30 de noviembre de 2015

Star Wars. El imperio contraataca

Después del éxito cosechado por el anterior filme, la continuación de las aventuras galácticas llegaba con la anhelada perspectiva de mantener el nivel cinematográfico que logró aglutinar a crítica y público en la misma acera. El imperio contraataca sobrevuela por encima del filme de Lucas, quien cedió el testigo a Irvin Kershner en la dirección, tras negarse a situarse detrás de las cámaras después del agotador esfuerzo que le supuso poner la primera piedra. Kershner, a quien siempre se le sitúa como a un simple artesano del negocio, recoge el testigo y logra su mejor trabajo con esta película, que aúna numerosos elementos del buen cine junto al necesario toque comercial que acapare a toda clase de espectador. Por cierto, a un tal Michael Curtiz también se le citaba con la etiqueta de artesano, después dirigiría Casablanca.
No hay jedi que valga sin amputación /Youtube
Tras sufrir la destrucción de la Estrella de la Muerte por parte de Luke, el imperio pasa a la ofensiva persiguiendo a la alianza rebelde por todos los rincones de la galaxia. Los protagonistas por su parte se encuentran ocultos en un perdido planeta helado con la idea de pasar desapercibidos. La necesaria confrontación bélica del inicio separa la línea argumental en dos vertientes. Por un lado, la huida de algunos personajes en el Halcón Milenario supone una excelente muestra del termino aventura. Una escapada hacia adelante donde se tiene que superar una concatenación de problemas de todo tipo. La nave comandada por el capitán Solo, se enfrenta a una denodada persecución espacial a través de asteroides, gusanos gigantes y averías de todo tipo que pondrán a prueba la pericia de los personajes ante tales adversidades. La película logra contener el ritmo a través del humor y con la pausas necesarias, donde florecen los sentimientos personales entre la princesa y el consabido sinvergüenza.

La segunda historia está protagonizada por Luke, quien encamina sus pasos hacia el lado más solemne de la mitología galáctica, a través del conocimiento de la
Remasteres varios/Team Starkid Confessions
fuerza que imparte un muñeco de color verde. Ya podría estar hecho de poliester o plasticurri, pero está representación del maestro Yoda tiene más vida que cualquier recreación digital posterior. La aparición del maestro de jedi es tan relevante como significativa, al mostrarnos la idiosincrasia del poder que puede desencadenar un caballero jedi perfectamente adiestrado. También la importancia del fin por encima de los medios para alcanzarlo, como cuando intenta evitar la marcha de Luke para salvar a sus amigos en una escena tan importante que contradice la teoría de los supuestos buenos frente a los malos. En paralelo a esas dos lineas argumentales podemos introducir una tercera perspectiva externa capitalizada por Vader. El ogro negro que persigue incansable a los tripulantes del Halcón al mando de la flota imperial. Aparte de mostrarnos su curiosa afición de castigar los errores con una ejecución similar a la de sacar a los peces fuera del agua, su personaje cobra mayor envergadura como representante del mal, gracias a esos aires autoritarios e impecable negociador. La aparición del emperador y sus planes, con respecto al hijo de Anakin, incluyen mayores cotas de importancia sobre el drama que representa el apellido Skywalker.




Los efectos visuales fueron mejorados respecto al anterior filme, gracias también a un mayor presupuesto y bien aprovechado por el director, donde destaca su maestría al conjugar una batalla general sobre una planicie helada, o enfrentamientos más personales que se dan en una serie de galerías donde se sostiene una ciudad en la nubes. A lo largo de la película hay imágenes impagables, como las cuadrúpedas figuras blindadas del imperio avanzando sobre la nieve o las piruetas del Halcón en el espacio. Kershner logra una autenticidad loable gracias a la frágil apariencia de los rebeldes frente al imperio, quienes parecen tener a la alianza rebelde contra las cuerdas. También habría que señalar el guion firmado por Leight Bracket y un joven Lawrence Kasdan. Todos a una para solventar esta obra maestra recordada también por su conocido clímax final. Poco puede decirse frente al inesperado giro que supone conocer la verdad de tú pasado, tan sorprendente que hasta Homer Simpson quedó fascinado en su momento. 

El imperio contraataca
Irvin Kershner
1980
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La ristra:

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