31 de julio de 2019

Máscaras y tierra

El trabajo siempre es lo primero. Parece un mantra que se repite de manera constante en la vida del hombre, y con mayor énfasis si encima está relacionado con la agricultura. Sin duda la tarea más básica desde tiempos pasados. Pero la parte positiva llega con el final de la cosecha, de la temporada, de recoger los frutos del trabajo y poder celebrarlo con una fiesta. Porque tanto esfuerzo diario bien merece alguna alegría nocturna. Y por ahí anda el título del libro, que hace bueno el clásico ejercicio entre la faena y la diversión. La explotación de la tierra y la posterior mascarada que acentúe el jolgorio.

Pero para darle mayor gracia, el autor canario Orlando Hernández, aporta una hábil prosa sobre los habitantes de Ribambo. El pueblo isleño donde se desarrolla la historia de la novela, troceada en capítulos y sin necesidad de recurrir a ningún personaje en particular; porque el protagonismo se reparte entre la variada vecindad del municipio inventado. Si acaso, habría que citar a don Lucas Romero, pero éste anda en el lado contrario, pues él es el cacique del lugar, quien busca enriquecerse sin rubor alguno, acumular tierras, dineros y mujeres, porque de los vicios terrenales también se palpan, tanto en el huerto como en el banco.
 


El otro protagonismo se lo reparten los vecinos de Ribambo, labradores en su mayor parte, cuyos nobles esfuerzos andan siendo escamoteados por los terratenientes, tanto en la venta de sus productos como en el abono del esfuerzo.

Esta faena está reservada para personas mayores o chiquillos, dado que así el jornal se considera casi como una gratificación a incapacitados para la jornada laboral normal.

Sin embargo el mayor problema proviene del agua, de su escasez para regar lo cultivado o de la avaricia de quien controla el grifo y no lo abre. Una necesidad más si los campesinos aprovechan las tierras baldías o una segunda cosecha para poder subsistir al plantar otras especies para su consumo. El conflicto tiene base de extenderse cuando la paciencia se agota al sufrir los desmanes del mandamás del pueblo. Sobre todo entre la población que mantiene las clásicas formas de ganarse la vida, aquellos que terminan por apuntar sus iras hacia quienes permiten su pobreza. Por contra surgen los jóvenes, derivados hacia otras oportunidades laborales orientadas hacia la explotación del turismo. Una salida más plausible que doblar el espinazo sobre la tierra y frente al chulo del pueblo. Aunque éstos también vuelven al pueblo, por sus lazos familiares y por la fiesta, porque cualquiera se pierde la verbena donde algunos aspiran a cazar los desvelos provocados por las hormonas.

Pero para conocer mejor las preocupaciones de Ribambo pueblo, nada mejor que merodear por las inquietudes, tragedias, temores, chismes y habladurías de sus habitantes. Un amplio círculo que abarca a un buen número de sus vecinos, allí donde el escritor se extiende con gracia sobre diversos personajes singulares, normalmente con la dedicación plena del capítulo y con la fiesta de la máscara en el horizonte. Por ahí conocemos pequeñas historias sueltas, algunas incluso de carácter morboso, como un supuesto crimen o la tragedia singular de los más desfavorecidos, maquillada bajo una mirada surrealista que encaja perfectamente con la agradable escritura de Orlando Hernández. Por supuesto, la conmemoración cuenta con las reticencias del cura. Otra de las fuerzas recelosas de la diversión de las almas. Al fin y al cabo, la deseada festividad es una suerte de carnaval donde poder desatar la alegría del esfuerzo y de los deseos acumulados.

Desde que comiencen a sonar las trompetas para esa barahúnda infernal, las campanas que recibieron y despidieron a vuestros antepasados, comenzarán a doblar implacablemente sobre el cielo ensombrecido de Ribambo. ¡Comenzarán a doblar, si es que al mismo tiempo no llueve sal!

El reverendo don Tadeo Villar.


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Máscaras y tierra
Orlando Hernández
Ediciones G.P. Col Reno 556
1977

24 de julio de 2019

Diosdado Martínez Escudero

24 de julio de 1939

Los condenados eran llevados por parejas. Y al conocer su destino, intercambiarían más de una mirada con sus compañeros de viaje. Tal vez con anterioridad tuvieron la oportunidad de conocerse, o tal vez fuesen unos completos desconocidos en el momento en que eran esposados. A todos los habían sacado de las prisiones antes del amanecer para ser conducidos al cementerio del Este (Madrid), el conocido cementerio de la Almudena en la actualidad. Allí, en uno de sus muros, eran ejecutados. Dependiendo del número, los fusilamientos se realizaban por grupos, entre cinco y diez personas por tanda. En una grotesca espera para quienes tuvieran que esperar turno. Después de que el pelotón de fusilamiento realizase la pertinente descarga, se procedía a ejercer el tiro de gracia para rematar dudas.

