de Kevin, y como una buena madre, cuida de todos sus pacientes, con especial queherencia por el protagonista de la película, además de aportar el necesario sustento de realidad hacia la posterior fantasía que propone el guión. La llegada de una vigésimo cuarta personalidad que suponga una especie de evolución física o sobrenatural.

Bricolaje - Universl Pictures

Para conmemorar tal ceremonia nada mejor que secuestrar a tres adolescentes, como si de un acto tribal se tratase, para celebrar la llegada del ser superior y ponga en relieve un nuevo estatus en la abarrotada mente de Kevin. Gracias al secuestro de las chicas, el filme procede a desatar la habilidad del director por los espacios cerrados y el lento proceder al que tienen que enfrentarse las jóvenes. 

Porque normalmente se encuentran encerradas y asustadas por aquello que se oculta tras la puerta. Esa genialidad del fuera de campo que también maneja el director, rendijas incluidas sobre el peligro que acecha, porque la tensión aumenta cada vez que intentamos acertar que personalidad hará acto de presencia y como afrontan las chicas sus temores e intentos de salir airosas. De las tres féminas destaca Casey, que a su vez presenta el rasgo diferenciador de ser la rarita del cole, gracias al relleno esclarecedor de una historia paralela contada en flashback que ayuda a entender su forma de ser. 

Múltiple es una buena película de naturaleza independiente, singularmente cercana al reciente estreno de Glass, 2016 frente al actual 19, pero hay que resaltar que está cinta funciona como única opción y sin mayores miras comerciales que vienen después. En realidad, es una novedosa historia que bebe del clasicismo monstruoso de Mr Hyde y de la mayor influencia del idolatrado Hitchcock. El mayor referente al que siempre se agarra el bueno de Shyamalan pero del que sabe distanciarse gracias a su propia forma de rodar, sus elaborados guiones y esos giros marca de la casa. 

Múltiple
Manoj N. Shyamalan, 2016

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El protegido

Múltiple

Glass

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