12 de junio de 2025

Déjame entrar

Hace bastante tiempo que vi la película, en concreto la primera. La adaptación sueca que fue hecha gracias a la notoriedad que fue alcanzando el libro, y que arrastraba cierto renombre a principios del dos mil; porque rápidamente vino después un remake yanki. Visto el éxito que tenía la novela, algún golferas norteamericano se lanzó a versionar el mismo texto con apenas dos años de margen frente a los suecos. Y este breve resumen audiovisual llega al 2022, donde hay que sumar una nueva producción, en formato de serie (de está no tenía ni idea); para mayor gloria del bolsillo de John Ajvide Lindqvist, el autor de la novela. Y recuerdo bastante bien que me gustó el filme, aquella versión vampírica entorno a unos niños como protagonistas principales. Un mito, el del vampiro que estaba de moda nuevamente por aquellas fechas (en 2004 se publicó el libro) junto a otra repelente saga como referente comercial: Crepúsculo. Por mi parte adquirí el libro para regalarlo, con la idea futura de aprovechar tal presente para después leerlo en cualquier momento. Así de claro, en plan interesado.

Sin embargo, han pasado bastantes años desde entonces, dando por sentado mi habitual desatino por cumplir ideas preconcebidas, hasta que el libro se cruzó nuevamente en mi camino por el mero hecho de hacer limpieza de trastos acumulados, y recordé, las buenas sensaciones de la adaptación peliculera. Y ahora, tras la lectura del texto, me han entrado ganas de volver a verla, al comprobar que la novela supera con creces el recuerdo que tenía de la película. 
T-O-C-T-O-C
El protagonismo principal recae en Oskar, un niño de unos 12 años que sufre acoso escolar por parte de algunos compañeros y que lo humillan constantemente. La rabia que acumula Oskar, la descarga en su imaginación, en el fantasioso deseo de vengarse mientras apuñala el tronco de un árbol que sufre la ira acumulada de Oskar. Aparte de la soledad escolar, hay que sumar la familiar, pues sus padres andan separados, siendo su madre quien lo mantiene pero con la circunstancia de alargar su jornada laboral para poder afrontar las facturas, dejando a Oskar con bastante tiempo libre. 

En ese contexto, una nueva familia se instala en el mismo bloque de pisos de Oskar: un padre y una niña (Eli) a los que apenas se les ve por el barrio y que mantienen siempre cerradas las ventanas. Ambos chicos coinciden en el espacio común de los inmuebles y poco a poco van estrechando lazos en la fácil unión que se da entre personas que necesitan algún tipo de apoyo, de amistad. 

Que necesitará una invitación para poder entrar en su habitación, en su cama. Y él la había invitado.
¿Puedo entrar? Dime que puedo entrar.

Y en esos compases llega la tragedia en forma de asesinato, sobre un adolescente que parece haber sufrido algún tipo de ritual satánico. Un terrible suceso que dispara la imaginación de los medios y mete el miedo en el cuerpo a los vecinos de Blakeberg, un suburbio de Estocolmo, por si pudiera repetirse. En paralelo, Ajvide expone otras historias complementarias que forman parte del grueso del libro. Por un lado está un grupo de borrachines. Gente adulta que representan algunas personas que se han desviado del camino correcto y buscan ahogar penas juntos, como los parroquianos habituales de los bares de barrio a la espera de que la vida les ofrezca una segunda oportunidad. Por último, está un problemático jovenzuelo llamado Tommy, cuya madre anda tonteando con un policía, mientras que él se dedica a obtener ingresos extras mediante la venta de objetos robados. Todos estos personajes se van desarrollando y entremezclando en pequeños capítulos, alternándose con el resto para formar un lúgubre retrato de la mitificada sociedad sueca. 

Ajvide construye un laborioso relato que implica la introducción del mito del vampiro dentro de una sociedad que se ve sacudida por otros elementos igual de terroríficos, como son el bulliyng, la soledad de las personas o la pedofilia misma. Un tema bastante serio al que escritor añade otro tipo de brutalidad sobre los menores: la explotación sexual. Una violencia descrita con una extensión de detalles que transforma la lectura en ciertos pasajes verdaderamente incomodos. Sin necesidad de acudir a la fácil descripción de los chupasangres, este libro contiene pasajes que navegan entre lo escabroso y lo memorable. Cuesta decirlo, pero hay que alabar el desarrollo pausado que Ajvide expone a toda su narrativa, con un regodeo singular del que sale airoso. Este pirado (sólo hay que ver la foto elegida para adornar la cubierta) logra crear una atmósfera siniestra y que logra transmitir la angustia de ciertos personajes al lector, el cual, continua enganchado a la lectura con el imperioso afán de que concluya cierta agonía y que Ajvide maneja con maestría, a lo largo de unos párrafos que logran extenderse a través de varias páginas. 

Podría enumerar varios tramos, pero lo mejor es entregar tal responsabilidad a la recomendación y que cada uno descubra cómo un libro puede superar con solvencia cualquier adaptación audiovisual. 

Déjame entrar
John Ajvide Lindqvist
Ed Espasa Calpe, 2008