A lo largo del mes de julio de 1939 hubo fusilamientos los días 8, 12, 14, 17, 24 y 31. Aunque siempre quedará la duda de un mayor número que probablemente quedaron sin registro oficial, tanto en Madrid como en zonas periféricas. La tapia que acogía las ejecuciones fue derribada para ampliar el cementerio a finales de 1940. Extendiendo el perímetro del camposanto hacia el barrio de Moratalaz. Los cuerpos sin vida que no eran reclamados por sus familiares terminaron siendo trasladados a un osario. En esa tapia fue ejecutado el último alcalde republicano de Guadarrama (Madrid). Se llamaba Diosdado Martínez Escudero.


La alcaldía

Sin embargo, la estancia de Diosdado en el cargo de la alcaldía fue más bien breve. El 2 de marzo de 1936 se constituía un nuevo equipo de gobierno en Guadarrama. El mismo día, el alcalde saliente, Diego Sánchez Oviedo y su primer Teniente, Hilario Gómez, firmaban las dimisiones de sus cargos. Curiosamente y en un pequeño alarde de discrepancia, Diego Sánchez deja constar su extrañeza de que el Gobernador Civil aceptase la presentación de sus dimisiones y que en virtud de las facultades designadas, nombrase a Diosdado y a Antonio López Pérez en sustitución de los mismos. Tiene pinta de que la maniobra política tenía su origen tras la elecciones generales de febrero, con la victoria del Frente Popular y que llevó a cabo cambios en ayuntamientos de diferentes municipios. Diego Sánchez fue apartado deliberadamente e hizo entrega del simbólico bastón a Antonio López, pues Diosdado no estaba presente físicamente en la localidad y hubo de asumir el cargo justo un mes después.


Vista parcial de Guadarrama desde el cerro de La Torre - Ayto de Guadarrama

Su paso por el ayuntamiento de Guadarrama deja una pequeña serie de historias locales y alguna que otra singular anécdota. En primer lugar, destaca una polémica decisión adoptada por el equipo de gobierno antes de la llegada del propio Diosdado, siendo además una de las primeras iniciativas: el cambio del nombre de algunas calles. En realidad no deja de ser un elemento meramente propagandístico sustituir la nomenclatura de algunas vías principales; como la calle Alfonso Senra por el de Manuel Azaña, o el Paseo de la Alameda por el de Pablo Iglesias. Sin embargo, choca bastante la proposición de la Presidencia de cambiar la calle de la Calzada por el nombre de Diosdado Martínez, "por estimar habrá reportado grandes beneficios á esta villa, y como reconocimiento debía figurar de manera ostensible". Tal idea fue aprobada con un único voto en contra del conjunto de concejales. Pero la decisión debió de crear cierta controversia entre los vecinos del municipio; tanta, que obligaría a rectificar a la corporación municipal y desistir posteriormente su alcalde de dar nombre a una de las principales arterias del pueblo.
 










Plano de Guadarrama hacia 1870. La calle Real se cambió por Alfonso Senra a principios del siglo XX- Mapa elaborado de un original topográfico del Instituto Geográfico Nacional 
 










Antes de abordar temas más gruesos, cabe destacar algunas notas puramente locales del hacer de Diosdado al frente de la alcaldía. Puesto que ocupó finalmente el 2 de abril, un mes después de sustituir al anterior regidor. En el escaso tiempo que estuvo al frente de la corporación municipal, Diosdado trató diversos asuntos con la lógica idea de querer mejorar algunos aspectos del pueblo. Una de las principales tareas del ayuntamiento constaba en dar licencia a las múltiples peticiones sobre parcelas y fincas, así como la venta de terrenos públicos que orientaban el crecimiento del municipio por barrios. Principalmente en el Barrio de la Cuesta, alrededor de la actual calle de San Francisco de Asís; el Barrio de las Angustias, donde también se propuso cambiar el nombre por Bellas Vistas, o en lugares tan reconocibles como la Colonia de Tablada.

