En algún momento dado debí anotar el título de este libro para su futura lectura, y aunque mi cabeza lo ha intentado, me reconozco incapaz de rememorar dónde leches saqué tal recomendación. Sería importante recordar, porque ha sido bastante divertida la lectura de Historia de una taberna, de Antonio Diáz-Cañabate. Al menos quedan en juego los malabares del destino, aquellos que surgen a la buena de dios, como cuando te cruzas con libros conocidos merodeando los cubos de basura; éstos son los que empujan y orientan, a lo loco, ciertas lecturas a las que pueda dar cierta y humilde voz en el interminable universo de la blogosfera. Porque mira que hay obras literarias en el mundo, y aquí anda un servidor, dispuesto a gritar vivamente las bondades de este libro. Antonio Diáz-Cañabate debió ser un tipo singular, cuya vida profesional estuvo dedicada principalmente al periodismo, dando un buen portazo a un puesto fijo tras sacarse una oposición judicial, debidamente desarrollado en uno de los capítulos incluido en el libro. Aparte, cabe destacarse también su faceta en la creación de algunas obras teatrales y de temas relacionados con una de sus grandes pasiones: la tauromaquia.
La taberna de Antonio Sánchez cerrada en agosto de 2021 |
El libro anda dividido en un variado número de capítulos, en una especie de antología que remarca su faceta de cronista de Madrid, al desarrollar algunos quehaceres cotidianos y de las costumbres de la sociedad, en una época que se observa con añoranza, al ver como el tiempo implacable cruje a su paso la vida de las personas, mientras la ciudad evoluciona pese a las quejas del autor. "Además, el automóvil tiene la culpa de que se haya abierto en Madrid esa Gran vía, conjunto de edificios hórridos y también de los líos de la circulación con las señales luminosas". Hay un poco de todo, desde la vida callejera de los traperos hasta la lógica parte autobiográfica, la puerta abierta para fardar de sus conquistas amorosas mientras intenta acercarse a diferentes muchachas en los bailes, ya sean estas danzas con orquesta, con la compañía materna o con la alianza de las máscaras para soltarse un poquito más.
Interior del mesón en 1961- Juan Miguel Pando Barrero - Fototeca del Ministerio de Cultura |
Sin duda, la mejor parte se encuentra al principio, en la parte que el libro dedica al título que le da nombre. Se nota que había un plan previo, con una serie de anécdotas e historias que la elevan sobre el resto del libreto. Por ahí destaca una memorable excursión hasta el pueblo de Villaconejos, una andanza propia de la mejor versión quijotesca que anda repleta de personajes pintorescos y situaciones propias de un realismo, verdaderamente mágico. Como cuando las jóvenes de los pueblos acuden al ruedo a contemplar la mayor de las diversiones en meses. ...gritaba a los toreros con voces dulces y acariciadoreas. "¡Anda, ladrón, cobarde, déjate coger, que para eso te paga el ayuntamiento!". La taberna de Antonio Sánchez recibe un dulce homenaje a través de las páginas que le dedica Cañabate. Gracias a la especial clientela que recibe y a la deslenguada manera de escribir de su autor. Un gusto que se desliza con sorna para quien tiene clara las cosas, sin necesidad de esconderse en la diplomacia de lo correcto.
José Ramón Escassi le enseñaba reproducciones de Picasso y su escuela. Antonio Sánchez se reía mucho.
-Pero ¿no te gusta?
-A mí no; ni a ti, ni a nadie.
Antonio Diáz-Cañabate
Ed Espasa-Calpe, 1976
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