Acercarse a un éxito de ventas siempre conlleva cierto recelo, y más aun si procede de una literatura tan atractiva como desconocida en mi caso particular. La novela del escritor chino, Jiang Rong, narra un interesante período histórico sobre la transformación económica de un país hacia la modernización. El autor se sirve de un relato autobiográfico que parte del método de producción nómada mongol, hasta el acelerado crecimiento de explotación de recursos para obtener mayores beneficios. Una alegoría, más o menos clara, del rápido avance industrial del gigante asiático chino y de los problemas medio ambientales que arrastra cualquier crecimiento desproporcionado. El propio autor formó parte de una serie de estudiantes que, con motivo de la revolución cultural, partieron a una provincia limítrofe con Mongolia para convivir durante años con los pastores nómadas y asumir parte en la ardua tarea de trabajar en las amplias praderas.
Jiang Rong aporta su experiencia en el relato para introducirnos en las duras condiciones de trabajo y supervivencia de los pastores mongoles. Además de hacer hincapié en la veneración que estos profesan hacia el lobo, el mayor depredador en la escala alimentaria y enemigo natural de cualquier rebaño de estos pastores. El autor cede su voz en Chen Zhen, protagonista y narrador principal sobre el fascinante y milenario modo de vida de un grupo de pastores mongoles. Herederos en la historia del gran conquistador Ghengis Khan.
Zhen, junto a otros estudiantes chinos, forma parte de las denominadas brigadas de producción, secciones repartidas en diferentes tareas de trabajo para optimizar la producción de carne, lana, pieles, caballos y un largo etcétera de productos destinados a abastecer al mercado chino. Aparte del cometido a realizar, el joven Chen Zhen comienza a desarrollar una fascinante admiración hacia el lobo, símbolo mongol y respetado como una deidad por las facultades que este animal ha ido introduciendo en la sociedad nómada. Estos no dudan en alabar los beneficios que aporta este animal pese a la encarnizada lucha por la supervivencia en su milenaria historia. Una guerra cruel, descrita con maestría por Rong en verdaderas batallas destinadas a mantener el orden natural pese a los desastres que conlleva cualquier enfrentamiento, aunque esta sean entre hombres y bestias.
El precio de este equilibrio controlado es un autentico baño de sangre.
Chen Zhen
Sin embargo, para las autoridades chinas el lobo es un obstáculo en la producción y una plaga a erradicar. Aquí es donde entra la fácil comparación del crecimiento y la destrucción de métodos de vida tradicionales. La alteración de un orden milenariamente establecido y con un crecimiento productivo lento. El autor se vale de esta historia paralela para describir el avance de la sociedad china y el modo de vida nómada a través de sus protagonistas. Lamentablemente se repite hasta la extenuación en los beneficios y problemas que supone alterar este orden. Tanta repetición cala hondo en cualquier lector porque llega a cansar tanta loa y salvas sobre los beneficios que aportan las manadas de lobos, su inteligencia y otras cualidades que este místico animal ha aportado al estilo de vida de estas gentes. No hace falta ser un hacha para ver por donde van a a ir los tiros, ni como la estupidez humana derriba muros pese a contener las aguas que arrasarían lo construido. La historia de Tótem lobo se sustenta más bien por la vivencia personal de sus protagonistas que por lo evidente de su mensaje paralelo.
Los jóvenes estudiantes chinos elevan parte de la historia narrada desde su particular punto de vista, son extranjeros que aprenden a realizar las duras tareas de las labores diarias, aprecian el entorno y la peligrosidad de encontrarse en una naturaleza salvaje, impregnándose de tal modo de una experiencia vital que ellos mismos llega a forzar para poder experimentar aun más los beneficios que la vida les brinda en esa particular llanura. Una notable historia que navega por el conocido genero de aventuras que pervive en la memoria, al describir el inevitable paso hacia la madurez de estos muchachos pese a sus leves intentos de variar algunas cosas.
Si acabas de golpe con todas la gacelas. ¿De qué te alimentarás al año siguiente? Al contrario que el ser humano, el lobo no es codicioso. !Es capaz de calcular, de ver las cosas con perspectiva!
Bilgee
Jiang Rong
Ed Alfaguara
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