Dentro del desarrollo urbano, destaca el deseo de mejorar el entorno con la instalación de fuentes, abrevaderos y lavaderos públicos. Del mismo modo se propone arreglar el camino y la fuente de la Porqueriza, por tratarse de aguas medicinales. Incluso se dedica tiempo a uno de los edificios más significativos de Guadarrama. El actual centro cultural La Torre. El propio Diosdado solicita al obispado la tarea de derribar las ruinas de la antigua iglesia, con la idea de conservar únicamente la Torre para embellecer el cerro posteriormente. Otra obra pública se acerca a la clara referencia republicana de querer mejorar la educación de sus ciudadanos, al mandar a estudio el poder construir escuelas en el Barrio de la Tablada. Tal cúmulo de proyectos municipales se elaboraron con la idea clara de urbanizar el pueblo y solicitar la subvenciones correspondientes al Estado.



En un antiguo pajar todavía resiste una placa donde se adivina el título: Barrio de las Angustias

Otras decisiones tenían más que ver con el día a día de los vecinos y la búsqueda de mejorar las necesidades del momento. Como por ejemplo el nombramiento de un porquero municipal: Una función importante, porque parece que los cerdos campaban a sus anchas por la vía pública.

También se estableció la creación de una plaza de barrendero, con su correspondiente carro. Dentro de la curiosa lista de nombramientos destaca la de don José Castelo, nombrado de manera interina fontanero municipal. Se da la concordancia de la existencia de un José Castelo Fernández, vecino de Guadarrama, casado y con dos hijos, que también acabó siendo fusilado en los muros del cementerio.

En el ámbito rural destaca la adquisición de dos novillos para usarlos como sementales en la Dehesa de Abajo, la estimación de la entrada de ganados en la mencionada dehesa comunal y los precios correspondientes a abonar y que dependía de la categoría de los animales. Hablando de dineros, aparte de cerciorarse del que había en caja, hubo tiempo para acordar medidas tan populares, gracias al concejal Marcos Barrero, como la proposición de subir el sueldo de los trabajadores del ayuntamiento de 5 a 6,8 pesetas. El concejal Romeral no se queda atrás, y en un visionario alarde liberal, propio del siglo XXI, propone que el comercio local pueda abrir los domingos.

Pero una de las medidas más singulares tiene que ver con una lapida. En el salón de actos del Ayuntamiento estaba colocada una placa en honor a don Alfonso Senra. Este señor fue subsecretario de Fomento en la década de 1920. Original de Galicia, su vinculo con Guadarrama se extendió posteriormente a la vía principal del pueblo, pues todavía hoy día su nombre ostenta la carretera que divide al municipio en dos. La nacional VI que conduce de Madrid a La Coruña y cruza todo Guadarrama en su trayecto de asaltar las cumbres a través del puerto del Alto del León. Diosdado acordó quitar dicha placa contando con la aprobación del resto de concejales. El propio Alfonso Senra llega a protestar a través de una instancia la decisión adoptada. La replica del Ayuntamiento consistió no solo en retirar la placa, sino que invitaba al Sr. Senra a que "abone al Ayuntamiento lo que costó dicha lapida".


Pocas imágenes quedan del antiguo ayuntamiento de Guadarrama, destruido a lo largo de la Guerra Civil.
En plena faena se aprecia parte de la balconada - Ayto Guadarrama
 
La situación política en España era muy tensa antes y después de las últimas elecciones generales. Desafortunadamente había una enorme división que acabó con la consabida Guerra Civil. El choque de ideas también se darían en una localidad como Guadarrama y que terminaría por fragmentar parte de la convivencia del pueblo. Sin necesidad de publicar detalles concretos, hay pequeños datos que permiten divagar como andaban los ánimos de los vecinos. 
 
A los pocos días de formarse el nuevo equipo del ayuntamiento, hubo de realizarse una junta de gobierno extraordinario donde se decidió abrir expediente de destitución a los vigilantes nocturnos por unos sucesos desarrollados la noche del día 8 de marzo, al "considerar los hechos como faltas graves". De hecho algo debía pasar al amparo de la oscuridad, pues el 2 de abril de 1939 se da lectura de una instancia donde se observa la preocupación de "varios padres de familia, sobre la intranquilidad reinante en el vecindario produciéndose durante las noches". Sólo la imaginación puede rellenar huecos sobre unos sucesos que estarían también relacionados con el alto índice de paro que registraban los obreros de Guadarrama. Concretamente, la situación llega a catalogarse de alarmante ante la escasez de trabajo y la incapacidad de las familias de atender sus necesidades más básicas. Es el propio Diosdado quien comenzó a realizar diversas gestiones en la capital para lograr algún tipo de subvención que pudiera capear la urgencia del momento. A lo largo del mes de junio logró el apoyo a dos propuestas de carácter forestal que requiriese la contratación de trabajadores. Las labores consistían en repoblar el pinar y el desbroce del mismo. A pesar del tanto logrado por Diosdado, los días transcurren a la par de los altercados nocturnos, porque obviamente los tramites burocráticos van despacio y en una nueva sesión extraordinaria la alcaldía apela, nuevamente al Distrito Forestal, mayor agilidad en el papeleo para aprobar "el expediente de construcción del camino, que partiendo del pueblo conduzca a San Macario".

