Uno de esos pequeños y tontos placeres con los que se conforma uno, es cuando hace algo que le gusta, y encima lo realiza dentro de un lugar simbólico que le otorga un mayor interés personal. Correr por el parque de El Retiro no es nada extraordinario si vives en Madrid o si se acude a participar en alguna prueba deportiva de la capital, pero para alguien que lleva trabajando en Madrid siete años, hacerlo por primera vez tiene algo de sentimiento. Una mayoría de personas asocia Central Park con Nueva York y también asociamos a ese cinematográfico parque con el running. En Madrid hay muchos lugares donde ir a corrotear pero el susodicho parque de El Retiro es sin duda el más reconocible y popular. Cada gran urbe tiene su encanto y más aun en esta época llena de matices personales que rellenan blogs, caralibros y demás redes sociales.
Convertir esa notable sensación en una costumbre diaria me sirve para hacer un pequeño resumen a mi abandonado plano deportivo. El pasado 16 de junio volvía
nuevamente acoger el hábito de salir a correr de manera más habitual, aprovechando el mayor número de horas de luz, además de las cercanas vacaciones para tener encima aun más tiempo. De este modo calibré la posibilidad de proponerme algún reto de mayor envergadura e imponerme un calendario de entrenamientos. En primer lugar quería disfrutar y repetir en el duathlon de Alpedrete, donde incluso parecía que íbamos a juntarnos unos cuantos amiguetes. Finalmente un viaje familiar a ultima hora trastocó mis planes iniciales. También me planteé debutar en la media distancia de la maratón como previo paso a saltos más ambiciosos, básicamente continuar entrenando y realizar alguna media más para ver como reaccionaba mi cuerpo antes de intentar abarcar la mítica cifra de los 42.195 metros. Incluso había escogido debutar en los 21Ks en la pequeña localidad segoviana de Cantalejo. Eligiendo como base un lugar más bien humilde ante cimas más ambiciosas. Nuevamente el destino ha echado abajo el plan previsto al cancelarse la prueba.
Sin embargo lo importante es la constancia y no dejarse caer en la vagueza. Para recuperar algo el animo voy a volver a participar en la Pedestre Popular de Guadarrama el próximo 21 de septiembre así me quito el escaso mono de competición que queda tras el verano. Para terminar en positivo nada mejor que volver al título de la entrada. El nuevo plan es aprovechar ese largo espacio de tiempo libre del que dispongo en el trabajo para disfrutar de una hora diaria corriendo por Madrid y continuar poniendo a punto el motor. Ya tengo el tiempo, el polideportivo cerca del trabajo y el parque de El Retiro a un kilómetro de distancia. El conocido parque de la Fuente de El Berro ofrece pendientes suculentas que ayuden a variar los trazados y la dureza de los entrenamientos. Después de una leve exploración quedan jornadas para delimitar tiempos y distancias, ahora toca ser constante y que la llegada de la próxima estación fría no amilane mi espíritu Ya veremos más adelante si nos planteamos algún objetivo que se pueda completar.
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