18 de junio de 2011

Retorno a la isla: Mirando atrás.


Retorno a la isla viene catalogada como la novela más autobiográfica de Linn Ulmann, escritora nordica que poco a poco va abriendose camino en la narrativa europea. Al desconocer el resto de su obra apenas puedo pronunciarme sobre la validez de Ullmann, y porque este libro cuenta una historia que ya ha sido descrita en multitud de ocasiones. Incluso hace bien poco ha recalado en este blog un libro con una estructura parecida, entorno a un grupo de mujeres que realizan un viaje hacia su pasado y a los recuerdos de su infancia. De un modo similar, la autora propone al lector una historia triangular entre tres hermanas que tienen en común la paternidad de un hombre de gran reputación, pero todas ellas se diferencian al proceder de distinta madre. La hija mayor, Erika, decide volver a visitar a su enigmático padre que se ha instalado en Hammarsö, la isla donde pasaban los veranos cuando eran más jóvenes y que un hecho trágico frenó su asistencia. De este modo, la novela navega entre los recuerdos del pasado y el trayecto presente, donde las mismas hermanas necesitan poner en orden sus recuerdos veraniegos y su vida actual.

Es esta estructura de mezclar el presente con el pasado una fórmula habitual de la narrativa, dejando en este caso la construcción de la historia y el interés que se consiga transmitir en el probable éxito de la novela. Retorno a la isla, cumple con ambas condiciones, a pesar de caer en la tendencia de la desgracia como elemento culmen de la historia. La escritora dota de mayor protagonismo a los recuerdos pasados que al momento presente de las hermanas, y hace bien, porque son más interesantes las  acciones veraniegas que la urbanita rutina del presente.

La novela mejora según avanza y se cede el protagonismo a los hechos acaecidos en el pasado. Los recuerdos de las protagonistas son más atractivos y es aquí donde Ullmann destaca por saber componer y mezclar el mundo de las niñas con el de los adultos. La relación de las hijas con su padre, visto como un gigante desde las perspectivas de quienes no han pegado el estirón. En este caso quiero señalar la sutil descripción de la maldad infantil que la autora propone, siempre he pensado que los niños son unos cabrones, por eso destaco la acertada forma en que la autora describe las dificiles relaciones que se construyen en el complicado paso a la adolescencia. Incidiendo en la cruel necesidad de sentirse aceptado por un grupo social y que es el desencadenante de la fatalidad necesaria que toda obra necesita.

La fragilidad infantil y la narración de un momento clave en sus vidas siempre son caldo de cultivo para escritores nóveles o creaciones de tramas interesantes, si el autor consigue aglomerar alguna circunstacia que la destaque sobre otras propuestas parecidas. En este libro escasea un elemento que lo diferencie de otras obras. Esta por encima de la corrección y se deja leer con bastante soltura pero le falta un punto en el fondo que la destaque por encima de otros libros que cuentan historias de la misma forma.


Retorno a la isla. Linn Ullmann Ed. Lumen

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