8 de noviembre de 2019

Cube

Una estructura cuadrada, siete actores y bombillas de diferentes colores. Con estos simples mimbres, cogidos a ojo y un poco a lo bruto, puede decirse que bastan para realizar una notable película de ciencia ficción. Cube es una interesante propuesta ideada en la dirección por Vincenzo Natali y con un guión compartido junto a André Bijelic y Graeme Manson. 

Un filme estrenado a finales de los 90, cuya original estructura la llevó a estar catalogada como una obra de culto. No es para menos, si una película logra el objetivo básico de entretenimiento con la dificultad de realizarse en casi un único escenario. Porque Cube encierra a siete personas en una especie de laberinto, cuyas salas cuadradas son todas iguales salvo por el color que las ilumina y por tener una abertura, en plan submarino, en todos los lados del cuadrado para poder acceder a otra sala. Ninguna de estas personas recuerda cómo han llegado hasta ese lugar y tampoco guardan ninguna relación entre ellos. Son seres anónimos y desconocidos que han sido escogidos por alguna siniestra razón en una especie de experimento macabro, pues algunas de estas salas contienen trampas mortales. Un elemento que proporciona mayor confusión al grupo y al espectador, porque en apariencia no hay ninguna causa que justifique el juego ni el sadismo de las trampas. Al grupo no le queda otra que hacer piña y apoyarse los unos con los otros para intentar hallar una salida.

Si soman - IMDB
En ese proceso surgen las naturales virtudes y defectos de las personas. Una evolución donde la presumible fatalidad empieza a hacer mella en el coco de los implicados. En un principio la pregunta básica es qué diablos es esa estructura y querer conocer los motivos del encierro. El elenco se compone por un policia, quien toma inicialemente el liderazgo por su condición de autoridad, una doctora, un arquitecto, una estudiante y un supuesto experto en fugas. Por un lado hay una lucha entre el instinto de supervivencia que puede llegar a reducirse de manera egoista al individuo frente a la colaboración colectiva, más aun cuando deben hacerse cargo de un deficiente mental, que también anda metido en el embrollo, mientras surgen las lógicas disputas, egoismos y miedos acumulados ante lo desconocido, una tensión que aumenta al verse encerrados mientras intentan atar cabos de cómo sortear las trampas, tirando las botas para activar las posibles trampas o buscando alternativas sobre una secuencia de números que andan colocados en las aberturas.

Una vez visto el resultado final, una de las criticas facilonas que puede hacerse sobre Cube es de no llegar a ningún sitio. Por ahí podemos separar a quienes necesiten tener que saber los motivos de todo lo que se les plantea, derivada de un sector que parece no entender el sentido del espectáculo sino recibe un show simple y masticado. Por fortuna Cube es atemporal, porque su compleja estructura y supuesta diversión la sitúa en un marco donde el ser humano bien podría ser un mero proyecto sádico que busca llevar hasta el limite la capacidad humana de supervivencia. Y qué coño, la gracia del filme es la escalada de encontronzados de los personajes junto al
misterio que rodea al reducido escenario. Años después surgió otro filme de éxito similar, Saw de James Wan. Ésta plantea cierta similitud en el esquema, aunque algo más gore para después otorgar algunas respuestas más explicitas que la misteriosa función del laberinto del director de Cube. Por ahí anda algo del encanto.


Adivina qué te meto si no sumas - IMDB
Vincenzo Natali logró triunfar a lo largo y ancho del mundo. Mientras que en España queda para el recuerdo su paso y triunfo por el festival de Sitges de 1998. Cube ha logrado hacerse un hueco perpetuo en el género de ciencia ficción. Una incidencia que acompaña a su director desde entonces a lo largo de su carrera. A día de hoy sigue siendo su mejor filme y el éxito fue tal, que las secuelas se hicieron inminentes. Aunque el factor sorpresa del original jamás podrá ser alcanzado.

Cube
Vincenzo Natali, 1997

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