Rosebud |
De Ciudadano Kane hay múltiples análisis, opiniones y juicios. Seguramente más relevantes que mi humilde opinión personal. Lo mejor es ser honesto y empezar por exponer que la primera vez que vi esta cinta me aburrí como una ostra, cosas de la adolescencia. El blanco y
"Mis principios" |
La película destaca en muchos ámbitos. En primer lugar la estructura del guión. La cinta arranca con la muerte del anciano Kane en su mansión de Xanadu, tras pronunciar la palabra clave, el famoso macguffin de Hitchcock, rosebud antes de morir. Posteriormente se incluye un noticiero documental sobre la vida pública de Kane, su ascensión, vida privada, fracaso político y desmanes varios. El clásico No-Do incrustado dentro del film para situar al espectador sobre la figura principal de la película. Sin embargo el desconocimiento del significado de la palabra rosebud arrastra a un periodista a investigar más a fondo al ilustre personaje fallecido. Inquiriendo un cariz más humano a través de diversas entrevistas con las personas más cercanas a Charles Foster Kane. De este modo la película va saltando del presente a los recuerdos de los entrevistados en orden cronológico. Desde el momento en que Kane es separado de su familia, pasando por adquirir el periódico Inquirer, su intentó de pasar a la política o sus matrimonios frustrados. La historia pasa pues a ser narrada y complementada entre los antiguos colaboradores del personaje principal a través de diferentes saltos en el tiempo, elipsis y anécdotas sobre la fuerte voluntad de Kane. Welles trabajó junto a Herman J. Manckiewicz en el guión, y ambos supieron dotarle de fuerza dramática a través de los continuos reveses y enfrentamientos a los que Kane debe hacer frente. Desde el choque con su tutor/administrador, pasando por la famosa hoja de principios que tanto insiste su amigo Leland en salvaguardar.
Otro aspecto importante es la fotografía, el encuadre y el hábil montaje, seguramente perpetrado y sugerido por el director a quien la productora RKO había dado libertad creativa para esta y otra película. A pesar de la juventud de Welles quien contaba con solo 26 años de edad para entonces. Antes de este filme, Orson Welles colaboró con Greg Tolland en la cinta recién descubierta. Fue una suerte que este hombre comprendiese y se arriesgase con
las continuas indicaciones del joven director, sobre todo al exprimir los contrastes y de dotarles de significado, aparte del poderío visual que otorga el blanco y el negro. Los amplios encuadres utilizados con grandes angulares proporcionan una profundidad que magnifican la escena que estamos contemplando. Incrementando el campo de visión y dotando de importancia al personaje colocado en primer plano frente al sugerente escenario donde se encuentre. La interpretación de los personajes sobresalen sobre todo por las caracterizaciones, siendo ellos mismos quienes se representan a lo largo de los años narrados en el filme. Destaca el acaparador Welles en el papel protagonista, con una sensación paralela de asociar su poderío su físico con la resuelta faceta impertinente del propio Kane. Una personalidad tan exagerada que le lleva a transformarse en un verdadero tirano. Se podría incluso apelar que termina siendo un dictador, un fascista que tiene la obligación de imponer su voluntad sobre los demás. De ahí el cambio inicial, cuando el propio Kane se ve así mismo con la necesidad de emprender su particular cruzada en defensa de los más desfavorecidos. Proponiéndose como el salvador de la gente honrada y trabajadora frente a los abusos de los poderosos. Creo que el nazismo también empezó con un discurso similar. Y la similitud es que Kane termina por llevar a cabo sus deseos por encima de la cordura, la lógica o el sentido común, para ese objetivo este megalómano tenía dinero para aburrir.
Los secundarios aumentan el resultado final, incluidas algunas apariciones tan escasas como Ray Collins, dando vida a Jim Gettys, el adversario político de Kane. Para acabar esta reseña nada mejor que volver al enigma del significado de la palabra rosebud, capullo en inglés. Desconocida para los habitantes de la película mientras que los espectadores conocen la ubicación del dibujo y la palabra en el trineo del joven Kane. ¿Una presumible falta de amor maternal? o como bien dice el periodista. "Una palabra no define una vida entera". A estas alturas que cada cual escoja su versión. Ciudadano Kane continua siendo un poderoso ejercicio visual con una gran historia detrás, sin necesidad de intentar destripar el supuesto macguffin, ni de intentar hallar una explicación a una simple palabra frente al conjunto de una obra imprescindible.
Ciudadano Kane de Orson Welles
1941
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