9 de abril de 2013

Fortines: Alto de El León

                                                                                                        Vertiente Segoviana.

Esta entrada viene a completar la anterior excursión del mes de julio, después de que la tecnología me abandonase a mitad de camino. Tenía en mente volver cuando la nieve ocupase esta leve cota para contrastar con la anterior visita estival, pero entre unas cosas y otras me he tenido que conformar con las constantes lluvias de marzo. Arroyos, charcos y barros por doquier. Nuevamente e
n la cima del puerto me encamino directamente por el GR10 hasta el roquedal y el vértice que separa ambas comunidades y provincias. Con la idea de retomar el paseo desde el mismo punto, como si la pila no hubiera fallado y pudiera completar esta ruta de una tacada, tal como se merece. Para empaparme un poco de los belicosos restos vuelvo a la vertiente madrileña donde cojo algo de carrerilla por la trinchera que sube hasta el citado roquedal y vértice. Justo al cruzar la frontera vallada hay un refugio en bóveda al lado del sendero GR10. Ya en julio aprecie el paso de un tonto con aerosol al inscribir de manera tricolor republicana las siglas del 15M, como siempre hay más de un imbécil, ahora las siglas han sido subrayadas con la rojigualda 45M. A ver que nueva sandez me encuentro la próxima vez.

Mapa. Extraído del foro GEFREMA
Centrándonos en la ruta y dejado atrás el refugio, la línea del frente se va a ir internando hacia un altivo bosquecillo de pinos. Los cuales acogen en su interior varios restos de muretes, viviendas y algunas trincheras. Listos para ser visitados sin ninguna necesidad de seguir una línea recta. Para centrarnos en algo más vistoso hay que acercarse hasta la linde que crea unas torres de alta tensión donde aparecen dos refugios en bóveda, ambos son utilizados por senderistas y montañeros así que lo mejor es respetar lo construido. Un murete posterior nos lleva hasta el limite de la posición, hacia un pequeño enclave fortificado que se ayuda de la naturaleza para camuflar las construcciones sobre grandes bloques de granito, aunque se encuentra bastante deteriorado. Toca volver hacia los refugios anteriores para continuar por una doble trinchera que nos lleva a bordear la ladera segoviana, como si volviéramos al Alto de El León. Esta doble trinchera va distribuyendo diferentes construcciones, pozos de tirador y parapetos al frente con viviendas y otras edificaciones hacia atrás. Un nuevo refugio en bóveda aparece en nuestro camino, algo más deteriorado aunque alguien intente taponar con ladrillo lo que antes era hormigón.

Seguimos de frente y un roquedal se alza con fuerza, las rocas se estiran en pos de obtener unas buenas vistas naturales y un par de fortines lo coronan sobre el majestuoso valle de la Garganta del río Moros. Ahí están, techados de tal modo que puedan pasar desapercibidos ante la vigilancia aérea. Es un buen lugar para hacer un alto en el camino, reponer fuerzas y disfrutar de las vistas. Los fortines están en perfecto estado y por suerte todavía no se ha pasado ningún idiota con ínfulas artísticas ni ideológicas. Al este se encuentran varios muros de viviendas y el pinarcillo mencionado anteriormente que esconde más muretes y restos de viviendas. Hacia el oeste más restos de edificaciones se reparten por la ladera. Toca levantarse y rodear el roquedal para bajar la ladera y apreciar más de cerca los restos orientados hacia la colonia de San Rafael. Al oeste. De las derruidas construcciones una llama especialmente la atención gracias a una fuerte placa de hormigón como techo que se encuentra partido a pesar de la dureza del material.


Fortín observatorio
En este punto hecho en falta no haber puesto el GPS, desde aquí se puede regresar hacia arriba, por el pinarcillo e ir hasta el GR10 que delimita el cordal, aunque queda por visitar otra posición interesante. Para ello nada mejor que dejarse caer por la falda de la montaña casi en línea recta, atravesar otro pequeño cumulo de jóvenes pinos, a continuación cruzamos una pequeña pista forestal y más adelante llegamos hasta otra acumulación de restos nacionales. Destaca un fortín abovedado sobre otro pequeño roquedal mientras numerosos restos de viviendas y parapetos se acumulan a su alrededor. El fortín parece desplegar una vela en su lado más vistoso, ascender hasta su interior cuesta un poco, tampoco es que haya en su interior ninguna maravilla pero llegados a este punto la curiosidad bien merece un leve toque de escalada. Justo detrás del elevado fortín hay otro refugio en bóveda y más al sur restos de viviendas más grandes. No cuesta nada rodear un poco esta posición para ver más de cerca los restos.


Queda la vuelta, para ella hay que encaminar los pies hacia el suroeste, o ascender hasta la pista anteriormente señalada y continuar hasta una bifurcación que asciende hacia arriba. Otra torre de alta tensión puede servirnos de faro, es que a nadie se le ocurrió pensar en el paisaje y las líneas de media España deben pasar por aquí. Esta nueva pista nos lleva directamente hacia el Alto de El León. Un vallado a nuestra derecha nos separa de un espectacular edificio, nave o campamento en muy buen estado. Al otro lado de la carretera hay otro edificio similar que se puede visitar. Lo dejamos tranquilo hasta la siguiente excursión. Hacia la izquierda y abandonando la pista se observa una enorme cantera, en lo alto de la piedra desgajada perduran los restos de otra posición enmascarada en la cúspide. Desde este altillo queda regresar al GR10, a la búsqueda de otro edificio similar al cercado anteriormente, solo que este tiene su techo desplomado sobre el suelo, grandes bloques de hormigón desparramados. Solo queda regresar al origen de esta única ruta cercenada en dos partes. No importa, es tal la cantidad de restos acumulados en esta zona que todavía estamos esperando a que alguna institución se digne a cuidar este museo al aire libre. Cien años deben de pasar según ciertas leyes. Cuarto de siglo queda.

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Álbum

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