21 de julio de 2011

The Walking Dead: Primera oleada de caminantes

Adaptación de una novela gráfica, la serie The Walking Dead fue uno de los grandes estrenos televisivos de finales de 2010. El culpable de su traslado a la televisión fue el reputado cineasta Frank Darabont (La milla verde, Cadena perpetua), quien se encargó de dirigir el magnífico capitulo inicial y alzarlo a un nivel de verdadera maestría. Desconozco como es la novela gráfica de Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard, ni tampoco de su singular parecido con el inicio del filme "28 días después"; pero lo cierto es que esta serie arranca de la mejor forma posible, similar a la película de Danny Boyle donde el protagonista se despierta de un largo coma y se encuentra con la completa desaparición del mundo que conocía. El protagonista, Rick Grimes (Andrew Lincoln) es, a la vez de protagonista, la persona que nos introduce en esta apocalíptica sociedad. Desconcertado y perdido, del mismo modo que los espectadores, se aventura en las abandonadas calles en búsqueda de su familia. La serie pone de manifiesto el desconocimiento de lo ocurrido en el trascurso del coma del personaje principal, ni siquiera hay alguna certeza que oriente al espectador en la búsqueda de respuestas para saber qué ha devastado el mundo, convirtiendo al espectador mismo en un superviviente más y lo sitúa junto a los personajes como un invitado extra.

Las reminiscencias del genero zombies o infectados deambula por los escasos capítulos de esta primera temporada. El género reinventado en la década de los sesenta por George A. Romero, se ha adaptado a los tiempos modernos con numerosas ofertas y adaptaciones. Solamente apunto algunas muestras en distintas plataformas que indican el éxito de esta corriente de triunfo, similar al de los vampiros y otros monstruos variopintos. Plataformas tan dispares en el ocio como los videojuegos, a través de la saga Resident Evil, adaptaciones literarias y por supuesto las versiones cinematográficas, como la citada  "28 días después" o las homenajeadas en TWD, como "Amanecer de los muertos" donde se sitúa la acción en un centro comercial como en el segundo y tercer capítulo. O la satírica "Zombies Party", donde se explica como pasar desapercibido entre tanto muerte viviente sin temor a ser devorado.

TWD esta hecha con mimo, ya desde el preámbulo inicial se deja bien claro el ritmo acompasado que va llevar la serie. A través de un excesivo reposo de diálogos, acompasado por el taciturno movimiento zombie y las necesarias escenas de acción que aumentan algo el ritmo. En esta serie, como en casi todas, se prima al personaje y las relaciones afectivas entre los más allegados. Las confrontaciones a causa del miedo y el desconocimiento saca lo peor y lo mejor de nuestra especie, convertida en el extraño alimento de unos seres muertos que condena a la raza humana al vagabundeo. Los supervivientes viven bajo el síntoma del terror, miedosos de enfrentarse a otros humanos sin infectar y con la incertidumbre de defender la pequeña colonia formada en recuerdo de tiempos mejores.

En esta primera temporada destacan las pautas y conflictos futuros sin resolver , no solo la principal, la de la supervivencia y el conocimiento de lo ocurrido, sino que en estos primeros seis capítulos, The Walking Dead nos adentra en una colección de historias y subtramas paralelas que enriquecen el núcleo central. Varios son los ejemplos en esta primera temporada. Morgan, el padre negro y su hijo que salvaguardan a Rick en el comienzo y que transportan su propios demonios. La afrenta a Merl Dixon, el hermano del temperamental Daryl o la más clara entre los personajes principales, compañeros y amigos, los protagonistas Shane y Rick a causa de una misma mujer. Demasiado elementos sin finalizar, aplazados en distintas medidas a la espera de su futura resolución en una primera temporada que muestra en gran medida el potencial que guarda una gran serie de televisión. A la espera de sumar en la próxima temporada prevista para finales de 2011.

Productora AMC.


11 de julio de 2011

Oscura

La plaga vampírica se extiende por todo el planeta en Oscura segunda parte de la Trilogía de la Oscuridad ideada por Guillermo Del Toro y Chuck Hogan. La novela arranca con una leve introducción tras la crisis desatada en Nueva York y como se enfrenta el mundo ante la pandemia que avanza rápidamente con la complicidad de la oscuridad y la ineptitud gubernamental, tristemente demostrable con cualquier noticia de actualidad, (E.coli, Gripe A). Es de agradecer a los autores de esta continuación, la inclusión breve de un resumen de lo acontecido en la primera parte, después de tanto tiempo entre ambas novelas, se hace necesario refrescar la mente de los lectores. Sobretodo porque Oscura sigue el mismo camino que su predecesora, retomando la historia donde se quedó la anterior y con la misma intención de sumergirnos en una tenebrosa historia de vampiros, contando alternativamente las historias paralelas de los personajes principales. Esta segunda entrega destaca por la llegada de un verdadero apocalipsis en la desigual lucha entre hombres y chupasangres que, terriblemente, se va inclinando hacia un lado.

Oscura se acomoda perfectamente a Nocturna y con seguridad a la ya esperadisima resolución final. Básicamente estas novelas podrán leerse del tirón sin la necesidad de la espera que ahora mismo me ocupa. Lo mejor de este segundo capítulo es que conocemos perfectamente a los personajes y al grave problema que se enfrentan. Así Hogan y Del Toro pueden pasar directamente a la acción, al siniestro jugo que consiguen trasmitir en sus sombrías páginas en donde ahora sí, se desarrolla el malévolo plan que el Amo ha dispuesto para infectar y controlar el planeta. En cierto sentido, hay que alabar la estructura destructiva de ambos escritores pues consiguen, realmente, involucrarnos en un mundo con todos los visos de irse al garete. Nuevamente se toman cierto tiempo en desglosar los distintos mimbres que sustentan este segundo capitulo, para después coger aire y lanzarse a degüello en el avance natural de una novela que continua con una estructura alterna, saltando entre fragmentos paralelos y capitaneados por alguno de sus protagonistas. Así como los agradecidos recuerdos del profesor Setrakian, encarando con dolor la misión que él mismo se ha confiado desde sus memorables enfrentamientos pasados.   

Obviamente hay ciertas lagunas, si nos ponemos quisquillosos, que no cuadran con la concordancia que podría darse en la realidad, o tal vez me equivoque, como por ejemplo esa selecta casa de subastas que es Shoteby´s en el corazón mismo del capitalismo, donde se desarrolla una suntuosa actividad de calderilla monetaria mientras el mundo se desmorona en la acera de enfrente. O la facilidad pasmosa de masacrar vampiros por nuestros aguerridos protagonistas. En parte da igual, los autores de Oscura consiguen maquinar un apocalipsis que da autentico pavor y que me encanta descubrir como se va desarrollando paso por paso en esta nueva entrega. De momento solo me queda afilar los colmillos para la escena del acto final.

Oscura. 
Ed Suma de letras. Guillermo Del Toro y Chuck Hogan.
--------------------------------------------
Nocturna

Eterna

The Strain T1
The Strain T2