San Macario era un antiguo poblado ubicado en el actual embalse de la Jarosa, apenas a 3 kms de Guadarrama dando pie al pinar; y por aquella época se desarrollaban pequeñas fábricas de tejeras, cerámicas y la consecuente explotación de los pinares. Para junio ya habían sido sustituidos los vigilantes expedientados por don Vicente López, quien ejercía el cargo de manera interina. El nombre del
citado sereno, coincide con otro vecino ejecutado en los muros de la Almudena; porque hay registrado un Vicente López González, natural de Guadarrama y de oficio panadero. Fusilado el 1 de mayo de 1940. Si por casualidad fuese la misma persona, conviene recordar que Vicente tuvo que pedir una pistola para poder ejercer de vigilante, al estar el arma anterior inservible. Es más, se aprueba con urgencia la adquisición del arma. Hecho que demuestra la importancia de la disuasión que pudiera aportar tal instrumento.

En resumen, se observa una pequeña acumulación por parte del ayuntamiento en buscar soluciones y de mantener el orden. Por un lado se buscaba atajar la inestabilidad obrera a través de diversas obras públicas mientras intentaba poner freno al desorden nocturno que andaría relacionado con la fragmentación social de la época
 
Un mes después se llevaba a cabo el golpe de estado.

Nota del Gobierno radiada el 19 de julio de 1936 a las ocho y media de la mañana.
Diario ABC (Madrid) 19/07/1936, página 31.
...Una parte del Ejército que representa a España en Marruecos se ha levantado en armas contra la República, sublevándose contra su propia Patria,... 

El movimiento nacional copiaba los pronunciamientos sucedidos en el siglo anterior, una serie de sublevaciones militares que terminarían convergiendo en Madrid. El general Mola, situado en Navarra, recomendaba imprimir el uso de la violencia para remarcar la resolución del mismo y que acallase cualquier esfuerzo de resistencia. Sin embargo, la propia República respondió con el mismo tono, elevando la tensión del conflicto que derivaría en la posterior Guerra Civil. En Guadarrama se produjo una tensa calma mientras se mantenía fiel a la República. Parece ser que desde Madrid había instrucciones donde se apelaba a la tranquilidad y al sosiego. La corporación municipal de Guadarrama debía mantener el orden y detener a aquellos vecinos que intentasen alterar el orden público o por apoyar consignas del levantamiento militar. Pero los insurrectos lograron imponerse en diferentes capitales castellanas, estando Segovia, Ávila y Valladolid las más cercanas a la capital. Mientras que en Madrid, los sublevados se quedaron acuartelados en el Cuartel General de Montaña, siendo rápidamente rodeados por milicianos y fuerzas públicas que terminaron tomando el edificio por la fuerza, con el agravante de una sangrienta matanza. 

Tropas sublevadas llegan al pueblo de San Rafael (Segovia), vertiente norte del puerto de Guadarrama - Biblioteca Nacional de España

Con el triunfo nacional en Castilla, el pueblo de Guadarrama quedaba a medio camino de la capital. Y con la mirada puesta hacia el importante paso de montaña que separa ambas Castillas. La importancia de controlar el puerto se convertía en vital si se quería llegar a Madrid. De hecho, hay constatada la presencia de diversos grupos de civiles que llegaron a realizar controles de los accesos y la cumbre del puerto.

Desde Valladolid partió una columna militar al mando del coronel Serrador, al que se le fueron uniendo diferentes fuerzas en su camino al puerto. Pero la cercanía de la capital propició que para el 22 de julio, el Alto de El León estuviese ocupado por fuerzas leales a la República, comandadas por el coronel Castillo y con la tajante orden de contener el avance nacional. El mismo día 22 se produjo la primera confrontación bélica entre ambas facciones por el dominio de la cumbre, la batalla se desarrolló a lo largo del día hasta que la victoria final se decantó del lado nacional alrededor de las seis de la tarde. El empuje, orden y profesionalidad de los militares se impuso al ímpetu de las milicias que retrocedieron, dejando libre la planicie del puerto. A pesar de este pequeño triunfo, la fuerzas nacionales eran escasas para continuar avanzando por lo que optaron por fortificar la cumbre y desplegar las piezas de artillería.

