12 de marzo de 2015

The Strain T1

Hacia mucho tiempo que no seguía una serie por televisión, tanto que ni recuerdo cual fue la ultima. Tampoco pensaba engancharme a la serie The Strain, pero empecé a ver el primer capítulo simplemente por curiosidad, y por comparar como arrancaba Del Toro el fabuloso inicio de la novela que proyectó junto a Chuck Hogan allá por el 2009. De esta manera, llegué a la manida excusa de una cosa llevo a la otra para finalmente sumarme al carro y completar el visionado de los 13 capítulos que completan esta primera temporada. Cuya base adapta Nocturna, el primero de los tres libros que componen la obra de la Trilogía de la oscuridad. 

Niña, di aaaaa - FX
Para quien no sepa de que va la movida, solo queda resumir el inteligente concepto adulto
sobre el vampirismo que propone Guillermo Del Toro. Porque hace tiempo que este fantástico mito ha sido reinterpretado en múltiples formas. Tantas que incluso algunas dan vergüenza. Por suerte, Del Toro esta inclinado hacia propuestas más interesantes, y expone en esta obra una visión aterradora sobre la figura del vampiro. Para empezar, presenta al famoso chupasangres como el portador de una peligrosa infección que trasforma a quienes tienen la desgracia de cruzarse en su camino. The Strain se aleja algo de los míticos colmillos para mostrarnos a un monstruo que utiliza una desagradable extremidad interna para succionar e infectar a las personas a través de la sangre. Algo similar a lo que ya hizo en la película Blade II. Aunque en esta ocasión cobra protagonismo una especie de virus, donde la bacteria asesina obtiene la forma de un desagradable gusano blanco.

La serie tiene un arranque bastante atractivo con la llegada de una avión a Nueva York, donde tras aterrizar, los tripulantes no responden a las llamadas de la torre de control. Tras activar los protocolos de seguridad, un equipo de enfermedades bacteriológicas aborda el avión y comprueba que las 200 personas que viajaban a bordo se encuentran muertas, salvo cuatro supervivientes. La extraña sensación de impotencia, al no hallar las respuestas deseadas, se suma a una serie de sucesos que siguen un elaborado plan concreto. Trasladar al vampiro hacia el corazón de Manhattan, con un notable guiño al vampiro original, quien necesita de ayuda externa para sobrepasar el liquido elemento. Llega el momento del desarrollo, de la presentación de personajes, tramas paralelas y la habilidad de engatusar al espectador. El protagonismo principal recae en el jefe de enfermedades epidemiológicas, Ephraim Goodweather, quien acaparará en exceso ser la punta de lanza del amplio reparto. Sus problemas familiares junto al inevitable avance de los vampiros coparan la mayoría de los elementos dramáticos de toda la primera temporada. Vasily Fet, Nora Martínez o Gus formaran sus propias subtramas, aunque más simples y fáciles de resolver. Destacar por otro lado a Setrakian, el viejo judío quien lleva combatiendo al vampiro principal, denominado como el Amo, muchos años atrás. Y cuyos conocimientos sirven para equipararlo como a un Van Helsing moderno. 


FX
De primeras, la serie cobra fuerza gracias al inquietante inicio y al sobresalto inicial de los primeros seres transformados. La influencia zombie, se cobra su cuota al mostrarnos a unos vampiros donde la putrefacción de sus carnes originales, parecen no casar bien con la transformación de la especie. El avance de la serie decae algo en los capítulos posteriores. El supuesto plan del Amo se desarrolla a un ritmo excesivamente lento y aunque intento alejarme de mis recuerdos del libro y aparcarlos de la adaptación televisiva, no me queda otra que apuntar el desfase que se crea en estos ámbitos tan diferentes. En el libro la lenta descripción de la transformación de los supervivientes y el lógico salto entre personajes encaja a la perfección, al retener con mayor acierto la angustia que se interactua con el lector. En televisión sin embargo no funciona. La acción siempre debe llevar otro ritmo más acelerado, los problemas personales de los protagonistas ya sirven de efecto dramático, donde unas simples miradas pueden ser más visuales que el continuo parloteo de secundarios, situación que se incrementa con el desarrollo lento de la infección y que ralentiza el conjunto del relato.

Por suerte la serie levanta el vuelo justo a la mitad. Los protagonistas más o menos andan ya situados y comienzan los primeros enfrentamientos serios junto a los habituales saltos temporales que sirven para explicar el origen de la lejana lucha entre Setrakian y estas criaturas malditas. The Strain tiene la virtud de aunar diferentes géneros fantásticos con una cuidada producción. Mucha escena exterior y los habituales trabajados interiores que suele acompañar a cualquier producción yankee. Aun así, me chirría la figura del Amo. Esperaba más de un monstruo de más de dos metros que una lavada cara de látex, me recuerda en exceso al Nosferatu de Murnau. A pesar del altibajo inicial y de algunas situaciones vergonzantes, esta primera temporada de The Strain confirma los buenos pronósticos que hallé bajo las letras. Por suerte o por desgracia conozco como continua y se desarrollan las aventuras de los protagonistas. Quedará por ver si la adaptación televisiva mejora a la obra impresa.

The Strain 2014
FX
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Nocturna
Oscura
Eterna


The Strain T2

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