A la espera de nuevos caminos |
En los dos últimos años exponía en el blog una especie de planificación deportiva que tenía que ver con mi incursión personal en el deporte de moda, y como esta supuesta afición desembocaba en una serie de carreras que formaban parte del reto final, que adquiría una figura mental en forma de maratón. Para el 16 no hay nada de eso, más bien hay un notable desierto en el horizonte que viene azotado por la perdida de la rutina. A finales del 15 se ha intentado volver a calzarse las zapatillas pero un buen par de trancazos y una dolencia en forma de fascitis me ha impedido coger algo del denominado ritmo. Porque esa sensación de disfrutar corriendo debe haberse perdido u ocultado en algún minúsculo rincón de mi ser. Tras holgazanear en las vacaciones navideñas y abandonarme a los placeres del paladar, surge en el horizonte La tragamillas de Collado Villalba. Edición catalogada como X, atractiva letra que siempre me pone. Veremos si sirve de punto de inflexión para volver a las correrías.
Un pequeño reto personal era superar las cuarenta entradas del 2013, harto difícil por las nuevas obligaciones familiares y el leve abandono a las excursiones por el monte. Estará por ver si puede arañarse alguna jornada para volver a usar el bastón y recorrer los bosques de la sierra guadarrameña.
Literariamente será fácil seguir aumentando mi parecer en el blog mientras suba y baje hasta el pueblo grande de manera diaria. Para el 16 me he propuesto acercarme a algún que otro mamotreto, se aceptan sugerencias incluso para años venideros. Otra opción destacable será leerse el Quijote de Avellaneda, ahora que Cervantes cumple 400 años de sepultura y encima parece que sabemos donde están sus restos. En el apartado audiovisual... pues más de lo mismo, peliculillas diversas y óperas primas. Aunque a estas alturas creo que debería conocer finalmente Juego de tronos....
Buen 2016 a todos.
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