13 de diciembre de 2018

Los amores de Nikolai

La familia suele ser un tema recurrente. Hay tantas y tan diversas como las locuras que realizan los hombres. Y con Los amores de Nikolai debutaba en la literatura Marina Lewycka, obra que ha obtenido cierto éxito editorial y cuya temática tiene cierto toque autobiográfico. En parte por describir el tránsito de una familia ucraniana instalada en Inglaterra, tras huir del comunismo ruso y de la tragedia que supuso la II Guerra Mundial. Nadezhda es la narradora de la historia, enfrentada a su hermana mayor, Vera. Y como bien corresponde a las etiquetadas personalidades, ambas andan distanciadas por muy diversas formas. La primera es una progre profesora universitaria felizmente casada, por contra, su hermana es una elitista conservadora divorciada. Las hermanas suponen dos mundos diferentes que simplemente comparten apellidos y progenitores, cuyo último encontronazo tuvo que ver con la terrenal disputa de la herencia materna.

Pero a las hermanas todavía las sobrevive el padre. Un octogenario peculiar, brillante ingeniero formado en la lejana Ucrania y que se plantea contraer matrimonio con una joven compatriota, que destaca por tener unas peras de impresión. Tal alegría para la vista engatusa al viejo Nikolai, deseoso de ayudar a la joven en obtener la residencia británica a través del atajo amoroso. La afortunada, Valentina, trae consigo un bulto de doce años, niño que aspira a estudiar en Cambrigde. Tantas buenas intenciones posiciona a las enemistadas hermanas en otorgarse una leve tregua para hacer frente común e intentar evitar que su anciano padre se despose con su joven amante. Para sobrellevar tan personales cuestiones nada mejor que hacer uso del humor, empezando por el viejo Nikolai, ya de por si una rareza, gracias a una curiosa personalidad que contrasta su falta de sociabilidad con el genio que esconde varias patentes en el bolsillo. 

Aparte anda Valentina, una mujer equiparada con la Venus de Botticelli por sus turgencias naturales, y arrolladora como solo puede llegar a ser una hortera verdulera que no duda en pasar al ataque en cuanto percibe el acoso de las hermanas. El prometedor cóctel da lugar a una serie de episodios surrealistas, subrayados por el humor y la ternura que acarrean entender las chocheras del viejo. Entre medias se nos cuelan pequeños retazos de la historia del tractor, pues el bueno de Nikolai anda enfrascado en hilvanar la evolución de esta máquina imprescindible para la mejora de la agricultura del ser humano, y de paso, arar en la memoria del pasado. Una tradicional vista atrás que termina por desenmascarar algunos episodios relevantes de la familia. El lugar idóneo para recopilar datos que rellenan las páginas necesarias para la publicación de un libro. 

Queda así la estructura del relato. Por un lado las desventuras de Nikolai, su relación con Valentina y el trapicheo telefónico de las hermanas para lidiar con las continuas peripecias que ponen a prueba paciencia y nervios. Por otro, destacan las vueltas al pasado, a los orígenes de una familia ucraniana que rebusca en sus raíces los extraños movimientos del tiempo, conjurado con los acontecimientos que terminan por desentrañar las calamidades de una familia en su lucha por lograr obtener el beneplácito de una vida acomodada. Entre lineas surgen los motivos que separan las mentalidades de las hermanas, enfrascadas en múltiples llamadas telefónicas donde ahondar en los delirios paternos y en poner en conocimiento las viejas cuentas del pasado. Tales recuerdos sirven de enorme contraste con la actualidad. A falta de guerras mundiales, los movimientos migratorios continúan su búsqueda de un futuro mejor. Como Valentina, una inmigrante que simplemente aspiraba a alcanzar su particular Dorado. Otra cosa bien distinta es su manera de afrontarlo. Pero por ahí anda la gracia de la novela, porque las ocurrencias siempre son mejores cuanto más dispares sean. 


Mi yo adulto se muestra indulgente. Qué encantador, este florecimiento tardío del amor. Mi yo hija se siente ultrajado. ¡Traidor! ¡Viejo verde!
                                                                                                     Nadia

Los amores de Nikolai
Marina Lewycka. 
Ed Lumen, 2006

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