Con tanta fiesta y tanta matraca uno llega a acumular sus propias tradiciones como el post de hoy, Día en Madrid. Algo tan tradicional que convierte a la capital de España en una curiosa meca donde acuden miles de peregrinos a disfrutar del centro. Mi propio rito nació como un simple día para acudir al Rastro a echar el ojo. Poco a poco la costumbre se fue extendiendo hasta llegar al extremo de tener que pasar por el mercadillo navideño de la Plaza Mayor, reponer fuerzas con el clásico bocata de calamares y tapeos varios por los locales de la zona. Otra actividad ineludible es visitar la fachada de Cortylandia y esperar a que empiece la pegadiza musiquilla; "Cortylandia, cortylandia, vamos todas a cantar, alegría en estas fechas porque ya es Navidad..." una vez que empieza la función y los monigotes a moverse, el día de la marmota hace acto de presencia, Cortylandia ya no hace gracia salvo que uno tenga hijos, y al estar literalmente rodeados de gente solo queda apelar a la paciencia para esperar a que concluya la representación.
Puerta del Sol |
Pasar el día en Madrid es tan natural como intentar ignorar a los redundantes niños de San Ildefonso el día 22, hay quien incluso confunde su propia cabeza con el típico arbol y la adorna con toda clase de gorros navideños. Fotografiarse en la cena familiar, en la de empresa o con las esculturas vivientes de fondo, todo esta incluido en el Pueblo Grande, salvo aburrirse. Hasta el 2012.
Cortylandia 2011 |
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