1 de marzo de 2011

Tron. Revisando un mito

A principios de los 80, la productora Walt Disney arriesgó bastante en llevar a cabo una película que con el paso de los años ha terminado por convertirse en una cinta de culto para cierta parte de la población, más bien por lo aparatoso de la película que por la calidad de la obra. Tron se desarrollaba en un mundo paralelo, con los videojuegos de fondo y las reminiscencias infantiles de las tardes de verano delante de un Spectrum. Con el estreno de la secuela me he autoimpuesto revisitar la película original, para refrescar mis añorados recuerdos de infancia y disfrutar el añejo sabor retro de Tron.

La cinta en sí es bastante mala y nada ha ganado con los años salvo las comparaciones que puedan realizarse con otras cintas de ciencia ficción más modernas y con las que
cuenta cierto parentesco. Matrix por ser la más conocida, trata de manera similar un mundo paralelo virtual o la toma de conciencia de su existencia por parte de las máquinas como en Terminator con Skynet en consonancia con el CCP de Tron. Motivos suficientes para dotar a la cinta de Steven Lisberger la categoría de visionaria.


Colorinchis - Walt Disney Productions
Gracias a estos soportes, Tron se salvaguarda en el imaginario colectivo por sentar base en la ciencia ficción moderna, aunque en realidad lo que tiene es secuestrado una vieja imagen anclada en alguna neurona perdida. Una época pasada donde Tron fue un proyecto innovador, grandilocuente, ambicioso y temerario. Una nueva ventana hacia un mundo distinto, mostrando una nueva forma de trabajo en cine con el uso de los ordenadores y apoyándose en estos para recrear efectos especiales. Pero lo que nos queda es una vieja postal que hizo gracia en su momento, los recuerdos del filme son más consistentes en nuestra pasajera memoria, Tron fue un bicho raro, una película que consiguió cautivar las mentes de las personas que disfrutaban desembalando VHS´s en ese magnífico aparato que llegó a ser el vídeo doméstico.

La secuencia más recordada de la película es el juego de las motos que van imponiendo una senda mortal a través de su haz de luz, en la revisitación se queda tan corta y tan triste como el conjunto de la película. Tron no guarda ningún interés cinematográfico, la iconografía de su universo y la leyenda que arrastra es notablemente superior de lo que realmente contiene.

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