17 de marzo de 2010

The Usual Suspects (Sospechosos habituales)

De vez en cuando uno tiene la extraña alegría de percatarse de la rapidez del tiempo y de sus pasos agigantados en nuestra vida como cuando disfruto de una revisión cinematográfica. En uno de estos grandes pasos de tiempo, en concreto hace quince años, Sospechosos habituales ganaba un par de Oscars, el guión original y Kevin Spacey el de actor de reparto. Vuelvo a disfrutar de esta gran película y me animo a llevarla a este submundo que me he creado para disfrute personal. Sospechosos habituales es una inteligente película dirigida por Brian Singer (X-Men entre otras) a partir del libreto de Christopher McQuarrie.


La cuadrilla - Polygram film productions B.V.

La idea es muy simple, un criminal es interrogado por un agente de la ley en una comisaria de Los Ángeles para esclarecer un tiroteo y la explosión de un barco. El criminal se convierte de este modo en el narrador de la historia, tanto para el agente como para los espectadores. En un principio parece ser una cinta de ladrones contra policías pero según se va avanzando, la trama se va complicando y diversos cabos sueltos empiezan a tomar forma. El criminal es Verbal Kint (Kevin Spacey) y su oponente interpretativo Chazz Palminteri dando vida al agente Kujan. La película se diluye en un principio en distintas lineas argumentales. El interrogatorio del lisiado Verbal Kint, que a su vez nos cuenta la historia desde un principio y el superviviente del barco a modo de subtrama.

Sospechosos habituales es una de las mejores películas de la década de los noventa, clasificada hace tiempo en una lista tan disparatada como indica el título de "cine de culto". Básicamente es buen cine, ese que te apetece ver de vez en cuando y queda grabado en tu memoria por alguna razón importante. En Sospechosos habituales destaca el trabajado guión, sus giros y tramas complementarias que van aumentando el interés del filme, virtudes que suman en un final tan sorprendente como inteligente.

Esta película se disfruta en su primer visionado tanto que volverla a ver ya no puede ser igual por conocer el desenlace, en parte no importa, las revisiones sirven para valorar mejor el cine que nos gusta y en Sospechosos habituales para apreciar el preciso funcionamiento de un guión que funciona como un reloj suizo, encajando piezas, mentiras y cuentos en un mágico final.

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