12 de diciembre de 2022

Ninja Scroll: La piedra sagrada del dragón

A mediados de los 90 se publicó en España una colección de películas centrada en la animación japonesa (Manga manía) Más conocidos como animes y cuyos títulos, fascículos y demás parafernalia venían a cubrir el auge de esta animación, sobre todo en series televisivas. En una de las primeras entregas, o la primera directamente junto a Akira (la memoria empieza a fallar) estaba Ninja Scroll; una entretenida película dirigida y escrita por Yoshiaki Kawajiri y cuyo argumento nos trasladaba al Japón medieval para seguir los pasos de Jubei Kibagami, un samurái errante que pone su habilidad con la espada al mejor postor y que se verá inmerso en una complicada trama que busca derrocar al gobierno japonés. Sin embargo, la animación japonesa es muy dada a fantasear con las habilidades marciales, y para mayor gloria del espectáculo, desfasar a la hora de construir a los rivales del protagonista, en una suerte de guerreros con habilidades sobrenaturales y engendros monstruosos. 

Pero Ninja Scroll fue todo un éxito, cuya cinta ha terminado por convertirse en un film de culto y de referencia para los amantes del género. Y con el paso del tiempo, el mismo estudio de animación sacó adelante una serie de 13 episodios con vistas a rememorar la popularidad adquirida. La serie fue creada a principios del dos mil, al título de La piedra sagrada del dragón y con la colaboración del propio Kawajiri en los guiones. Nuevamente Jubei Kibagami se verá envuelto, sin quererlo ni buscarlo, en una trama donde el resultado final es hacerse con una antiguo tesoro y por el que pugnarán clanes rivales. Para lograr alcanzar tal meta, es necesario hacerse con una vieja piedra, a modo de joya, que posee poderes místicos y la colaboración de una sacerdotisa, que supuestamente desciende del linaje que poseía tal tesoro. Vista esta mera y simple presentación, ya se intuye que el protagonista se convertirá en el caballero andante de la dama ante los continuos intentos de los clanes rivales por hacerse con la preciada mercancía.

Un clásico: monstruos desproporcionados y tipas voluptuosas

Jubei recibirá el apoyo de Dakuan; el viejo espía con forma de monje vagabundo del filme anterior y de un joven ladronzuelo con escasa aportación para todo. En conjunto, formarán un grupo variopinto con la misión de salvaguardar a la joven sacerdotisa, que tampoco hace gran cosa salvo poner caritas. Lamentablemente, el devenir de la serie cae en un esquema demasiado repetitivo, básicamente el grupeto protagonista sufre la continua persecución de una amplia plantilla de monstruos, demonios y bichos de todo pelaje con la única misión de hacerse con la piedra y los servicios de la joven heroína. Lo curioso es que apenas hay formación de algún tipo de trama o elaboración. Más bien se da por bueno que todo acabe resuelto por Jubei, en plan western con un combate a muerte al final de cada episodio.

La mayor gracia consiste en ver que nueva fantasmada idean los guionistas para desarrollar al monstruo de turno, y que intente rivalizar con la espada del protagonista y su natural querencia a desmembrar miembros para regar con abundancia sangrienta la flipada de turno. El resto de personajes andan de relleno, sin apenas colaborar en algún capítulo concreto ni desarrollar algún tema paralelo que amplíe el simple horizonte descrito. Es una pena que la repetición constante del esquema, temas musicales incluidos, ande por encima de un desarrollo más elaborado, algo que debía darse siempre en una serie aunque uno sepa perfectamente que vende Ninja Scroll a estas alturas. La serie se deja ver sin mayores aspavientos, aunque su mayor merito sea estimular volver al film de los noventa.

Ninja Scroll: la piedra sagrada del dragón
Madhouse, 2003


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