6 de diciembre de 2015

La vega del Samburiel

Las tierras que riegan este río, en el termino compartido entre Cerceda y El Boalo, tienen la fortuna de contener dos pequeños yacimientos de los que suelen denominarse como arqueológicos. Ambos lugares ponen de manifiesto la habitabilidad humana por estos lares a lo largo de la historia. El más antiguo hace referencia a la época prehistórica, gracias a la presencia de un tipo de enterramiento que debía alojar a un reducido grupo de personas. El segundo enclave, también tiene que ver con un camposanto, saltando en el tiempo hacia el período visigodo de la alta edad media.
Bosco cruza el Samburiel
Del río que alimenta con sus aguas estos pastos y a todos sus descendientes desde tiempos pretéritos, tiene también su gracia, al cambiar el nombre de Navacerrada por el de Samburiel dependiendo del lugar geográfico en que se encuentre su caudal. Originalmente nace en las laderas de La Maliciosa en forma de arroyo, después cobra fuerza el río Navacerrada hasta su llegada a Cerceda, donde recibe la afluencia del arroyo Fuentidueña, que circula en paralelo al Cerro Chaparral de la Mina. En esa confluencias de aguas surge el Samburiel en algunos mapas, mientras que en otros hay que esperar a cruzar el puente de Madrid, donde la vega se expande por fin bajo la atenta vigilancia del Monte de Mirasierra. En el supuesto vado que conforman el río Navacerrada y el arroyo Fuentidueña arranca esta mini excursión. Planeada a deshora con el consiguiente fracaso de enlazar los yacimientos descritos al principio de esta entrada. 

De inicio una estrecha vereda nos lleva hasta el citado puente, donde Bosco sorprende a un zorro que cruzaba tranquilamente el escaso caudal, mayor susto debió darse el pobre animal pues reacciono con un buen respingo para salir por patas. No debía esperar encontrarse con

nadie a las 8 de esta fresca mañana de noviembre. En esta zona se ha creado una pequeña área recreativa con bancos de piedra que a estas horas se encuentran helados por la buena pelona caída durante la noche, cinco grados negativos indicaba el coche antes de abrir la puerta. Que nadie se preocupe, voy bien abrigado.


A mano derecha emerge un estirado muro que nos separa del monte adyacente de titularidad privada. Un poco más adelante, al otro lado del muro, se observa un antiguo pozo de cal donde se depositaba la roca caliza extraída de una gruta situada sobre la ladera norte del cerro y visible también desde la distancia que impone el murete. El curso del Samburiel deambula zigzagueante entre fincas privadas mientras camino en círculos a la búsqueda del famoso Túmulo, tras dar alguna que otro vuelta resulta que se encuentra alojado en una finca privada. De hecho, es fácilmente visible en el otro lado, desde el arcén de la carretera que comunica Cerceda con Manzanares. Ande te den.... 

Después de sortear el cauce, en más de una ocasión y dejar atrás una especie de campo de tiro abandonada, me inclino por alcanzar el supuesto cementerio visigodo. A ver si con este hay más suerte. Nuevamente el experimento sale rana. Porque del yacimiento poca cosa
El pozo de cal
puede citarse como digna de ver. En 1960 un par de personas iniciaron la loable tarea de repoblar un cerro llamado Rebollar, a través de sus trabajos se toparon con numerosas tumbas antropomórficas y simples enterramientos con lajas de piedra como cerramiento. El hallazgo atrajo consigo a toda clase de especialistas y a listos del oportunismo, saqueando los restos de una necrópolis que contaba con un centenar de sepulturas. Hoy día, en la urbanización creada en el mismo lugar, queda una especie de miniparque con mesas y bancos de piedra que acompañan al supuesto sarcófago rocoso como muestra de su antiguo asentamiento. Un triste recuerdo de un hallazgo más interesante por los tesoros perdidos.


Es lo que pasa cuando la premura se impone al lógico plan de preparar bien el terreno antes de ponerse a caminar. Obviamente la particular historia del Túmulo y del yacimiento visigodo es más interesante que las alhajas que acompañan esta entrada. Por su parte el Samburiel continua su trazado entre chopos de ribera ajeno a tanta historia, pues su fin llega antes de lo esperado junto al embalse de Santillana, al lado de otro cementerio más moderno. El de Manzanares el Real. 

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Álbum
Pano

Bibliografía consultada
http://boalo.blogspot.com.es/
Apuntes de la sierra. nº 216 - Febrero 2013

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