 
El Alto del León. Curiosamente el monumento se salvó de la destrucción - Biblioteca Nacional de España

Guadarrama quedaba a los pies del puerto, y como núcleo urbano más cercano, se constituía como base de operaciones de las fuerzas republicanas. Las localidades de El Espinar y San Rafael quedaron del lado nacional en la vertiente norte de la sierra. Con seguridad, buena parte de la población empezaría a abandonar el pueblo, y con mayor esmero cuando la artillería nacional empezaba a responder a los cañonazos republicanos, que intentaban desalojar a las fuerzas de Serrador. Como alcalde de Guadarrama, Diosdado se mantuvo en el pueblo, cumpliendo con sus funciones y asistiendo, dentro de sus posibilidades, la llegada de las milicias y fuerzas republicanas en las continuas ofensivas con la idea de reconquistar el estratégico puerto perdido. También se adhirió a la defensa de la República al ingresar en el 5º Regimiento de milicias especiales.

Sin embargo, el bando nacional resistió la acometida del día 23. Esa misma noche, se planea en Guadarrama un movimiento envolvente con la intención de sorprender a las parapetadas fuerzas nacionales atacando por el flanco izquierdo, en una operación que consistía alcanzar las cumbres de Cuelgamuros. Para tal misión, Diosdado propuso a un vecino como guía de las tropas que debían internarse en el pinar durante la noche. El capitán Benito Sánchez estaba al mando de la misión donde sorprendieron a los sublevados situados en Cabeza Lijar. Pero tras causar numerosas bajas enemigas retrocedieron al perder el factor sorpresa sin poder llegar al Alto.


Efectos de las bombas sobre Guadarrama - Bibl. Nacional de España

Al amanecer del día 24, se estableció nuevamente un cruel combate que se extendió a lo largo del día con el mismo resultado; la cumbre seguía siendo nacional a pesar de las bajas y de los numerosos esfuerzos republicanos por recuperar el terreno perdido.

Para el 25 de julio se repite la misma letanía. Los cañones abren fuego sobre las posiciones de el Alto del León, respondiendo la artillería nacional sobre el pueblo de Guadarrama. En este intercambio de proyectiles; Diosdado estuvo a punto de perecer a causa de las bombas, según relata Francisco Aguera Cenarro en un articulo publicado en la revista Crónica. El alcalde acompañaba a otro periodista que resultó muerto a causa de la metralla de un obús que cayó en la misma plaza del ayuntamiento. Pero la suerte de Diosdado se acabaría el 28 de julio de 1939, pues fue herido en un accidente de automóvil mientras completaba una misión de combate en los alrededores de Tablada.

Como curiosidad cabría destacar la elección temporal de un guardia civil como sustituto de Diosdado mientras éste andaba ausente, elegido por los pocos vecinos que quedarían en el pueblo.

El periodista, guardias civiles y un miliciano observan un vehículo acribillado frente al antiguo ayuntamiento - Revista Crónica, foto de Cervera

La guerra continuó en el frente guadarrameño a lo largo del verano. Las fuerzas republicanas redoblaron sus esfuerzos por apartar de la cumbre a las fuerzas nacionales. No lo lograron, gracias a una tenaz resistencia que con el tiempo llevó a cambiar el nombre del paso de montaña por el de Alto de los Leones de Castilla, en homenaje a la numantina resistencia ofrecida por el coronel Serrador y sus hombres. Tras el verano, el frente se fue estabilizando y otras operaciones militares derivarían el interés hacia otras regiones españolas. El cordal serrano mantuvo las líneas de ambos ejércitos, cuyas fuerzas procedieron a una labor de fortificación donde todavía perdura una buena colecta de obras bélicas a la espera de que las administraciones se hagan cargo de su conservación como parte fundamental de la historia reciente del país.

Después de ser herido, Diosdado sería trasladado a algún hospital para seguir el curso de la guerra desde la distancia. Del mismo modo ejercería la alcaldía, nombrado como Presidente del Consejo Administrativo de la Villa de un pueblo tomado por las armas. La última gran batalla acaecida en Guadarrama fue a través de un nuevo intento de recuperar el puerto, en una importante ofensiva republicana ligada a la batalla de la Granja de 1937. Una vez recuperado, Diosdado debió de establecerse en Madrid, donde su última dirección figura en la calle Modesto Lafuente.


