25 de septiembre de 2011

Mercado de ganado. Torrelavega y Pola de Siero.

"Los pasos del señor son inexcrutables" o eso se dice en el ambito popular y en el capítulo 55 del libro de Isaias . Aunque la verdad nunca se sabe a ciencia exacta que nos deparará los distintos caminos que nos encontramos en la vida. 

Resulta curioso y hasta positivo vivir una experiencia ajena al modo de vida que normalmente uno lleva consigo. Asistir al mercado de ganado en dos de las ferias más grandes e importantes de España da como resultado una vivencia llamativa, porque una cosa es acudir a tal evento como un simple curioso o un turista ocasional y otra muy distinta es la de participar en la compra de animales para su posterior explotación. Tengo que matizar que acompañaba al comprador y aunque mi asistencia era eventual, he tenido la oportunidad de vivir en primera persona el gitaneo propio del mercadillo de barrio trasladado a los negocios ganaderos en una inmensa nave.

Compradores y tratantes con la firme intención de elevar o bajar el precio de las crías con la histórica peseta como moneda de cambio. De esta guisa me presente en Torrelavega primero y en Pola de Siero una semana más tarde. Convirtiéndome en espectador y supuesto alumno de los diferentes aspectos que se deben tener en cuenta para adquirir y comparar al distinto ganado expuesto a la venta, buscando a ojo la mejor opción (si el animal realiza la rumia, si está implao, si tiene mocos, que si el culo del animal....) y terminando por rebuscar el precio que augure el mayor beneficio tras el posterior engorde y cría del animal.

Mercado de Pola de Siero
Otro gallo es el transporte de los terneros, una vez llegado al acuerdo se debe cumplir con los tramites burocráticos con la administración. Después cargar a mano el animal en el medio de transporte de cada uno y que previamente debe haber pasado una suerte de desinfección. Para terminar con el regreso a la finca con la compra hecha. Llamativa esta experiencia, una más que se suma a los reiterados impulsos que mi mente me lleva a fantasear hacia tiempos pasados, cuando la celebración de un mercado de ganado significaba atraer riqueza a una ciudad en el medievo y donde la trashumancia cobró tal importancia en España que hoy día sigue celebrándose. 


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