12 de diciembre de 2015

Climas

La historia de este libro está centrada en el amor. Un sentimiento tan estrecho que en esta novela se magnifica en algunos personajes que pueden llegar a tolerar el abandono o la traición de la otra parte de la pareja. La estructura de la novela esta separada en dos grandes capítulos, la primera es una larga carta autobiográfica donde el personaje central, Philippe de Marcenat, remite a su segunda esposa con el fin de que ella pueda conocerle mejor, sobre todo respecto a la tormentosa relación que mantuvo con su anterior matrimonio. La segunda parte cambia de narrador, Isabelle, quien también copa su turno con un preludio autobiográfico que sirve de presentación para posteriormente pasar a desarrollar su vida en matrimonio con Philippe. En ambas historias se nos revela la condición humana de cada protagonista, gracias a la libre exposición de sus pensamientos y como sus actos derivan en una continua lucha de contradicciones por mantener a su lado a la pareja amada. Curiosamente en ambas historias se repiten los esquemas amorosos y los rincones ocultos de estas relaciones bajo la mirada educada de la sociedad francesa de principios del siglo XX

A lo largo de la narración se describe como todo arranca como un bello cuento hadas y la
Querida, quítate toda la portada
alegría que supone la pomposidad del enamoramiento... Odile con un alegre y pícaro ademán se dirigió a la puerta de entrada y corto los hilos del timbre. De este modo se despedía del mundo. Philippe


Sin embargo, toda relación acaba sucumbiendo al lento proceso de la vida, trabajos, viviendas, amistades... Ahí donde la monotonía impera con toda su energía y en donde las parejas terminan por conocerse realmente. Es ahí donde se desarrolla la gracia de la novela, cuando algún miembro de la pareja traspasa los limites de la fidelidad mientras que la otra parte se enroca en una poderosa mezcla de celos y devoción hacia su ser querido. Las mujeres en discordia se contraponen de inicio en sus espíritus. La vitalista y hermosa Odile frente a la serena y sobria Isabelle. En este caso cobra vital relevancia Philippe Marcenat al participar en las dos historias, siendo a una parte víctima y verdugo. Así es como Philippe acapara el drama principal, por su extraña evolución de soñador, supuesto mujeriego, celoso y vividor, ya que son varias las fases por las que atraviesa este personaje trastocado por la intervención de las mujeres en su vida. Sobre todo por Odile, quien es capaz de arrebatar a su esposo la identidad de su propio nombre.

La sombra de Odile planea también sobre el matrimonio de Isabelle a través de la huidiza conducta de su marido hacia la necesidad de sentir la vida en cada momento. Papeles intercambiados en personajes que arrastran a sus cónyuges a las mayores contradicciones por sus deseos personales que chocan con la felicidad del otro. Yo me sentía capaz de una devoción total e incluso de una esclavitud. Nada en el mundo existía para mí que no fueras tú. Isabelle

La prosa de Mauris se despliega con notable eficiencia sobre la alta sociedad parisina a través de viajes, cenas y fiestas, donde los cotilleos suponen el pasatiempo favorito. Las acciones descritas son el resultado de las reflexiones y de los deseos manifestados por los personajes. De ahí que se suela situar a esta novela con un rasgo más psicológico, gracias a la profundidad con que Mauris maneja a los títeres de su historia. En especial a quienes se esfuerzan por mantener una relación imposible que les lleva al nivel más bajo de la dignidad frente al consuelo de conocer el verdadero amor de darlo todo por la persona deseada. En este vaivén sentimental, los personajes secundarios incluso exponen el necesario desahogo que supone un amante en cualquier relación humana. Visto como un mal necesario frente al escándalo que supondría la ruptura de cualquier matrimonio en estos casos. Nada mejor que una buena lectura de hipocresía de la época frente al verdadero amor que manifiestan libremente quienes finalmente pierden.

¿Porqué no admitir - pensaba yo - que comenzamos constantemente existencias nuevas y que en cada una de ellas el pasado no es más que un sueño?
Philippe

Climas 
Andre Maurois
Ed. G.P - 1967
Colección Reno

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