Servicio sanitario en el frente de Guadarrama - Biblioteca Nacional de España

Parte oficial de guerra correspondiente al día 1º de abril de 1939.
En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado.
Burgos, 1º de abril de 1939. Año de la Victoria

Después de la victoria nacional, el ejército logró asumir el control para poder instaurar el orden de la sociedad española. Y en especial, clasificar a los derrotados. Cuesta verlo desde la distancia, pero tras declararse el final de la contienda, la jurisdicción militar realizó las competencias que deberían haber asumido los tribunales ordinarios. Se ponía en marcha la maquinaría de represión política. En realidad se dio paso a un ansiado ajuste de cuentas contra los enemigos políticos y de las fuerzas contrarias. También cabe destacar el claro mensaje intimidatorio al resto de la población civil. El temor como arma de dominación. Para tal fin, se creó la llamada Causa General. Un juzgado especial dedicado a investigar y condenar los años de dominio de la República, con los crímenes y delitos cometidos a lo largo de la contienda. Como el asalto al Cuartel General de Montaña, los famosos fusilamientos realizados en el pueblo de Paracuellos o delitos menores cometidos a lo largo de esos años. Tantos sucesos acaecidos a lo largo de la guerra dio pie al revanchismo y a las denuncias interesadas.

Diversas autoridades, políticos y de las administraciones republicanas fueron detenidas en Alicante cuando intentaban huir del país tras la derrota de la República. Destacan por ejemplo la detención de Eusebio Aresté Fernández, alcalde de Paracuellos o de Vicente González García-Carrizo, alcalde de la vecina localidad de San Lorenzo de El Escorial. Sin embargo, desconozco dónde fue arrestado Diosdado. El incipiente régimen franquista invitaba a los funcionarios a regresar a sus puestos de trabajo, y tal vez Diosdado fuera detenido al intentar recuperar su puesto en Correos. Pero la purga comenzaba con la recabación de datos a través del Ministerio de la Gobernación con el expediente de depuración político y social. Muchos funcionarios cayeron en la trampa.  

Tapia del cementerio de la Almudena - Julio de 2019

Hacia junio de 1939, Diosdado andaba preso en la prisión provisional de Torrijos, y a través de una carta personal, dirigida al jefe del Servicio Nacional de Correos y Telégrafos, solicitaba que éste cumpliese lo acordado para que pudiera volver a ocupar su puesto de trabajo previo al 18 de julio de 1936. Sin embargo el tiempo se acababa, porque la farsa de los juicios queda demostrada cuando Diosdado fue trasladado a la prisión de Porlier el 23 de julio para ser fusilado al día siguiente. Mientras que la supuesta investigación sobre su persona seguía su curso y se extendió hasta finales de noviembre del 39. Está claro que alguien tomó la firme decisión de llevarlo al paredón sin necesidad de esperar los resultados de las declaraciones de los testigos o de la orden de algún juez militar. Como bien demuestra también una extraña tradición dispuesta a imponerse en la ancha España, porque el juez instructor siguió con las pesquisas de acumular información sobre el detenido a través de diferentes personalidades del pueblo de Guadarrama. El cura, el comandante del puesto de la Guardia Civil y don Luis Bravo, el nuevo alcalde tras la victoria nacional. El trío de autoridades, especialmente el alcalde en una misiva escrita a mano, describieron negativamente la figura del acusado antes y durante de la contienda. Tachando su persona como un "elemento peligrosísimo e indeseable de la nueva España".

Diosdado Martínez Escudero nació en Nava de Roa (Burgos) a finales del siglo XIX. De origen humilde, sus padres eran campesinos, pronto comenzó a marcar su propio camino con una clara convicción política ligada al mundo obrero y agrario. Fue militante del partido socialista alrededor de seis años hasta que en 1921 se afilió al partido comunista. Logró plaza como Funcionario Técnico del Cuerpo de Correos  y en uno de sus destinos, Bilbao, fue procesado, herido y detenido con motivo de una huelga minera realizada en agosto de 1923. De la capital vizcaína pasó a Asturias en 1924. Posteriormente llegó a Guadarrama, donde se estableció junto a su mujer e hija y desarrolló su labor profesional en la estafeta de correos del pueblo. Por estas fechas debió de implicarse en la vida cotidiana de la localidad y seguramente colaboró en crear una biblioteca con la intención de propagar la cultura entre los vecinos. Consta alguna carta dirigida por su propia mano a Jesús Domínguez Bordona, director de la biblioteca del Palacio Real de Madrid para que colaborase con esta función. En 1934 se posicionó en defensa de la revolución y de las huelgas generales promovidas en diferentes lugares de España, donde destacó la insurrección obrera realizada en Asturias. Por este motivo su vivienda fue asaltada, creando un pequeño cisma local que le obligó a trasladarse a Murias de Paredes (León). Sin embargo volvió en 1936, colocado como alcalde del municipio tras las elecciones generales de febrero. Tal premio estaría ligado al compromiso de Diosdado con sus ideas. Porque también ostentaba el cargo de Secretario General del Radio de Guadarrama, Vocal del Comité Comarcal de Villalba, afiliado a la central sindical de UGT, Secretario del Colectivo agrario Nueva Era y dirigente de la Casa del Pueblo de Guadarrama (sita en la calle La Panera) donde estableció la biblioteca en 1932.

