Era obvio conmemorar con una adaptación cinematográfica el V centenario del descubrimiento de América en 1992. Una fecha imprescindible en la historia de la humanidad sobre el maravilloso viaje emprendido por Cristobal Colón, una de las figuras más relevantes y misteriosas de las crónicas post-medievales. En un año tan simbólico para la península ibérica con la conquista de Granada a principios de 1492. La película del director inglés, Ridley Scott, tenía la difícil tarea de aglutinar para la gran pantalla el hallazgo del nuevo mundo junto a unas expectativas empresariales y artísticas tan altas que la cinta apenas pudo cumplir.
Un reparto internacional encabezado por el voluntarioso Gerard Depardieu, dando vida al Almirante Colón y arropado por grandes actores como Sigourney Weaver, Armand Assant, Frank Langella, Tcheky Karyo, Fernando Rey... además de una generosa aportación económica, con el estado español como respaldo principal para dar servicio a una de las historias más grandes que ha dado la humanidad. Sin embargo la adaptación al celuloide se diluye en una mera recolección de acontecimientos.
Un reparto internacional encabezado por el voluntarioso Gerard Depardieu, dando vida al Almirante Colón y arropado por grandes actores como Sigourney Weaver, Armand Assant, Frank Langella, Tcheky Karyo, Fernando Rey... además de una generosa aportación económica, con el estado español como respaldo principal para dar servicio a una de las historias más grandes que ha dado la humanidad. Sin embargo la adaptación al celuloide se diluye en una mera recolección de acontecimientos.
El fallo de Ridley Scott, o de la película en sí, es la narración histórica de un hecho tan grande carente de pasión e intensidad. Sirva como ejemplo la travesía por el océano, el misterioso mar inabarcable se desarrolla bajo la asfixiante mirada del rey sol, hombres apelmazados en un espacio reducido, con el incontable avance diario hacia lo desconocido, en donde apenas sobresalen los puntos de interés, ni la heroicidad de un viaje tan dramático por los medrosos y fanáticos hombres del siglo XV, quienes intentaron sin éxito abortar el viaje con algún que otro motín.
Scott nos presenta una película sobre la vida de Colón, personaje principal que sobresale por encima del descubrimiento. Esta claro que Colón es el protagonista absoluto pero tanto abarca que eclipsa a los personajes secundarios, incluyendo a los antagonistas ocupados en poner los obstáculos a superar para mayor gloria del navegante. Me extraña bastante que un director de la talla de Scott, apenas dejase huella con esta película, más bien parece un encargo que el director inglés ha resuelto con la prudencia y el respeto de tan magno acontecimiento. Toca tantos temas a lo largo de la vida de Cristobal Colón que deja los mismos temas sin profundizar y en otros casos sin acabar. ¿Que fue de Beatriz? La eterna amante de Colón.
La llegada de los españoles al nuevo continente es un paso tan grande como si una civilización extraterrestre llegase a nuestro planeta. Ese sentimiento es posible que sea lo más parecido a lo que sintieron los indígenas cuando en el horizonte vieron unas extrañas naves henchidas de velas blancas. Sin embargo tampoco se pasa este hecho bastante por alto.
Cristobal Colón ha pasado a la historia como el intrépido navegante que descubrió un nuevo mundo. También como un nefasto gestor que produjo su propia caída. Sin duda su legado más importante a la humanidad fue llevar a cabo el sueño de un hombre que triunfó ante los miedos de sus semejantes para conquistar su propia utopía. El hombre que será recordado en la eternidad de la historia humana, tal como se indica en el mejor tramo del guión de esta película dedicada a una persona que sobrevuela por encima del colosal descubrimiento.
Enlace interesante
Aquí o cerca de este lugar desembarcó Colón el 12 de octubre de 1492 Fotografia extraida de Panoramio. |
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