A veces se tiene un tesoro delante de las narices y uno es incapaz de verlo. El puente de Alcántara lleva rondando mi cabeza más de diez años. Y para colmo, los dos últimos en la estantería del salón de mi propia casa. Menos mal que los libros suelen mantenerse fieles sin importarles si uno se pierde por bibliotecas foráneas. No importa, la espera ha sido gratamente recompensada, la novela de Baer es una fantástica obra de literatura histórica que ha conseguido algo tan simple, básico y agradable como engancharme a su lectura, devorando hojas con tal avidez que sus 707 páginas de esta edición, se me han quedado cortas. El argumento transcurre en la edad media de la península Ibérica, donde viven mezcladas las tres grandes religiones de la época, y el autor, Frank Baer, aprovecha esta circunstancia para desarrollar su historia a través de tres personajes. Un médico judío, un escudero cristiano y un poeta musulmán. Un triángulo narrativo que acapara diferentes estratos de la sociedad medieval y una cuidada adaptación al entorno histórico donde pululan los personajes de la novela.
El libro se encuentra dividido en tres partes con sus correspondientes capítulos dedicados a cada personaje. Poco a poco nos vemos sumidos en las diferentes situaciones por las que pasan nuestros protagonistas, como interactúan con una buena colección de personajes secundarios y como estos mismos protagonistas llegan a compartir escenario entre ellos mismos. La novela contiene un buen número de personalidades históricas junto a los ficticios creados por su autor. También incluye una pequeña guía de personajes para que el lector no se pierda ante tanto nombre. A mí personalmente no me hizo falta aunque se agradece el detalle. También se tiene la consideración de colocar a los lectores sobre la situación histórica de la época y los hechos más importantes a tener en cuenta en este periodo. Demostrando el trabajo acumulado y la solvencia de la novela. De hecho, el protagonista musulmán, ibn Ammar, es un interesante personaje histórico de la época. Tal vez aquí encontremos un pequeño pero, porque justo después de leer la novela es natural indagar un poco sobre la vida real de ibn Ammar. En un par de biografías más o menos profundas, se da por sentado a un personaje más complicado y ambicioso que la propuesta ficticia del escritor germano de crear un personaje de notable inteligencia política pero con un tono reservón y servicial hacia su señor. El perfecto héroe literario que nos muestra Baer.
Dejando a un lado las adulaciones al trabajo bien hecho, solo me queda alabar nuevamente la fantástica prosa que contiene El puente de Alcántara y a la seriedad con que se desarrolla tanto la trama como a los personajes. Porque esta es una historia seria sobre la convulsa era medieval y los continuos intereses de reyes, príncipes, comerciantes y mercenarios. Todos quieren sacar partida, extender sus dominios, acumular mayor negocio o simplemente ofrecer servicios guerreros con el noble objetivo del botín. Normalmente a la historia siempre se la juzga por el desarrollo de los hechos más relevantes, batallas, personajes ilustres y grandes conquistas. Esta novela auna todos estos elementos desde el mismo interior de la gesta de la historia. Retrata tan fielmente la vida de los personajes que la gran aventura que va describiendo, hace que el lector se sienta participe de las ambiciones y deseos de nuestros protagonistas. El puente de Alcántara aglutina muchas virtudes, inquietudes personales y grandes ambiciones de poder. El viaje al siglo XI se hace ameno, ilustrativo y lo que es más importante, contiene literatura de la buena, narrando una historia con enormes matices, tanto como somos capaces de adquirir los seres humanos.
La espera ha merecido la pena.
Frank Baer.
Ed. Edhasa.
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