Pero el inicio de la guerra saca a relucir los males del hombre. Diosdado era la máxima autoridad del pueblo, y con la pronta llegada del frente de guerra sobre el municipio, la violencia se desató sobre los vecinos que estarían señalados como derechistas. Porque durante los primeros días de la sublevación en Guadarrama hubo requisa de propiedades, de muebles, de enseres y de ganado. Y lo que es peor, el fusilamiento de los vecinos que tuvieran la desgracia de tener ideas diferentes o causas pendientes con sus ejecutores. El número de asesinados donde se acusa a Diosdado de andar involucrado, baila entre 6 y 17 personas.

Al terminar la guerra, los tribunales militares fueron realizando juicios sumarísimos sobre los presos capturados. Para después dar paso a una serie de fusilamientos que arrancaba con fuerza tras los primeros meses de la victoria nacional, destacando en primera instancia los cargos políticos de diferente índole. Obviamente, la adhesión a la causa republicana ya sentenciaba como pena de muerte. Y por ahí debía circular Diosdado Martínez Escudero. Señalado, apresado, sometido al supuesto juicio y sentenciado el mismo año de la derrota de la República. Porque tal día como hoy, hace 80 años, era fusilado el último alcalde republicano de Guadarrama.

El 24 de julio de 1939 también fueron fusiladas las siguientes personas:


Aroca Segura, Félix
Arranz Valle, Crescencio
Auñón Gallego, Manuel
Carranza Cue, Ignacio
Collado Peña, Hilario
Encabo Abad, Ricardo
Espejo Ordóñez, Rafael
Forjas Palacios, Alberto
Fortanez Cuervo, Salvador
García García, Eutimio
Girauta Linares, Vicente
González Rodríguez, Heriberto
Jiménez Bermúdez, Ezequiel
Jiménez Olivares, Lucas
Jiménez Sebastián, Ángeles
Mairal Martínez, Rafael
Martín Enamorado, José
Martín Fernández, Pedro
Martín García, Francisco
Martínez Escudero, Diosdado
Mas Mejía, Ángel
Miguel Alonso, Francisco Adolfo
Monje Botella, Emilio
Moral Sánchez, Matías del
Muñoz Trujillo, Daniel
Pegadizábal Bravo, Antonio
Pegadizábal Bravo, José Antonio
Pellón Pérez, Félix
Perla Uceda, Antonio
Perpiñán García, Josefa
Povill Berge, José
Rivera Mauricio, Baltasar
Rodríguez Cristóbal, Esteban
Roldán Moraga, Enrique
Sánchez Curat, Domingo
Sánchez Pineda, Juan
Santiago Hernández, Gregorio
Sanz Labanda, Pedro
Teruel Martínez, Graciano
Torres Guerrero, Miguel
Ugena Gómez, Emilio
Vidal Martín, Clotilde
Villar Galán, Cristóbal
Villarrubia Orozco, Atilano
Villarrubia Orozco, Manuel
Yebra García, Julio 

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Noticia de El País, marzo de 2019 -  Los fusilados perdidos de la Almudena


Bibliografía

Archivo municipal de Guadarrama
Centro documental de la memoria histórica, Salamanca:
- PS Antecedentes, Exp 41.132
- Incorporados 589, Exp 000022
- Termc, 20259
Los fusilamientos de la Almudena, Manuel García Múñoz, ed. La esfera de los libros, 2012
La gesta del Alto de los Leones, Valentín Fernández Cuevas, 1952
Guerra en las cumbres, Jesús Vázquez Ortega
Revista gráfica Crónica, edición 9-8-1939

Guadarrama: un pueblo en la línea del frente durante toda la Guerra Civil, Luis de la Cruz. Web serhistorico.net
www.pares.mcu.es

www.ign.es

6 de julio de 2019

Hermanos de sangre

Hace 75 años y un mes del famoso desembarco de Normandía. El señalado día D. En realidad llego tarde, porque tenía previsto haber concluido el visionado de la serie para el mes anterior y explayarme tranquilamente en el blog a modo de homenaje con esta serie. Pero los tiempos se cuadran después, pasando un simple mes de la oficialidad  del  6 de junio y con todas las oficiales ceremonias que se celebraron para conmemorar tan señalada fecha. 

