segundo. Tal vez los seres vivos más antiguos de la península ibérica lleven otro ritmo. Desde luego más pausado del que desearían en estos tiempos de ajetreo. Estos tatarabuelos peninsulares son los tejos milenarios del arroyo Valhondillo, los árboles más longevos de España y que se encuentran resguardados en un rincón de la sierra de Guadarrama. Aguantando pacientes la numerosas visitas que reciben en esta época moderna donde el ocio senderista crece año tras año. Incluida mi propia persona. Esta visita tenía un carácter especial, pues llevaba demasiado tiempo buscando el hueco para poder conocer a estos gigantes. Nada mejor que las vacaciones veraniegas para irrumpir en el bosque en cualquier día laborable para caminar tranquilo en soledad y con Bosco suelto sin derivar problemas.
Bastante temprano llego al km 35 -36 del puerto de Cotos, donde en una curva cerrada hay un pequeño espacio para poder estacionar el coche. En este punto nace una vereda que desciende en paralelo al arroyo Peñalara hasta alcanzar en pocos pasos una ancha pista que desciende junto al arroyo Angostura. Rodeado de pinos, helechos y el rumor del agua saltando entre diferentes piedras y pozas. Siguiendo el curso del arroyo alcanzo el viejo puente de la Angostura, que permite acceder a otra pista paralela al otro lado del arroyo. Allí nace otra pista a la derecha en continuo y leve ascenso. Tras una serie de curvas se llega a una cerrada curva hacia la derecha con una fuente de hormigón como hito para señalar por donde ubicarnos. Este giro nace para sortear al arroyo Valhondillo. En esa misma curva hay un sendero que abandona la pista y sube en paralelo al arroyo, fácil del seguir en la espesura donde destacan algunos pequeños acebos. La senda atraviesa el afluente de las Zorras hacia la derecha y la vereda empieza a disiparse poco a poco, sin importar mucho, pues el arroyo sirve como principal guía. Saltando su curso según nos convenga para ascender lo más fácil posible.
El tejo Hermoso |
Una vez rendidas viejas cuentas con estos colosos abandono el venerable arroyo Valhondillo,
Trocha de bajada |
La excursión continua por la pista hasta una bifurcación donde hay una cancela, sigo de frente ignorando el desvío de la derecha. Un poco más adelante nace un pequeño camino a la derecha y aunque no sea tan claro hay que seguirlo a pesar de que se pierda la pista pues reaparece un poco más adelante hasta llegar a una poza natural rodeado de arbustos. Esta claro que me hago mayor porque años atrás no hubiera dudado en calibrar el frescor del agua, sin embargo el arroyo Angostura queda muy cerca y sus cristalinas aguas me atraen más que este pequeño charco situado en la zona conocida como Raso del Baile. Decido pues echarme al raso para tomarme un descanso y dejar el baile para el arroyo de abajo.
Tras el parón vuelvo sobre mis pasos hasta la perdida linde del camino anterior y para dejarme
caer sobre la pronunciada pendiente. Enseguida aparece una trocha que desciende con rapidez hasta la pista paralela al arroyo Angostura. Muy cerca del puente se encuentra la poza principal del arroyo ocupada por algunos bañistas, aunque para evitar la posible molestia de mi amable mascota remonto algo el arroyo para encontrar la necesaria soledad de terminar esta excursión con un chapuzón.
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Bibliografía.
Bosques y árboles singulares de Madrid. Andrés Campos. Ed. La libreria
Como plantar un tejo
Trashumando - Plantar tejos
Noticia
ARBA Sierra de Guadarrama
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Mapa |
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