Hermanos de sangre  es una estupenda serie bélica y pocas cosas pueden añadirse en su origen que no se sepa ya. La redundancia proviene del director, Steven Spielberg y el actor Tom Hanks tras colaborar juntos en el filme, Salvar al soldado Ryan. Tan contentos quedaron de sus trabajos, que levantaron una nueva producción fílmica tomando como base el libro de Stephen E. Ambrose dedicado a una compañía real de paracaidistas: Band of Brothers, E Company, 506th Regiment, 101st Airborne: From Normandy to Hitler's Eagle's Nest  (New York: Simon & Schuster). Esta compañía no solo tuvo un papel primordial en la batalla de Normandia, sino que su labor continuo por el frente europeo hasta la finalización de la guerra a través de diversas batallas en  Europa.



No hay guerra sin patatal -  Home Box Office
La serie fue estrenada en el lejano septiembre de 2001. Siendo un notable éxito de audiencia desde el primer capítulo y que seguía la estela de la película citada. De hecho, podría ponerse algún pero en los primeros capítulos, allá donde los soldados reciben  el duro entrenamiento  del ejército con el clásico  instructor cabrón,  para después  pasar a  la llegada de los enfrentamientos armados. És  leve pero anda ligado a  pequeñas cosas ya vistas y a un pequeño desorden de batallas sin más. 

Pero Hermanos de sangre  contiene algo más, gracias a la extensión que otorgan los capítulos que  permiten la posibilidad de incluir más personajes y de extender el desarrollo de los mismos. Para empezar, la enorme labor de producción la convirtieron, en su día, en la más cara de la televisión. Gracias a un despliegue masivo de rodaje en escenarios naturales, reconstrucciones de pueblos y ciudades arrasadas por las armas. La II Guerra Mundial en todo su esplendor. Aunque también conviene tomar ciertas precauciones debido al amplio reparto coral. Son tantos los personajes que al principio cuesta ubicarlos. Sobretodo cuando después toca vestir la panoplia militar y se dificulta reconocer algunos rostros bajo los cascos. Con el tiempo ya todo marcha sobre ruedas.


La serie mantiene cierta cronología, salvo licencias episódicas por medio del flashback  mientras reparte el protagonismo a diferentes personajes como narradores concretos en capítulos sueltos. Y de todos ellos sobresale Richard D. Winters (Damian Lewis), quien acapara cierto protagonismo principal por su capacidad de liderazgo.

Visto desde fuera, puede darse el prejuicio de asistir a una americanada propia  a exaltar los valores yankees y su  intervención  en la gran gran guerra. Pero por suerte hace tiempo que el buen hacer se ha instalado en los creativos que optan por contar historias más reales frente a meros elementos propagandísticos. Porque dentro del espectáculo de los cañonazos, de las batallas y de las lógicas heroicidades, hay espacio para los miedos lógicos del ser humano, como ser simplemente heridos o  buscar protección al mínimo estruendo de las bombas, ese sentir que impulsa al soldado a esconderse en un agujero.  


Aparte de bombas, también hay tiempo para tirar trastos -  Home Box Office
Del mismo modo cabe resaltar el hartazgo moral hacia una guerra que hace mella en los soldados más veteranos, aquellos que celebran, como una lotería ganada, cuando son excluidos  a participar en determinadas  misiones peligrosas. Se reconoce el cansancio, el miedo y la preocupación a morir. Sobretodo cuando llevan viendo como van cayendo amigos y una simple bala perdida puede llevarse al compañero que estaba al lado. Ese trágico juego azaroso de la muerte. Qué grande es el capitulo centrado en el sitio a Bastogne.

La incorporación documental de los supervivientes a modo de introducción, sirve para ejemplificar aún más los lazos de unión que prevalecen en un grupo heterogéneo de personas. Porque la crueldad de la guerra termina por unir a esos hombres en un contexto único, envidiable desde la distancia. Por ahí andan los novatos, los soldados de reemplazo que andan deseosos de entrar en combate para poder presumir de haber contribuido al fin de la Alemania nazi. Los auténticos  hermanos de sangre han sobrevivido a la mayor de las desgracias, incluso sienten respeto y emoción cuando sus enemigos alemanes entonan su rendición con la suerte de poder seguir con vida.
 
Os merecéis una larga y feliz vida en paz
Un general alemán

Hermanos de sangre
HBO, 2001 

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